Maratón 2/5
Por la profunda intensidad en el tono de su
voz, ella sabía que él intentaba impartir
pronto su castigo y que ella iba a disfrutar
cada minuto de éste.
Cuando terminaron el postre y James había
pagado la cuenta, él jalo la silla de _________
y la ayudo a levantarse. Sus piernas
temblaban y ella rogó de ser capaz de
caminar después de ese increíble orgasmo.
Con la mano sobre su codo, James acompaño
a _________ a lo largo del borde de la pista de
baile y luego lejos de la multitud, de las
conversaciones y de las risas. La llevo por un
pasillo ricamente revestido, iluminado por
ocasionales candelabros plateados que daban
un suave brillo dorado. Se hizo tan silencioso
que ella escucho sólo el sonido de sus pasos
sobre la gruesa alfombra y el latido de su
corazón.
Finalmente alcanzaron una puerta donde un
hombre con impecable traje planchado estaba
con las manos tras su espalda.
- ¿Puedo ayudarlo Sr. Maslow ?
- ¿Esta disponible esta habitación? -Cuando
el hombre le asintió, James sacó su clip de
dinero y le tendió al hombre un par de billetes
de cien dólares.- Vé que no seamos
molestados.
- Si señor. -el hombre dio un rápido
asentimiento y el dinero se desvaneció dentro
de su chaqueta. Él inmediatamente adopto su
antigua postura, manos detrás de la espalda y
expresión estoica.
Las mejillas de _________ enrojecieron
mientras James los dirigía a un lujoso baño
de hombres. Sin sonido alguno, la pesada
puerta de caoba se cerró tras ellos. Las
paredes del cuarto de estar eran paneles
oscuros y una abertura en la pared que
llevaba del lujoso salón a donde _________
presumía, estaban los baños.
La alfombra de la salita de estar era gruesa,
de un rico verde bosque y los mostradores y
lavamanos eran obviamente de un
extremadamente costoso mármol. Finas
toallas de manos estaban dobladas junto a
los lavamanos y la habitación olía
ligeramente a humo de cigarro y jabón con
aroma de almendras.
- ¿Qué va ha pensar ese hombre? -ella
susurro como si el encargado pudiera oír.
James la llevo hacia un mostrador de mármol
ante un inmenso espejo iluminado por una luz
baja y seductora.
- Él probablemente piensa que voy a follarte.
_________ se puso mas caliente aun por aquel
pensamiento del hombre conociendo lo que
ellos estaban haciendo... en el caso de que
James intentara tomarla en ese momento y
lugar.
- Pon tus manos sobre el mostrador -le
ordenó en un tono bajo y profundo- y separa
tus muslos.
_________ se encontró a si misma siguiendo
automáticamente sus ordenes. Luego de
colocar su bolso sobre el mostrador, se inclinó
y esperó con su cuerpo temblando por los
nervios.
- ¿Qué vas a hacer?
- Mmmmm... -él presionó las caderas contra su
trasero y pudo sentir a través de la tela de sus
pantalones la dura Ver*ga a lo largo de la
hendidura de su culo. Observó el reflejo de
James en el espejo mientras él alcanzaba la
parte delantera de su vestido y la bajaba junto
con el sostén de manera que sus senos
quedaran al descubierto.
Su cuerpo tembló cuando lo vio moldeando
sus pezones y sentir sus suaves pero
masculinas manos contra sus suaves botones.
- He deseado tocar tus pechos durante tanto
tiempo -su voz era ronca mientras los
ahuecaba en sus palmas.- Tu definitivamente
necesitas otro pequeño castigo.
Ella se tragó su temor y excitación cuando él
se inclinó hacia atrás y le subió el vestido
hasta sus caderas y todo su cuerpo quedo
desnudo ante él. Todo lo que ella llevaba era
la tanguita, ligas y las medias hasta el muslo
que él le había comprado. Sólo podía
imaginase como se veía ante él.
- Maldición, amo tu culo. -Él frotó sus nalgas
con las palmas y ella gimió en voz alta.-
¿Sabes por qué estas siendo castigada?
- Por correrme cuando me dijiste que no lo
hiciera. -La voz de _________ temblaba
mientras su mirada encontraba la de él en el
espejo.- Y por... por provocarte.
- Así es cariño. -Él levantó su mano y le zurró
en las nalgas. Duro
_________ gritó por el repentino dolor. Para su
sorpresa el hormigueo se transformó en una
sensación que la hizo mojarse por él. En
realidad se sintió bien. Pero cuando la zurró
nuevamente, el dolor fue más agudo esta vez.
Dolía, pero luego ella estaba llena con placer
lo que hizo doler a su coño.
- Obsérvame en el espejo como te zurro. -
James la azotó otra vez, la palmada retumbó
en la silenciosa habitación.- ¿Ves cuan
encantadora eres?
Sus ojos amplios mientras observaba el reflejo
de ambos. Él era tan atractivo, tan grande y
poderoso, y por el brillo en su mirada ella
sabía que él estaba disfrutando este erótico
castigo. Cuando se miró a si misma, no podía
creer cuan seductora lucía con su pechos
desnudos, el vestido sobre su trasero, sus
amplios ojos y sus labios separados.
Una y otra vez él la zurró y ella se tensó antes
de cada nalgada mientras observaba su mano
caer y aterrizar sobre su culo, sus pechos
oscilar con cada palmada de la mano de
James y sus pezones doler. Su coño estaba
en llamas, sus pliegues hinchados y su clítoris
palpitando.
- ¿Por favor, puedo acabar? -ella preguntó
mientra él aterrizaba otra palmada sobre su
culo.
- No -él la zurro otra vez.- Tendrás que
esperar hasta que te diga que esta bien
corazón.
Ella gruño, su culo quemaba y hormigueaba
debido al castigo. Y cuando finalmente él se
detuvo, ella dio un suspiro de alivio. Un poco
más y ella se hubiera corrido sin importar que
le haya ordenado lo contrario.
- Enderézate y mírame. -el empujó su vestido
sobre su punzante culo y ella se giró.
Maldición, él era tan tentador que ella apenas
podía quitarle los ojos de encima. Ese
diabólico brillo en sus ojos sólo se sumaba a
su increíblemente sexy atractivo.
Él buscó en uno de sus bolsillos y sacó una
fina hilera de diamantes que brillaban en la
habitación levemente iluminada. Antes de
darse cuenta de lo que James estaba
haciendo, él aseguró un extremo de la cadena
sobre uno de sus pezones y la apretó, luego
hizo lo mismo con el otro extremo. Ella jadeó
por la intensa sensación. Nuevamente el dolor
se mezclaba con el placer mientras sus
pezones se repletaban con sangre.
- Esta cadena para pezones significa que tú
eres mía. -Él murmuro mientras gentilmente
la jalaba.- ¿La usarás?
Suya... significaba que era suya... al menos
por esta noche.
- Si -ella susurró.
- Bien. -Él sonrió y empujó su cabeza hacia
abajo, gentilmente forzándola a ponerse de
rodillas frente a su obvia erección.- Ahora, tu
segundo castigo.SIGUE LEYENDO --------------------->
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Erótica invitación. (james maslow & ____)
Hayran KurguEs una novelas Hot (si no te gusta no las leas y ahorrate comentarios ofensivos. No es mía.