De repente tú [ V, Kim Taehyung BTS]

Capítulo 11

   

Importante A/N del final, leedla por favor

Cuando el viernes sonó el timbre que anunciaba el final del último examen un estruendo enorme irrumpió por todos los rincones del instituto. Se había acabado, al menos por unos meses, los exámenes ya habían terminado y eso implicaba que el festival del colegio estaba a la vuelta de la esquina. Los alumnos no podían esconder su alegría y los profesores se daban por vencidos a la hora de pedirles que mantuvieran la compostura, aún así podía verse a alumnos con las cabezas cabizbajas, aquellos a los que el periodo de exámenes no les había ido también como al resto pero que aún así eran en parte felices por haber acabado con aquella presión. 

Una vez que la presión había desaparecido tras entregar el último examen So Min sintió el peso del cansancio en sus hombros y párpados, amenazaba con quedarse dormida en cualquier momento. Sin embargo sabía que aún no había tiempo de descansar para ella, con el final de los parciales llegaba el festival de la escuela y ese año, más que nunca, tenían que trabajar para impresionar al resto de alumnos, si querían obtener un sobresaliente.  Tras guardar su estuche y cuadernos se dirigió al cuarto de baño para poder refrescarse y hacer desaparecer el cansancio. Se arrastró, porque a aquella forma de desplazarse no se le podía llamar andar, hasta el aula de música; ninguno de sus compañeros había llegado aún así que se sentó en su sitio a la espera de que alguien llegara. En cuestión de diez minutos sus compañeros llegaron, se había quedado traspuesta y las voces y risas le pillaron por sorpresa. Se frotó los ojos para despertarse totalmente y se sentó correctamente. 

- La primera siempre, ¿eh? - Joo Hyeon se dirigió hacia la chica dejando su mochila al lado de su asiento. 

Sin embargo So Min no respondió, estaba tan adormilado que ni si quiera era consciente de que le hablara a ella. Miro al grupo de alumnos que acababa de llegar, Joon Min, Joo Hyeon, Seun Yeung, Ha Joon, una chica de pelo cortito de la cual no recordaba su nombre y los demás estaban allí, pero no veía a Tae Hyung por ningún lado, a pesar de que podía jurar haberlo visto llegar, además su guitarra estaba allí. Quizás había olvidado algo, o había tenido que ir al servicio con urgencia. Sus compañeros prepararon sus propios instrumentos, el sonido de cada uno de ellos afinando y comprobando el estado de las cuerdas inundo la sala. Solo de ese modo consiguió despertarse, con el sonido de la música. Busco su cuaderno de notas en su cartera, al levantar la cabeza se encontró a Tae Hyung tras el piano.

- Nos queda una larga tarde por delante - dijo tendiéndole una botella de lo que parecía bebida energética- Y nuestra genio no puede quedarse dormida. 

- Gracias - respondió sin poder contener la sonrisa. 

So Min dio un largo sorbo a la bebida, no esperaba que estuviera tan fría y no pudo evitar apretar los ojos al beber. Escuchó una risita proveniente de Tae Hyung y sus orejas ardieron de vergüenza. Le tendió la botella al chico el cual la aceptó de inmediato, dio un sorbo y tuvo la misma reacción que So Min, Tae Hyung entrecerró un ojo, apretando los dientes, dando lugar a una mueca que hizo reír a la chica, una carcajada limpia y sincera. 

- Ey, vosotros dos - les señaló Joo Hyeon- Dejaros de tonterías y vamos a empezar. Quiero dormir. 

Los dos amigos hicieron una mueca de mal gusto y arrastraron sus pies hasta los dos asientos que habían quedado libres en el círculo que habían preparado el resto. El profesor Kim se había encargado de que los estudiantes pudieran quedarse hasta el final de la jornada escolar en la sala de música para poder empezar a trabajar en la presentación del festival. Entre ellos habían acordado estar hasta las nueve y después cenar juntos para poder seguir hablando de la presentación. So Min lo tenía todo preparado, no solo había estudiado para todos los parciales sino que había encontrado el tiempo suficiente para poder componer algo para cada uno de los instrumentos de sus compañeros. Debía asegurarse ese diez, necesitaba ese diez, ese año más que nunca necesitaba tener todas las notas en su máxima marca y el hecho de que tuviera que conseguirlo mediante esa presentación era algo que no le dejaba dormir bien por las noches.