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Hans
Me encontraba en el castillo del reino de Arendelle. Era grande y gozaba de una muralla con grandes puertas. A su alrededor estaba el mar hasta el horizonte.
Nos encontrábamos adentro, en una sala de estar donde había una chimenea y unos sillones elegantes. En las esquinas de este salón, había floreros y en la parte izquierda daban varios ventanales.
Estábamos esperando a los reyes de éste reino, que aparentemente habían tenido un inconveniente.-Oh, madre.- decía mientras posaba mis ojos en todos lados del salón- ciertamente, éste lugar es más que ordenado, pero tienes que admitir que carece de muebles que llenen estos grandes salones.-
-Querido, por favor no sigas.- respondió mi madre.
-Madre, tengo que insistir que este lugar es muy simple para mi gusto.- proseguí.
Al acabar lo que dije, mi madre solo volteó a verme, con cara de desaprobación.
-George, ¿podrías al menos decir algo?- preguntó a mi padre, el rey de las Islas del Sur.
-Margaret, nadie te ha dado la obligación de reprocharlo, ni tampoco de responderle, querida- dijo mi padre- déjalo así y verás que se callará.-
Mi madre, ignorando el comentario de mi padre, volteó nuevamente a verme y dijo:
-Hijo, por favor, compórtate.
Y no, no es simple el castillo, es bastante reconfortante y cálido.- concluyó.-Si tú lo dices, madre, esta bien.- respondí.
-Hans, recuerda el por qué estás aquí, y...- fue interrumpida mi madre por mi padre, ya desesperado y molesto por nuestra discusión.
-¡Margaret! ¡Te lo suplico! ¡No me hagas desesperarme!- decía esto mientras se dirigía a mi madre, mientras levantaba la voz, más no gritaba.
-¡Y tú! ¡No me hagas arrepentirme de que te haya traído!- dirigiéndose ahora a mí.No pude responderle ya que se dio la vuelta dándome la espalda.
Seguimos esperando unos minutos más hasta que aparecieron finalmente los reyes de Arendelle, Adgar e Indun.
-Bienvenidos a nuestro reino- dijo el rey mientras les daban el típico y cliché cordial saludo de bienvenida a mis padres- por favor, perdónenos por la tardanza que les hicimos esperar.-
-Estamos muy agradecidos que hayan venido desde muy lejos por los asuntos pendientes que tenemos- prosiguió la reina con una sonrisa en la cara- aunque lamentablemente uno de esos asuntos no podrá ser realizado, el día de hoy la princesa Elsa está indispuesta.- dijo.
-¡Oh! ¡Pero sí éste debe ser el pequeño Hans!- continuó la reina sin tomarle gran énfasis al asunto de la princesa, que era el motivo por el que estaba ahí.
Se dirigía a mí con otra de sus cordiales sonrisa que de seguro a cualquier persona se la da.
-¿Y a qué se debe tu inesperada visita, Hans?- preguntó Idun.-Vengo a acompañar a mis padres, su majestad- mentí al respecto.
Sentí la mirada de mi padre por lo que acababa de decir.
-Me alegra querido que nos vistes a nuestro reino.- dijo la reina.
-Perdone, majestad- habló mi padre- si es que se puede saber, ¿a qué se debe la ausencia de la princesa Elsa?-
Los reyes, ambos con una tranquilidad reflejada en su manera de actuar, palidecieron un poco.
-Oh, rey George, ¡qué pregunta tan inesperada!- decía nerviosamente la reina- se ha levantado con una ligera dolencia.-
Después de una hora, ambas coronas vieron los asuntos que tenían que ver y yo solo estaba más que aburrido, pasándome cada minuto como una eternidad.
Finalmente, nos fuimos de ese castillo y, cuando estábamos en nuestro barco rumbo a nuestro origen, voltee a ver a mi madre quien leía un libro al igual que mi padre:-Madre, la princesa Elsa no tenía ninguna dolencia.- dije, rompiendo el silencio que estaba presente.
-Querido, ¿qué es lo que estás diciendo?- contestó mi madre mientras apartaba su libro.
-Cuando me encontraba viendo el castillo, observe que un ventanal no tenía un vidrio- decía yo mientras
-¿Cómo dices, querido? ¿En qué momento viste eso?- me preguntó.
-¡Oh! ¡Justo cuando llegamos!- respondí- antes de entrar al castillo, madre.-
-¿Y qué te hace tan seguro qué era ella?- volvió a preguntar ni madre.
-Porque mi padre me había dicho que era tan bella como la nieve- dije.
Y era cierto.
Era aún más blanca que la nieve, siendo pálida, con dos destellos azulados en su cara.Mis pensamientos dirigidos a la princesa fueron interrumpidos por mi padre, quien había cerrado en un segundo su libro, para después decirme:
-Hans, por favor, no confundas los intereses de nuestro reino con tus sentimientos- dijo mi padre- te hemos repetido todo el viaje hacia Arendelle el por qué de tu visita.-
-Tienes que concentrarte.
Y toma atención con lo que estoy apunto de decirte- prosiguió- Hans, ¿quieres tener un reino propio?-Asentí
-Claro, por supuesto, al no el primer heredero a la corona de nuestro reino, tienes que conseguirte uno.- siguió mi padre- y Arendelle es más que perfecto. Dos princesas.-
Mi padre tenía tanta razón en eso.
Si quería ser alguien, un rey como él, tenía que ver la manera de serlo.
Y mi padre me ponía una opción fácil.-Hans, tienes que casarte con Elsa, quien será heredera al trono- dijo mi padre- y estoy seguro que quieres tener tu propio reino, sin compartir con tus doce hermanos.
Y eres a quien confió en esto de todos tus hermanos. En tus ojos veo avaricia.- sonreía cuando dijo la última palabra.Aunque sabía bien que iba por ese motivo, no entendía qué era avaricia.
-No debes fallar.- decía mi padre- Volveremos a visitar a la princesa en otra ocasión.-
Volví a asentir.
No podía esperar más en verla.
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Holaaaaaa.
Pues primero, perdón por subir unos minutos tarde, pero apenas lo acabé, jajaja.
Y también, quiero explicar una cosa que creo puede ser muy frecuente en la historia.
Soy fielmente seguidora que por algo son las cosas. Que hay una causa. Y que igual, hay un propósito para todo, que nada de lo que hacemos es en vano.
Y para aclarar, creo que Hans no era mal persona, más sí lo es ahora mismo.Espero que les haya gustado el capítulo. :)
Lind@ día/noche
-{C}
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never stop believing.
Fanfiction-¿Cómo puede ser posible que en unos segundos, en una única acción, en una decisión y en un sólo objeto esté nuestros destinos ya predeterminados? Y aún más increíble, en una persona. Esa persona eres tú, Jack.- decía Elsa, mientras sus ojos azule...