Llovía, estaba sola, me sentía sola, extrañada, nerviosa, impaciente, sin importancia alguna al momento,
perdida en la nada y con una brújula que apuntaba mal al norte.
La primera semana de mayo perdí las llaves, el móvil y la noción del tiempo,
el otro día perdí la cabeza intentando descubrir aquel vacío tan profundo dentro de mi alma, y ahora estoy perdiendo las ganas en rellenarlo,
dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pero yo perdería eso antes que a ti.
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caos mental.
Randoma veces te hundes, caes en tu agujero de silencio, en tu abismo de cólera orgullosa, y apenas puedes volver, aún con jirones de lo que hallaste en la profundidad de tu existencia.