Cómo me digo siempre a mí misma,
no llores, no pienses, no mires,
sólo duerme, ya resucitarás mañana.
Y es que no hace falta morir para resucitar.
Yo me he suicidado varias veces y no sé si volví más triste de lo que me fui, o con el diablo a mi hombro.
Quizá ambas.
Me han asesinado repetidas veces.
No con armas, ni mucho menos, con palabras y desprecios, eso sí que duele.
Preferiría una pistola en la sien antes que un insulto que sale por tu boca.
Quién pudiera besarla. ¿Yo?
Qué va, sólo un espejismo.
Así que eso, duerme y ya resucitarás mañana.
ESTÁS LEYENDO
caos mental.
Randoma veces te hundes, caes en tu agujero de silencio, en tu abismo de cólera orgullosa, y apenas puedes volver, aún con jirones de lo que hallaste en la profundidad de tu existencia.