VI

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Antes 6/10

Elsa

Me encontraba afuera del castillo, con un sol apenas saliendo de su escondite.

Como anhelada salir de mi cuarto, de todos sus salones, de sus velas que decoran, y su extraño y siempre presente vacío.

Estaba en el pueblo, y aunque vacío estaba, podía escuchar una voz lejana.
Sin presencia alguna de una persona, siendo algo extraño ya que estaba en el centro, donde todas las ceremonias y todos los festivales se realizaban, escuchando el viento pasar y a mi derecha el muelle, con todos los barcos de Arendelle sobre el agua.

Podía ver los carros llenos de flores.
Alcanzaba a oler el pan recién horneado de la panadería, y todas las cabañas con una quietud inquietante.

-Elsa.- la voz. Ahora podía distinguir lo que decía, sobresaltándome.

Volteaba a todos lados, algo ansiosa para saber de dónde provenía esa voz. La curiosidad me estaba matando.

-Elsa.- repetía la misma voz. Una voz masculina.

-¿Qui-quién eres?- logré apenas preguntar con un hilo de voz.

-¿Ya no me recuerdas Elsa?- me respondió esa voz, cada vez más cercana y con un tono triste y decepcionado.

No respondí.
Caminé hacia donde provenía esa voz, acercándome a las cabañas y alejándome del centro.

-Elsa, ven.-

Cuando me di cuenta, estaba corriendo, persiguiendo la nada, entre las calles del reino.
Entonces vi una cabaña, con una puerta semi abierta, resaltando esta característica de todas las demás cabañas que estaban alrededor suyo. La tentación y la curiosidad parecían ser más presentes que nunca.

-Entra Elsa.- decía la misteriosa voz.

Cuando entré, el ambiente era diferente, distinto, que me hacía recordar al frío del collar.
Lo primero que captaron mis ojos fue un palo de madera en forma de bastón, de manera irregular.
Estaba parado, inmóvil, en aquel vacío.
Alrededor de tal palo, había hielo, algo extraño por la estación en la que nos encontrábamos.

Mientras observaba tal cosa, la voz volvió a hablar, sobresaltándome:

-Elsa, tienes visitas.-
















































Dos toques en mi puerta y después el sonido de mi puerta abriéndose.
Después, oí a alguien correr mis cortinas, seguido por la voz de mi madre.

-Elsa, ¿bajarás a comer?- dijo.

-¿Y el desayuno madre?- me incorporaba de mi cama, algo aturdida por la luz que entraba desde mi ventanal.

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⏰ Última actualización: Jan 18, 2016 ⏰

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