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Me había acostumbrado a resistirme las ganas de hablar con ella sobre su enfermedad, por que no podíamos ignorarlo por siempre, pero ella no estaba lista para hablar así que solo trataba de ignorar la situación, para hacerla feliz.

Pero es imposible no cometer un error. Un día, estábamos sentados en la banca de un parque, y dije algo sin pensarlo antes: "Deberías estudiar medicina" era broma; segundos después recapacité... ella nunca podría hacerlo.

Ella se quedó en silencio, mirando el verde pasto como si pudiera encontrar mucho en el.

"¿Sabes? Es cansado que la gente te pregunte como te sientes todo el tiempo, pero solo en el sentido físico. No lo hacen a propósito, pero nadie nunca me ha preguntado que pienso del cáncer" habló ella.

"¿Qué piensas del cáncer?" pregunté, intrigado por la respuesta que podría darme.

"Es horrible" afirma ella, cerrando los ojos por un momento y cuando los abre puedo ver como lágrimas se asoman "Odio el hecho de que no podré entrar a la universidad, nunca me graduaré, trabajaré, nunca me casaré..." hace una pausa para limpiar sus mojadas mejillas y la acerco más a mi cuerpo "...nunca tendré hijos, no los veré crecer y tener hijos" solloza abrazándome fuerte.

Escuché cada palabra, resistiendo las ganas de llorar, porque en ese momento necesitaba alguien que la sostuviera, que le diera fuerzas que en ese minuto carecía.

"Todos los sueños que una vez tuve para un futuro, se destrozaron gracias al cáncer" su voz era quebrada por el llanto, justo igual que mi corazón.

Nunca la había visto tan triste, pero se sentía bien que se desahogara, porque entre más lo resistes, más duele al salir. Además, días negros se aproximaban en su vida y en la de la gente que la rodea, ella sería la única que haría esos días más claros para todos nosotros.

what she did «Shawn Mendes»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora