Un sonido molesto lo había despertado, aunque no podía reconocer de dónde provenía. Sin abrir los ojos logró sentarse, tratando de ubicar lo que hacía ruido. Al abrir los ojos con pereza pudo ver una luz debajo del sofá, rodeado de restos de comida chatarra y algo pegajoso. Se acercó sin ganas y tomó el celular de Suga que sonaba con insistencia. Sin mirar la pantalla, se inclinó hasta donde estaba Suga acostado y lanzó el aparato contra su estómago. Suga despertó sobresaltándose y vio a Tobio volviendo al mismo lugar donde había caído dormido.
Tomó el celular y, con dificultad, observó el identificador para luego acomodarse sobre el sofá con rapidez, con los ojos abiertos de par en par, y totalmente confundido contestó el celular.
—Ho... hola —dijo, tratando de sonar lo más firme que el sueño le permitía.
—¡Suga! Gracias a Dios que contestas...
—¿Daichi? ¿Sucede algo malo? ¿Estás bien? —preguntó apresurado. Del otro lado de la línea sólo se escuchaba una voz molesta, a la cual no se le entendía nada.
—¡Tanaka, ya! ¡Estás tornándote seriamente insoportable! —se quejó Daichi, tratando de alejar el celular para que Suga no escuche.
—¿Tanaka está contigo? Daichi, me has dado un susto de muerte, ¿qué sucede? ¿Estás bien? —volvió a insistir.
—Sí, lamento en serio despertarte a esta hora, pero tuvimos un pequeño inconveniente... y necesito que pases por mí... y los chicos... ¿puedes? Juro pagártelo luego, por favor no me riñas, tengo suficiente con estos borrachos irresponsables. —Suga sólo se limitó a pasar su mano libre por su cabello, procesando toda la información en su cabeza recién despierta.
Observó al pelinegro que se encontraba examinando la situación con mirada cansada y confundida desde el suelo. Suga suspiró y respondió con voz ronca:
—Dime la dirección, iré lo más rápido que pueda.
—No, Suga, maneja con cuidado...
—Dime la dirección, Daichi —interrumpió, hablando con calma fingida.
Daichi hizo caso sin protestar más. Al colgar pudo sentir la mirada de Tobio indagando en silencio.
—¿Quieres acompañarme? —preguntó Suga.
— Eh... claro... ¿a dónde exactamente?
— Si vienes luego te llevo a casa —respondió evadiendo la pregunta. Tobio lo analizó mentalmente.
— Vale, si eso significa no limpiar tu apartamento —dijo mientras se levantaba y buscaba su abrigo.
Al subirse al coche de Suga, Tobio tuvo que esforzarse para no quedar dormido. Aún era de noche y no comprendía a dónde estaban yendo, pero confiaba en su amigo más que en él mismo.
Llegaron luego de varios minutos, Suga detuvo el coche y bajó del mismo. Tobio, quien aún seguía sin ganas de abrir los ojos, analizó el lugar donde estaba tratando de localizarse en su mapa mental sin éxito.
Unas voces discutiendo lo sacaron de sus pensamientos, observando por la ventanilla del conductor. Del otro lado de la calle pudo distinguir a su amigo discutiendo con un chico algo más alto que él, de cabello oscuro y de brazos cruzados.
—Daichi, sigo sin entender cómo perdieron un automóvil. —La cara de Daichi expresaba enfado y vergüenza al mismo tiempo.
Tobio se volvió blanco como el papel. Ver a Daichi lo había sorprendido, sin embargo eso no era lo peor. Junto a ellos pudo visualizar a Tanaka, algo ebrio, cantando –o tratando de cantar –algo que no llegaba a entender, pero seguramente no era de su gusto musical.
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A Través de la Ventana - Kagehina
Fanfiction"A través de la ventana" cuenta la historia de Tobio, un chico serio y estudiante de economía, que consigue mudarse a vivir solo y lejos de sus insoportables padres gracias a la ayuda de su gran amigo, ex-compañero de instituto y actual compañero de...