Capítulo 29

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Me parecía casi imposible, que acabará de besarle, ¡Dios! ¿En que estaba pensando?

En sus labios, me decía mi estúpida consciencia.

Puta, callate.

Vale recapacitemos, solo es un beso, vale, dos besos.

Pero es que lo necesitaba, necesitaba volver a sentir sus labios en los míos.

Pensadolo bien, tiene sentido, no habla, no es imbécil.

¿Me pasé? No, seguro que no.

En fin, no sabía ni como podía estar pensando en todo esto mientras le miro, a esos ojos azules rodeados de miles de pecas a su alrededor.

Era tan seductor, y ese era el irremediable problema.

Olvídalo, Kat.

- ¿KitKat? .- dijo, y me despertó de mis innegables pensamientos, actúa de manera normal, me dije a mi misma.

- Hola .- dije, no toda la "normalidad", agg, suspiré.

Él me miró y observó cada gesto que hice con mi rostro, parecía confuso, me podía imaginar como se sentía.

Volví a suspirar... ¿Y ahora qué?

Ninguno de los dos articulaba palabra, estábamos en silencio...

Me dí cuenta de que aún llovía, me se dió cuenta y recogió el paraguas del suelo y lo coloca sobre nosotros.

- Sí te parece bien, iremos a mi casa para resguardarnos de la lluvia y puedas llamar a tu madre o a Sarah más tranquilamente.- me dijo, asentí, todo el calor que tenía durante el beso se había esfumado en el momento de que se apartó de mí.

De acuerdo, su casa...

Durante el camino, estábamos a una distancia normal, aunque veía como dudaba algunas veces a rodearme con su brazo y eso era extraño, ese comportamiento en él, no era nada normal...

Su casa tenía un entorno familiar, algo que no me esperaba. Estaba cubierta de un color azul cielo y rodeada de un espezo jardín.

Él saco las llaves de la casa y con el mismo movimiento abrió la puerta.

El calor me inundó cuando transpasé la puerta.

Mientras avanzaba, observé como Zack, guardaba el paraguas y los abrigos, guardó el abrigo empapado de mis hombros y me miró.

- ¿No te esperabas mi casa así, KitKat? .- preguntó tras mi espalda.

- Demasiado acogeroda.

- Depende de como la mires, supongo... Mierda...

Vi como se alejaba rápidamente y se dirigía hacia el fondo de la casa.

Yo le seguí, el suelo crujía un poco con cada paso que daba.

- ¿Pero qué haces? .-le oí alzando la voz, aún no le veía.

Cuando vi a quien se dirigía, se me encogió el corazón.

Era una niña, de tez clara como su hermano pero sin rastro de pecas en ella, con unos brillante ojos negros y un cabello formado con marcados rizos rubios.

Aunque claramente, ya sabia que era la hermana de Zack, verla fue algo... Umm... Diferente.

La pequeña estaba cubierta de alguna masa de algún tipo y con un bol en frente de ella.

- ¿Galletas? .- dijo la niña culpable.

Reí, era tan dulce, ambos hermanos me dirigieron una mirada y descubrieron mi paradero.

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