Presentación

424 35 37
                                    

Aquí mi primer intento de escribir ficción. No es una tarea fácil, teniendo en cuenta el hecho de que para escribir hay que tener (por lo que me doy cuenta) un 10 por ciento de inspiración y un 90 por ciento de transpiración, con todo lo que esto significa.

Desde muy pequeño (creo que alrededor de los 7 años) he sido un ser encantado por los hechizos de la lectura. Me considero un lector empedernido y universal. Por mi apasionamiento y constancia hacia la lectura, el primer calificativo. Por la variedad de estilos y formatos que leo, el segundo. A lo largo de mis años he pasado desde el drama más complejo a la fantasía más absurda. Del romance más lacrimógeno a la novela negra más violenta. No me he casado con ningún estilo. Leo todo lo que llegue a mis manos sin discriminación alguna. Esto me ha llevado a entender que en la literatura solo existen dos tipos de libros: los buenos y los malos. Ni más ni menos. Esa diversidad me ha permitido concretar una manera de entender el arte de la escritura muy particular.

La variedad tiene sus mañas, es verdad, pero eso no le quita el sabor inclusivo que siempre ha tenido. Y pienso que en esta época de las redes sociales, donde todo parece explotar ante nuestros ojos a la velocidad de un click, el camino a seguir para que continuemos evolucionando hacia el bien común, manteniendo nuestra condición de seres pensantes y bondadosos, es el de la tolerancia y la inclusión. Esto podría marcar la diferencia. Y a la vez nos condiciona como seres humanos, ya que tenemos por delante una variada gama de responsabilidades, que no sé si estamos listos para asumir, pero que involucra un acto noble de por sí. Me refiero a esa acción tan antigua y emotiva que, a pesar de los años, sigue tan campante como una de las maneras más significativas que existen: el saber compartir.

Por todo lo escrito, cuando me decidí a publicar por primera vez, quise que sea de esta manera. Aquí, gratuitamente y sin más condicionamientos que el de un par de reglas que servirán para que pueda experimentar una retroalimentación justa, de acuerdo con mi obra, sea ésta buena o mala. Da igual. El "feed-back" puede venir de los dos lados y de las dos formas, y eso lo acepto desde el primer momento que me puse a escribir estas líneas. Aquellos que alguna vez iniciaron el recorrido por el exigente y duro sendero de la escritura, tarde o temprano descubren que nunca le van a dar el gusto a todos y de que las obras que se van publicando a lo largo de la vida, no serán perfectas jamás. Contra ese tipo de temores, que más que temores son realidades, debe enfrentarse el escritor novato o experimentado, desconocido o famoso, cada vez que traza o teclea palabras, oraciones, párrafos, capítulos y finalmente, libros enteros. En definitivas, las ataduras en el mundo de la creación o de la recopilación son duras y permanentes.

Tengo asumido que este trabajo será una novela. Desde los 10 años escribo para mí. Ahora que estoy llegando lentamente a mi cuarta década en este mundo, quiero intentar sacar de mí una historia que pueda compartir con otras personas. De ahí que este proyecto sea muy especial. Toda mi vida he borrado, destruido, encajonado o perdido infinidad de textos míos que me parecían una cruel broma del destino. Nadie me ha leído nunca. Yo he leído mucho. Y cuando escribo "mucho" no lo hago para completar la oración. He finalizado mi encierro interno y ahora me expondré al mundo. Tal vez esto no lo lea nadie. Quizás sean pocas las personas que se pasen por aquí. A lo mejor funciona bien y se da la gracia de que sean miles aquellos que se ubiquen en el tiempo y el espacio dentro de mi narración. A lo mejor. Pero igual esto sigue siendo como jugar a los dados. Nunca sabrás que número te va a tocar.

Todo empezó cuando me topé con un portentoso programa de escritura que me llevó a una búsqueda intensa, en la red de redes, de tutoriales prácticos que me permitieran utilizar esa notable herramienta para escritores. Me topé con uno muy bueno en castellano, que a la vez me ubicó dentro del blog de una escritora que acababa de publicar su primer libro. Me llamó la atención de inmediato. Investigué con profundidad y terminé encontrando un par de obras suyas aquí. Era la primera vez que leía unos libros "on line". Para ello me registré y hasta ahora esas son las únicas obras que he tenido el tiempo de leer por estos lares. Seguramente habrán más, pero por de pronto, mi lista de espera es bastante compleja con libros físicos y electrónicos en igualdad de condiciones, supeditando a la vez mis decisiones a la hora de racionar mi tiempo de lectura. En fin, palabras más palabras menos, me había topado con el sitio ideal para leer historias diferentes, fuera del ritmo impositivo editorial. Había encontrado un lugar especial en donde podría quizás, si las cosas encajaban... publicar.

La Ciudad Roja (Canción de Muerte y Vida #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora