Capitulo 1

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Marzo acababa de llegar y con él el nuevo curso y el buen tiempo. Las mañanas eran aún algo gélidas sin embargo las tonalidades marrones iban abandonando el monopolio del paisaje.
La primera mañana de curso siempre era la más emocionante para So Min, a pesar de estar llevando el mismo uniforme del año pasado cuidaba hasta el último detalle para estar perfecta, llevaba una nueva blazer y se había ondulado el pelo. Además ese no era un primer día de curso normal, era el primer día de su último año de instituto y para que el año fuera perfecto el primer día también tenía que serlo. A las ocho y diez de la mañana su móvil sonó haciéndole saber que Tae Hee, su mejor amiga, ya estaba fuera esperandole.
- Mamá, me voy - anunció en el salón mientras buscaba sus pendientes favoritos.
- ¿Ya está Tae Hee? - su madre le ajusto bien la blazer- Que tengas un buen día, cielo.
- Sí -asintió con una sonrisa- Nos vemos a la tarde. ¡Adios!
So Min saltó los escalones de la puerta de su casa y corrió a abrazar a su amiga quién no dejaba de quejarse sobre que una vez más llegaba tarde. Kim Tae Hee había sido su mejor amiga desde que ella tenía memoria, siempre habían estado juntas desde la guardería, primaria, la secundaria, y ,aunque fueran en departamentos distintos, en el próximo año irían juntas a la universidad; Tae Hee era la chica perfecta, era alta, pero no del tipo que queda mal sino del tipo que tiene esos centímetros que todas quieren, una figura S envidiada por todas las chicas de su curso y un pelo perfecto el cual quedaba muy bien tintado de castaño claro, por no hablar de sus facciones, que le hacían tener el rostro de un ángel. Por eso So Min estaba acostumbrada a que todos los chicos se giraran a mirarle cuando iba con ella por la calle. Sin embargo solo So Min conocía a la verdadera Tae Hee, una chica a quien le entusiasmaba ver los dramas en la televisión, soñar despierta con Jong Suk y Woo Bin, y a la que le encantaban los conciertos underground. Quizás porque era tan distinta es que So Min la quería tanto y siempre se habían llevado también.
- Ya estamos aquí - dijo Tae Hee con tono solemne cuando bajaron del coche y estaban paradas frente al edificio del colegio - Admiralo So Min, admiralo porque será la última vez que lo admires en tu primer día de clase - abrió sus brazos abarcando el edificio y dio unas palmadas en la espalda de So Min hablando con tono solemne - Adentremonos en la jungla, Oh So Min.
- Vamos allá, domadora Kim Tae Hee- le imitó cogiendole de la mano y alzando sus brazos.

Cuando So Min recibió la matrícula para el nuevo, y último, año escolar lo que más le gustó fue ver que tendría una hora de alternativa, hora que la mayoría de alumnos utilizaban para tener sus asignaturas específicas, asignatura específica era la asignatura favorita de So Min porque para ella era composición avanzada lo que significaba una hora y media para poder tocar el piano. So Min llevaba desde los tres años tocando el piano 4 horas al día, eso durante semana, y casi el doble los fines de semana, eran un orgullo para su instituto y su familia y el próximo orgullo de la Universidad S donde ya tenia un asiento reservado. Cuando So Min tocaba era como si algo la poseyera, sentía como si flotara, como si estuviers en un espacio que era solo suyo, en el que solo existía ella y era feliz.
- Tae Heea - captó la atención de su amiga en el primer intercambio de clase- Cubreme, ¿si?
- ¿Qué? - le preguntó bien sin entender, pero cuando vio la sonrisa picarona de su amiga dejo caer su cabeza en su pupitre- No, So Mina otra vez no, creía que se había acabado el año pasado. Prometiste no saltarte clases este año.
- Venga tanto tú como yo sabemos que no necesita la clase de Historia. Nos vemos en cálculo, ¿vale?
- Aish, si te pillan no es culpa mía - le advirtió antes de que saliera corriendo por el pasillo.
El aula de composición avanzada siempre estaba vacía a segunda hora de la mañana los lunes y era cuando So Min más la disfrutaba, la amplitud de la sala era solo para ella, podía inundarla con el sonido que producían las teclas del piano, pero lo mejor es que al estar sola nadie la veía poseída. Poseída era el término que Tae Hee había otorgado al estado en el cual So Min dejaba de ser parte del mundo terrenal una vez se encontraba tocando el piano, había sido un par de años atrás cuando Tae Hee la sorprendió en uno de sus muchos ensayos y juro haber estado llamándola, hasta el punto de gritar su nombre, en voz alta y ella había hecho caso omiso a su amiga, como si no estuviera allí. Desde ese momento So Min había tenido cuidado de que nadie la viera poseída y no la tacharan de friki. Sin embargo ese lunes no llegó a tal punto pues sintió que no estaba sola en la sala, dejó de tocar y se dio la vuelta como un resorte y no encontró a nadie que la acompañara. Alejo pensamientos extraños con un movimiento de cabeza y volvió a concentrarse en el blanco y negro de las teclas .

De repente tú [ V, Kim Taehyung BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora