Podría acostumbrarme a esta vida.

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Capítulo 42: Podría acostumbrarme a esta vida.

[Tres años después]

— ¡Akira Uzumaki será mejor que traigas tu pequeño trasero aquí de inmediato! - grito Sasuke claramente exasperado. La pequeña niña no dejaba de correr por todo el jardín, sus largos cabellos rubios le caían por encima de los hombros y cada vez que sus ojos azules océano se encontraban con la mirada de él, sonreía ampliamente como sí se burlara de él — Naruto, ya no puedo más, estos niños nunca se cansan . . . - Naruto sonrió y dejó en la mesa rodando de madera la jarra de limonada que había preparado.

— Siempre dices lo mismo. —rodó los ojos y Sasuke sólo gruño. Envolviendo sus manos y antes de haberlo notado sus labios ya estaban pegados, como la mayoría del tiempo.

— ¡Lugh, que asco! — se separaron al escuchar la dulce voz de la chica, ella tomó su dedo con fuerza, comenzó a torcelo juguetonamente y él fingía muecas de dolor. Las niñas reían escandalosamente.

—¡Solo lo dices porque tu eres más grande que yo! — argumento Akira en defensa de su hermana, Sasuke tuvo suficiente tiempo de abrazarla por atrás y levantarla en el aire, daban vueltas y vueltas, las pequeñas y pálidas piernas de la niña se movían sin ritmo alguno. Su hermana saltaba tratando de tomar sus talones para ayudarla a bajar cuando Naruto la tiro al suelo haciéndole algunas cosquillas, comenzó a besar sus mejillas repetidas veces.

— La familia Uzumaki son bajitos . . . — comenzó Sasuke pero Naruto lo interrumpió.

— ¡Excepto por Sasuke, el es igual de grande que ustedes! — rieron aún más, y Sasuke uso a Akira como defensa y comenzó a golpear a Naruto con las piernas de la pequeña que no podian respirar a causas de la risa.

— Cállate, Naruto, sólo eres más bajo que yo por diez centímetros. Pero como decía, algún día muy, muy lejano ustedes crecerán y serán del mismo porte de Naruto.

— ¡No quiero ser como él! ¡Es bajito como un duende! — los ojos celestes de él se abrieron como platos y comenzó a gatear hacia Alexa, la tomó por las manos y comenzó a besar sus coloradas mejillas.

— ¿Así qué, como un duende?

— ¡No, no, no, eres él más tierno del mundo pero deja de babear mis cachetes! — Naruto sonrió satisfactoriamente al ver como se limpiaba desesperadamente la baba enesxistente en sus mejillas.

— ¿Cómo se conocieron? — Kokoro se atrevió a preguntar mientras envolvia la gran espalda de Naruto, río al sentir su irregular respiración sobre su cuello.

— Sienten sus traseros porque es momento de una historia —Sasuke palmeo sus piernas y Akira rápidamente se sento en ellas con una linda sonrisa estampada en su rostro — Bueno, yo odiaba a este hombre — señaló a Naruto quien río y negó con la cabeza.

— Y a mi me gustaba mucho. —se encongio de hombros.

— Entonces resulta que éramos compañeros de cuarto y . . .

— ¡Bebes! — Ino grito y ambas niñas voltearon sus cabezas a la familiar voz femenina que provenía de la puerta de entrada. Se incorporaron en menos de un segundo y corrieron hacia su Madre — ¿Se divirtieron?  asintieron frenéticamente — eso es bueno, pero debemos irnos, papá nos esta esperando y apuesto a que sus tíos ya han tenido suficiente por hoy . . .

— Oh, no, estamos bien, tomamos práctica y ellas son maravillosas — Sasuke alzó sus pulgares al aire en señal de aprobación. Ino se limitó a reír.

— Son unos tontos. Muchas gracias por cuidar de ellas, Sai manda saludos. ¿Quieren venir mañana a cenar con nosotros?

— Sería un placer. — Naruto le sonrió.

— De acuerdo, hasta mañana chicos. — las niñas corrieron hacia ellos y besaron sus mejillas antes de ir corriendo de nuevo con su madre y aferrarse fuertemente a sus piernas.

— ¡Hasta mañana, niñas! — grito y ellas voltearon para sonreirles antes de abandonar la casa. Desde que Sai y Ino tuvieron hijas, todo resulto para mejor y la familiar creció considerablemente. Y el rencor que Sai y Sasuke tenían, se fue.

— Supongo que tendremos que limpiar, es lo único malo: son como un minitornado que destruye todo a su paso — se quejó Sasuke, nunca ha sido muy fan de los niños pequeños.

— Es lo que esperas cuando tienes hijos . . .

— Touche.

— Sasuke, realmente podría a acostumbrarme a esta vida - Sasuke lo miró desde la distancia, sostenía una hamburguesa y un zorro de peluche.

— ¿A cuidar los hijos de tu hermana?

—No, Teme, quiero decir a esto . . . Un hogar.

— Nuestra casa. — apuntó Sasuke, habían decidido mudarse de los dormitorios de la universidad para comprar su propia casa, juntos.

— Sí pero a algo más, quiero que sea más real.

— ¿Y cómo logramos eso?

— Naruto . . .

— Sasuke. — replicó Naruto con sus manos en sus caderas.

— Casate conmigo. — soltó sin más, sin siquiera molestarse a girar su cabeza para verlo. Permanecían acostado en el pasto, con su cabeza encima de sus manos entrelazadas, mirando al azul del cielo y las nubes esponjadas. Naruto camino a zancadas hacia él, se sento encima suyo y comenzó a llenar su cara con húmedos besos — Déjame, Dios, queda re pegajoso — comenzó riendo y tratando de quitárselo de encima, Sasuke forcejeaba y se aferraba sus hombros.

— Sí.

— ¿Sí qué?

—¡Que quiero casarme contigo, Teme!

— Ya lo sabía, ¿Quién no se querría casar conmigo?

— Dios, te amo.

— Y yo amo esos pequeños y curiosos ojos azules tuyos. - acortó la distancia con un beso prolongado.

— Pero no quiero nada formal.

— Jamás, todo será tan genial, habrá tomates y Ramen en lugar de pescado, pollo en crema y esas tonterías . . .

— Y no nos pondremos los zapatos feos que parecen de duende . . .

— Nos casaremos con las converse puestas.

— Y usarás tu típico ropa negra.

— ¿Estabas pensado que la dejaría? ¡Nunca! Así como nunca te dejaré ir . . . — sonrieron y no necesitaron más palabras porque sabían que ya lo habían hecho: un juramento que sólo ellos eran capaces de entender.

𝐇𝐨𝐦𝐨𝐟𝐨𝐛𝐢𝐚 → ɴᴀʀᴜꜱᴀꜱᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora