Soo Young, sentada en un taburete frente a la barra de la cocina, llevaba pues la sudadera de Yoon Gi y unos de sus pantalones cortos que le estaban tan grandes que casi parecían pantalones pesqueros. No hacía más que darle vueltas a la comida que tenía en el plato pero en ningún momento llegaba a comer, no es que menospreciara la comida que hacía su novio era solo que no tenía nada de apetito, desde que habló con Hyun Woo su estómago se había cerrado completamente. Yoon Gi se sentó frente a ella, su novia ni si quiera se percató de que estaba allí, era como si estuviera en otro mundo, al menos muy lejos de la cocina del apartamento. Llevaba así desde que volvieron al apartamento, incluso había notado que no podía dormir, ya que no había dejado de dar vueltas durante toda la noche. Aunque sabía que es lo que la tenía así de preocupada no había hablado sobre el tema y él no quería presionarle.
- ¿Tan feo estoy? -dijo intentado captar su atención. Soo Young le miró si entender- ¿Que si tan feo estoy con este color de pelo que ni si quiera tienes ganas de comer?
- ¿Qué? ¿Qué dices? Estás guapísimo - dijo pasando sus dedos por el pelo rubio del chico.
- Entonces es que no cocino bien - intentó persuadirla de nuevo - Puedes decírmelo, si quieres podemos pedir algo de comer o...
- No, no -le cortó rápidamente y dejó escapar un suspiro soltando los palillos en el plato- Es solo que tengo el estómago vacío...no...no dejo de darle vueltas a una cosa.
- Es lo que hablaste ayer con Hyun Woo, ¿verdad? - le preguntó entrecerrando los ojos- Y estás empezando a creer en Tae Hyung.
-Me conoces demasiado bien -respondió con una tímida sonrisa- Es solo que...Jung Seo nunca ha mentido, ¿sabes? Soy la primera persona que no juzga a nadie sin saber la verdad completa pero So Min nos dijo muy segura de ella misma que Jung Seo estaba en una cena familiar pero Hyun Woo nos dice que es imposible porque sus padres están fuera de la ciudad, ¿qué necesidad hay de mentirle a tu novia? Si Jung Seo está engañando a So Min, si hace daño a mi amiga juro que lo mato.
- Y no dudo de ello- dijo riéndose - Pero como bien has dicho no hay que juzgar sin conocer así que no te adelantes a los acontecimientos. No sabemos toda la historia por lo que aún no podemos actuar.
- Lo sé, lo sé - dejó caer su cabeza sobre sus manos apoyadas en la mesa- Es que no quiero que So Min salga herida.
Yoon Gi se levantó y se acercó a su novia por detrás, pasando sus brazos dulcemente por su cintura. Cuando Soo Young le sintió una sonrisa se expandió por su rostro y agarró sus manos, girando el taburete para estar frente a él. Yoon Gi dejó descansar su frente en la de ella, Soo Young acarició su rostro, era pálido y suave. Cada vez que lo miraba no daba crédito a la suerte que tenía, quizás para los demás podía parecer una persona fría, incluso a veces borde y tímido pero ella, que lo conocía en sus momentos más íntimos, que lo había visto enfadarse, arrepentido, deprimido y en su mayor euforia, ella que conocía cada parte de su cuerpo, cada lunar, sus marcas de nacimiento, que había visto su piel allí donde era incluso más pálida, solo ella conocía al verdadero Yoon Gi y estaba locamente enamorada de él.
Su novio la beso, dulce y lentamente, haciendo que su respiración se relajara cada vez más. Cada vez que le besaba Soo Young perdía todo control de su pensamiento, dejándose llevar completamente por él. Yoon Gi apretó sus manos en su cintura obligandola a inclinarse levemente y haciéndola reír.
- Te tienes que ir- consiguió decir, odiándose por ser la que tuviera que poner final a ese momento. Pero a Yoon Gi pareció no importarle pues siguió besándola- Yoon Gi...el ensayo- dijo separándose levemente de él- No puedes llegar tarde.
- Ahora mismo los odio, a todos- bromeó haciéndola reír- No le des más vueltas, ¿vale? Si quieres puedes quedarte, cuando salga del ensayo compro la cena y cenamos juntos, ¿te parece bien?
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De repente tú [ V, Kim Taehyung BTS]
FanficHan So Min, de 18 años, tenía muy claro cual sería la meta en su vida, llegar a ser una pianista de prestigio. Para ello practicaba más de 4 horas diarias desde que tenía tres años. Nada ni nadie podía impedirlo, ni si quiera el hecho de estar en e...