❝Louis Boy❞ {Larry Stylinson}

49.

Dedicado especialmente a: aboutlxrrys, porque ella me lo pidió hace tanto tiempo.

Entre besos torpes y pasos aún más torpes llegaron hasta la habitación de Harry. Ambos cayeron en la cama, aun con sus labios unidos, besándose.

Harry se separó un poco de Louis para poder verlo mejor, no quería perderse ningún gesto de su lindo novio. Novio, que linda sonaba esa palabra.

Louis lo saco de sus pensamientos, agarrando sus labios para otro beso.

Harry con delicadeza comenzó a recorrer el cuerpo del castaño, quien se movía debajo de él restregando sus erecciones. Bajo sus besos al cuello de él y se dedicó a dejar más de una mordida, quería que todo el mundo supiera que Louis Tomlinson era absolutamente de él.

–Bebé... –Louis susurro, agarrando los rizos de Harry y jalándolos cuando sintió que el chico pasaba su lengua en círculos sobre su cuello.

Harry sonrió contra la piel. Bajando sus manos y quitándole con cuidado la camisa a Louis.

Por fin lo tenía para él solo.

Tan hermoso.

Siguió besándolo, llegando hasta sus tetillas y mordiéndolas, para luego chupar un poco, repitiendo el proceso en ambas, hasta que estaban rojas y brillaban gracias a su saliva.

Beso cada parte del abdomen de Louis, pasando la lengua de vez en cuando, hasta llegar a sus caderas. Louis gimió de la anticipación, queriendo deshacerse de toda ropa que estorbara para estar piel con piel con su novio.

–No seas impaciente, Lou –Harry se burló, tomándose su tiempo que desabrochar los pantalones y bajarlos tan lento.

Louis solo gruño, soltando un gemido cuando la mano de Harry se posó en su miembro, tocándolo por encima del bóxer azul que cargaba.

Se sostuvo como pudo de sus codos y miro a su novio, quien se acomodaba entre sus piernas y bajaba la única tela que cubría su cuerpo. Su miembro salió, chocando contra su abdomen.

Harry se relamió los labios, mirándolo directamente a los ojos y metiéndose su miembro en la boca.

Louis jadeo, dejando caer su cabeza hacia atrás, sentir la calidad boca de Harry alrededor suyo era una tortura. El rizado sabía lo que hacía. Sus gemidos eran tan agudos que Harry sintió que se colocaba más duro, sintiendo como su entrepierna apretaba gracias a sus ajustados pantalones, pero no le importo, siguió en su trabajo, metiéndose todo lo posible a su boca.

–Harry... –Louis gimió. Y él sintió que podía venirse solamente con escuchar su nombre salir de los labios del castaño.

Paso su lengua por todo el miembro, moviéndola en círculos sobre la punta, sintiendo el sabor del pre-semen en ella.

–No quiero correrme en tu boca –advirtió como pudo, con su respiración agitada.

Harry le sonrió, subiendo hasta su altura y besándolo de nuevo, sintiendo las manos de Louis desnudarlo como podía.

Ambos yacían desnudos sobre la cama, con sus labios pegados, sus erecciones restregándose, creando una fricción que hacía que ambos gimieran en la boca del otro.

–Te amo, Louis –Harry confeso, y aunque ya lo había dicho antes, esta vez lo sentía más íntimo.

Louis se le quedo mirando, con sus ojos azules brillando no solo de la excitación. Un gemido salió de sus labios, bajando su mirada y viendo como Harry masturbaba ambos miembros con una mano.

Cuando ya habían explorado el cuerpo del otro, Harry se levantó de la cama y busco condones y lubricante. Los poso a un lado de ellos sobre la cama y se posiciono de nuevo sobre las piernas de Louis.

Este le sonrió, ejerciendo toda la fuerza que tenía para echar a Harry para atrás, dejándolo sobre su espalda, ahora quedando él encima.

–¿En serio quieres discutir esto? –Harry sonrió.

Louis lo miro pícaramente, inclinándose y mordiéndole el lóbulo de la oreja.

–Es que no hay nada que discutir –movió sus caderas hacia adelante, simulando penetrar al rizado.

Este soltó una carcajada, tanteando con su mano la entrada de Louis.

–No te luce –se burló al meter un dedo dentro del castaño, este jadeo.

Harry siguió penetrándolo con su dedo.

–Este juego lo puede jugar dos –Louis contraataco.

Llevo uno de sus dedos a su boca y lo chupo bajo la atenta mirada de su novio. Luego lo llevo a la entrada de Harry y lo metió poco a poco.

Y ahí estaban ellos, con un dedo dentro del cuerpo ajeno, gimiendo, mirándose directamente, con sus respiraciones agitadas.

–Suficiente –Harry gruño, moviéndose y dejando a Louis debajo de él.

Este en una acción obscena se llevó su dedo a la boca, saboreándolo.

–Sabes bien.

Harry levanto una ceja.

–Yo probare directamente. De cuatro.

Louis jadeo ante la orden, pero hizo caso, dejando su trasero expuesto, delante de la cara del rizado.

Este miro ese anillo de músculos, y pasó su lengua, sintiendo un sabor salado.

–Quiero hacerte sentir bien, bebé.

Louis asintió, empujando sus caderas a la cara de Harry, buscando más contacto, y este le dio lo que quería.

Harry básicamente lo follaba con su lengua, sintiendo a Louis contraerse alrededor de él, gimiendo groserías entendibles.

Lo acomodo de nuevo en la posición inicial, viendo las mejillas rojas de Louis, y como se mordía el labio.

–¡Mira! Tengo un dedito para metértelo por el culito –canturreo.

Louis arrugo el entrecejo, pero antes de que pudiera decir algo, Harry metió de nuevo sus dedos en él.

–Mira el dedito, míralo, cara de ortito, porque ira directo a tu culito que se ve bien folladito.

Louis extrañamente se sintió bien con lo que Harry canturreaba, aunque lo había ofendido, no pudo pensar en eso cuando los dedos de él fueron más profundos.

Harry se colocó un condón a lo largo de todo su miembro, posicionándose mejor entre las piernas de Louis, esparció un poco de lubricante y luego sonrió.

Las penetraciones eran constante, ambos gimiendo, con sus manos entrelazadas, mirándose a los ojos, sintiendo el placer recorrer sus cuerpos, el sudor aflorando de ellos.

Harry con una mano agarro el miembro erecto de Louis y comenzó a masturbarlo, aumentando el ritmo de sus embestidas. Queriendo que ambos se corrieran juntos.

Y así fue, el rizado llego a su orgasmo, corriéndose dentro del condón al sentir las paredes de Louis apretar su miembro. Louis se correo encima de su abdomen y sobre la mano de Harry.

El rizado se salió de él, quitándose el condón y haciéndole un nudo para tirarlo al suelo de la habitación.

Cuando ambos estuvieron limpios, sin ningún rastro de semen, se acurrucaron en la cama, Louis sobre el pecho de Harry, cerrando los ojos ante las caricias de su novio en su cabello sudado.

Louis lo miro con una sonrisa, soñoliento.

–También te amo, Harry –confeso.

Y él sabía que así era, amaba al chico que lo tenía entre sus brazos, amaba a Harry, amaba al fan, amaba al Louis Boy.