Capitulo 24

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Estaba en mi cuarto. Recordé la carta que Martín le había dejado a Rosse. Decidí leerla. Aúnque estaba algo mal lo que hacia.

" Rosse...

Si lees esta carta es porque seguramente ya no estoy contigo. Tal vez mi turno ya llegó y tuve que marcharme. Pero quiero que sepas que te amo, y lo seguiré haciendo; valla a donde valla mi corazón seguirá amándote; créeme, no importa si es al cielo. Jamás dejaré de amarte. Me hiciste feliz en muy poco tiempo. Fuiste mi primer amor, y serás el último, el único. Todas las cosas que viví con vos permanecerán en mi corazón. No olvidó nuestro primer beso, tampoco nuestro primer abrazo. Mucho menos nuestra primera vez. Esas fueron cosas maravillosas. Igual que el día en el cual te conocí. Tú nunca te habías dado cuenta, pero enamoré de ti mucho de antes de lo que imaginas. Había sentido algo desde la primera vez que te vi... ahora solo quiero que sepas que si algo malo llega a pasarme, quiero que sigas adelante. No quiero que te derrumbes. Debes seguir y aquí yo te esperaré.

Te amo con todo mi ser , Rosse. Te amaré por siempre...

-Martín

Iba a salir de casa. Observé a mi tía que se encontraba realizando unos papeles importes y luego sonreí.

— A donde vas? — me dijo.

— Iré a la casa de una amiga, me necesita— Le dije .

— Vas y vuelves, ¿Entendido? No apagues tu teléfono.

  — Esta bien Tía, no lo apagaré. — Me acerqué a ella y le di un largo abrazo— Nunca olvides que te quiero mucho tía.

  — ¿A que se debe tanto cariño? — Se rió— Te quiero más amor, ahora ve y recuerda llamarme cuando llegues, ¿Okey?

  — Eso haré Tía, ya debo irme— La miré por última vez y me marché.

Relata* 

El diario de Romina terminó allí. Pero contaré lo que pasó después.

Al salir de su casa , Romina tomó el auto de su madre. Era la madrugada. Se dirigió a una autopista, una carretera, donde siempre estaba lleno de auto, solo que esta vez no había nadie.

En el camino a la autopista se detuvo y se quedó observando fijamente un paredón. El paredón estaba intacto. << Feliz cumpleaños, Ro>> Bajó del auto para mirarlo más de cerca y empezarlo a tocar suavemente, mientras pequeñas lágrimas rosaban su mejilla.

Subió a su auto y siguió.

Se detuvo nuevamente, esta vez en la autopista.Colocó su cartel en el cuello , el cual decía "donador de órganos", sus ojos comenzaban a quebrarse de tanto dolor. Millones de recuerdos invadían su mente en ese preciso momento.

El día en que entré a esa escuela. El día en el que lo conocí. El día en que me protegió de esas chicas. Cuando bailamos juntos. Cuando volvió a salvarme. Cuando me dio el primer abrazo. El primer beso. El último beso.

Las lágrimas caían. Pensaba en todo, pero sabia que era hora de marcharse. Tomó una caja de pastillas que estaban guardadas en uno de los cajones del auto de su madre. Las abrió y las trajo mientras lloraba. Sacó un gorro de esos cajones. Era el gorro que Martín le había regalo aquel día por su cumpleaños. Lo apretó contra su pecho, y luego lo colocó en su cabeza y sonrió como una loca en sus últimos minutos de vida. Susurró unas últimas palabras.. "Solo quiero que seas feliz... mis ojos vivirán en ti.. Te amo, Martín " Cubrió sus ojos con sus manos, pulsó el acelerador con su pie derecho y así el auto terminó chocando, dejándola sin vida.

Minutos más tardes.

Esa misma noche llamaron a Rosse. A la madrugada. Diciendo que ya tenían un donador. Ella despertó a Martín quien estaba feliz, pero asustado al mismo tiempo.

Atendió.

— ¡Martín, Martín! despierta, hay un donador.— Dijo feliz por la noticia.

Martín no respondió solo hizo gesto de felicidad y la abrazó.

Una vez que llegaron al hospital de inmediato le iban a hacer el trasplante a Martín, así que Rosse se quedó afuera y comenzó a sonreír al saber que él estaría bien... La felicidad no duró por mucho tiempo en cuanto se le acerco un policía

— Conocí a Romina. Fui traída aquí para donar sus córneas, tuvo un accidente.  Aun estamos investigando, pero creo que fue un suicidio.

El policía saco un sobre de su bolsillo, éste estaba cubierto de sangre.

" Rosse, cuando leas esta carta seguro estaré muerta, me voy a un lugar donde no hay cielo, renaceré en algún lugar del infierno, esperaré a Martín para que conozca el cielo.. ahora si soy feliz..."

Rosse leyó la carta hasta ese cierto punto, con los ojos llorosos, sin saber  que hacer y confundida, preguntó : Donde esta Romina? .

El policía respondió : En la morgue.

Ella salió corriendo mientras seguía leyendo la carta poco poco...

" Tu no lo sabes, pero él fue la primera persona que yo quise, fue el primero en quererme de verdad, fue el primero en cuidarme, en hacerme sonreír, la primera persona que me dio un obsequio, por cierto el mejor de todos...la primera persona en hacerme feliz completamente... Ahora el podrá ver a través de mis ojos y yo a través de su corazón.. Ahora que lo sé... me encanta ser parte de Martín.. ¡Hazlo feliz, muy feliz!... ahora tú debes ser feliz también.. No vayas a decirle nada sobre mi largo viaje.. cuento con tu silencio. Te agradezco mucho, Romina."

Rosse encontró el cuerpo... con miedo y sin querer hacerlo, levantó la sabana.

Y si, ahí estaba. Su cuerpo. Romina. Cubierta de sangre. Sin vida.

Se quedo llorando sobre ese cuerpo sin vida y luego salió corriendo gritando :"¡Porque hiciste esto! " " ¡No tenias que hacerme esto!" "¡Porque!" " ¡Porque lo hiciste!" . Mientras decía eso su rostro estaba cubierto de lágrimas y con la mirada perdida hacia el techo, tratando de entender, porque lo hizo.. pero la razón era demasiado obvia.


Divine Eyes. {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora