II

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Antes 3/?

Elsa

-¿Elsa?-

Era mi madre.

-¿Sí?-

-¿Estás bien hija?- dijo mi madre viéndome.

-Claro, ¿por qué no lo estaría?- respondí.

-Tal vez porque yacía afuera en el jardín cuando vi como rompías un vidrio de tu ventana.- me decía.

-Ah, fue accidental, ya sabes que me dan ataques de ansiedad.- mentí.

Me miraba preocupada y repuse rápidamente:

-No te preocupes, de verdad, me pone de nervios que te pongas así.-dije, incómoda- Aparte no quiero que estés así por mí, ya demasiado tienes con otros asuntos.

En unos instantes mi madre contestó, con cierta indignación:

-¿Cómo puedes pensar eso, Elsa?- contestó, llevándose una mano al pecho- Nunca serás el último de mis asuntos. Y lo sabes, ni tú, ni tu herma...-

-¡Por favor, no la menciones!- grité, abrumada y desesperada para mis adentros.

Me dolía que la mencionaran, extrañándola.

Se quedó callada, observando el suelo, paralizada y asustada.
Se había formado una especie de semicírculo de hielo y pequeños picos alrededor de mí.
Al igual que ella, yo también me asusté.
En ese momento, entró mi padre preguntado si estábamos bien, que había escuchado una discusión fuera del pasillo mientras pasaba.

En un segundo, vio el semicírculo, sorprendido.

-¿Qué ha pasado?- preguntó.

Ninguna de las dos respondimos. Después vi que su mirada ahora estaba posada sobre el ventanal, en el cristal roto, al mismo tiempo que veía como su expresión se tornaba seria.

-Ahora vuelvo. Tal vez esto funcioné.-

Desapareció, entrecerrando la puerta. Mientras eso pasó, voltee a ver a mi madre, ahora con una expresión cansada, parecía menos joven que antes, desgastada.

-Lo siento.- Es lo único que pude decir, mientras bajaba la mirada -Es sólo que la extraño.-

Después de lo que dije, pude oír un susurro que no alcancé a escuchar y acto seguido miré a mi madre, que me miraba y pude ver como su cara se relajaba, pero ella no había dicho nada.
Fui hasta ella con intención de abrazarla.
Mi madre siempre fue tan cálida, aunque no estaba tan segura si abrazarla, no quería que pasara algo parecido como hace unos momentos.
No querría lastimarla.
Y tenía la esperanza que supiera y comprendiera eso.

Unos minutos después apareció mi padre detrás de la puerta, con unos guantes. Reconocía esos guantes, eran de Anna.

-¿Por qué tienes sus guantes?- pregunté.

-Ya verás, querida.- contestó.

Se acercó a mí con intensiones de querer ponérmelos, pero me limité.

-¿Qué pasa?- me preguntó serio.

-Son de Anna...- susurré, con las lágrimas apunto de salir.

-Querida, sé que son de Anna, pero no tienes unos, y tu hermana aceptó al preguntarle si podía tomar sus guantes, e incluso, ella los eligió para ti.- me dijo, mientras los veía.

Eran sus favoritos, desde que éramos pequeñas y más unidas, tenía unos iguales, pero de menor medida y cada vez que éstos ya no le cabían más, mandaba a hacer unos iguales, pero a la medida actual.
Eran los guantes de un tono azul marino, con pequeñas flores en la parte de la muñeca de los guantes, y terminaba en un encaje en forma de volante.
Los tomé con la mayor delicadeza y me los puse.

-Será temporal. Te voy a mandar a hacer unos para ti-. propuso mi padre.

-Okay.- accedí.

-Ahora, los guantes ayudaran.- dijo mi padre- ¿ves? Escóndelo. No lo sientas. No lo muestres.- decía esto mientras tocaba mis manos y cerraba sus manos encerrándolas.

Asentí.

Anna

Esta mañana había sido como las anteriores y las anteriores a esta, aburridas.

Me dirigía a mi habitación pasando por el pasillo donde está el cuarto de Elsa y escuché como mi madre y ella discutían, lo cual no era extraño.
Y después silencio. Pero no del todo, pude oír unos pasos rápidamente y me escondí en una esquina. Vi a mi padre entrar.
Entonces salí de mi escondite, pero en un momento vi que salía de nuevo, hacia mi habitación. Simule que iba en esa dirección al igual que él.

-Anna, justo iba a verte.- me dijo mi papá.

-Oh- dije "sorprendidamente"- ¿qué pasó?- pregunté.

-Anna, necesito que le prestes a tu hermana un par de guantes, por favor.- contestó ignorando mi pregunta.

-Síp, está bien- dije mientras me preguntaba el para qué los necesitaría Elsa.

-Elige los que quieras. Los tendrás de regreso cuando mande a hacer unos para Elsa.- comentó mi papá.

-No te preocupes, papá- objeté -Puedo esperar- sonreí.

Eran especialmente para Elsa. En ese instante ya sabía cual par eran perfectos.
Mientras los agarraba y se los tendía a mi papá,  me preguntaba a mí misma cómo la estaría pasando Elsa en estos momentos.

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Holaaaaaaaa. ❤️❤️❤️❤️
¡Feliz 16 de septiembre! ¡Viva México!❤️
¿Cómo están? ¿Les ha gustado el capítulo? Espero que sí.
Pronto aparecerá Jack, no se preocupen. 😁

Gracias por leerme<3.

Lind@ día/noche. 😊

-{C}

never stop believing.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora