Diez.

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Tras haberme puesto el bikini, baje otra vez y me puse unas gafas de sol que disimulasen mis ojos hinchados.

Sí, soy idiota. Sí, me he pasado la noche despierta. Y Sí, he estado llorando. No puedo evitarlo, yo le quería, y sin embargo él... Él solo es un celoso.

Preparo mis cosas y las meto en mi mochila, la del concierto, tendría que aprobecharla. Luego salí de mi casa y fui a abrir la puerta del maletero del coche y dejar ahi mi mochila, pero me interrumpen.

- Nuria - dice mi padre - Toma, esto para ti.

Me giré poco a poco, y pude ver una guitarra española, preciosa.

-¡Papa!¡mama! - ella también se encontraba alli - Pe...pero...vosotros...

- Te la mereces, anoche me pasé contigo, y me dijistes que te gustaba tocar la guitarra. - dijo mi madre, en tono comprensivo.

- Muchas gracias - corrí hacia ellos y les abracé.

- ¿Nos cantarás algo en la playa, no? - dijo mi padre tras el abrazo.

- Claro que si.

Y nos montamos en el coche. Aunque vivia en Málaga capital, siempre ibamos a otros sitios más alejados porque suele haber menos gente. En media hora ya estabamos alli.

Lo pasé genial, el agua estaba buenisima, el sol no quemaba mucho. Por la tarde, unos chicos pusieron sus toallas cerca de la mia, bueno no muy cerca pero estaban violando mi intimidad.

Me acerqué a mi madre.

- Mamá, esos muchachos me suenan y no sé de que.- En realidad no todos, solo uno. He de decir que era muy sexy, aunque no se quito la camiseta. Ninguno se la quitó.

- ¿Ah si? Pues a mi no...

- Bueno, Nuria, es hora de que nos cantes algo ¿no? - dijo mi padre, secándose con la toalla.

-Vaaaaaaaaaaaale - contesté. - Dame las llaves. - me las dió. Habiamos dejado el coche muy lejos, pero no queria pedirles ayuda, ya lo encontraria yo solita.

Una vez en los aparcamientos, me puse a buscar. Una vez más, aquel chico estaba allí también, me parece como si me persiguiera. Le hice caso omiso y proseguí en la busqueda de mi coche.

Y alli estaba, menos mal. Desbloqueé el coche y abrí la puerta trasera.

- ¿Nuria? - alguien me llamaba detras de mí. Me detuve unos segundos para identificar la voz.

- ¿Pablo? ¿Que haces aqui? - contesté sobresaltada.

- Yo tambien vengo a la playa de vez en cuando - me contestó. Y luego sonrió.

- Yo venía a por mi guitarra, le voy a tocar algo a mis padres.

- Si quieres - contestó - vamos juntos hasta la sombrilla.

- Vale, como quieras. - le sonreí y saqué la guitarra.

Comenzamos a caminar hasta la playa.

- Oye y ¿como te va?- me dijo mirando el suelo.

-Muy bien, gracias a tu musica he aprendido a tocar la guitarra, y esta misma mañana mis padres me han regalado esta guitarra.

- ¿Ah si? Que bien. Me alegro. Es muy bonito saber que causo este efecto en mis fans.

- Esque eres especial, eres alguien que hace que nuestros corazones se alegren con solo una canción. Pablo, nos transmites algo increible.

- Yo me alegro - sonrio de nuevo. Sus ojos penetraban en los mios.- Una vez tendrías que venir de concierto y verlo detrás del escenario, así sí que te das cuenta de lo que te quieren.

- Cierto- le dije.

- ¿Nos echamos una foto?

- Claro! Espera... Me he dejado el movil en casa...

- Da igual, la echo yo - me volvio a regalar una de sus sonrisas.

Tras haberla echo, practicamente estabamos ya en la playa.

- Bueno, yo me voy ya - me dijo- me alegro de que ahora te guste tocar la guitarra. Un placer.

- Hasta otra, Pablo.

Parecía fría pero habermelo encontrado me había dejado helada. Ya van tres veces, y cada vez es más especial.

- Mamá, Papá, ya estoy aquí - ellos sonrieron por mi llegada. Se notaba que habían estado esperandome.

Les cante varias canciones hasta que atardeció. Y entonces nos montamos en el coche y nos fuimos.

En cuanto llegué a mi casa, me duché. Luego salí y me cepillé el pelo. En esto, recibo un mensaje." O es David o Eli- pensé".

Lo encendí. Numero desconocido. Era un whatsapp. Lo abrí. Y me quedé de piedra cuando ví lo que era.

- Bueno, aqui tienes la foto, Nuria! Un besote de Pablo.

Aquel mensaje me revolucionó el estómago. Era él. ¿Cómo había conseguido mi numero? Este chico me sorprende cada vez más.

- Muchas Gracias Pablo! ¿Como conseguiste mi número? Buenas noches.

Seguí peinandome nerviosamente. De nuevo, sonó.

- Tengo mis contactos... Buenas noches para ti también.

Y con este mensaje me fui a dormir felizmente.



Idolo [Pablo Alborán y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora