Aviso no tan importante pero si.

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¿Cómo dicen que les va, mis adictos del yaoi? 7u7 ¿Ya vieron el primer capítulo de la segunda temporada o k ase...?

*Cez le da un correctivo en toda la cara* :'c

Bueno, como sabrán (o no), hoy iba a haber un especial one-shot daisuga en cambio del capítulo semanal... ¡PERO NO! Y la razón es muy simple: estoy en mi lecho de muerte agonizando y no puedo escribir, es así...

Bueno, no, estoy enferma, tengo fiebre y me siento realmente muy mal, por lo cual no pude terminar de escribir el one-shot (el cual es bastante largo y ya está desarrollado en una síntesis, como toda la historia).

Para compensaros (la fiebre me vuelve española (?), voy a publicar un adelanto (ínfimo) del especial daisuga en este aviso (sin permiso de Cez, así que esto es un secreto entre nosotros 7u7), y seguramente entre mañana y pasado (martes 6 o miércoles 7 de octubre) lo tendrán publicado completo en una historia aparte en esta misma cuenta.

Así que si sos del futuro, probablemente ya puedas leer el especial zabrozongo 7u7

Si no te gusta el daisuga, simplemente ignorá este aviso y...

¡a esperar hasta el próximo lunes para más kagehina!

Sin más preámbulos, fujoshis y fundashis míos(?), el pequeño adelanto daisuga:

  — 


One-shot dentro de la historia "A través de la ventana" – Kagehina.

No hace falta leer "A través de la ventana" para entender esta historia.


La luz del sol se filtraba por la ventana de la habitación, haciendo que Suga se moviera intentando obtener un ángulo donde la luz no le diera en la cara. Al no tener éxito, decidió abrir los ojos cansado.

Daichi dormía tranquilo, con expresión relajada, la boca entreabierta y con sus brazos aprisionaba a Suga. Ahora entendía por qué no podía moverse con mayor libertad.

Lo observó con una sonrisa. Casi nunca podía verlo así de relajado, porque pocas veces conseguía despertar antes que él. Colocó su única mano libre en la mejilla de su novio y lo acarició con suavidad, y rió al recordar la obsesión que tiene con afeitarse todos los días desde que le había dicho que su barba le provocaba cosquillas al besarlo... y otras cosas más.

Daichi abrió los ojos lentamente y observó a su amado mirándolo con diversión.

—¿Qué te parece tan divertido? —indagó con voz grave y ronca, apenas audible, y luego volvió a cerrar los ojos suspirando y acercando a Suga aún más a él en un abrazo. Suga rió en voz baja para no molestar los oídos del recién despertado.

—Me gusta verte dormir —explicó. Daichi sonrió e hizo un sonido de satisfacción. Adoraba escuchar a Suga decirle cosas como esas, le hacía recordar lo afortunado que se sentía.

—Suga... —llamó en tono de pregunta— ¿qué hora es?

Suga se acurrucó en el pecho de su pareja y lo abrazó con fuerza.

—No es tan tarde —respondió, restregando su cara en el pecho desnudo de Daichi.

—Me haces cosquillas —se quejó entre risas suaves y voz adormilada. Tomó entre sus manos la cara de Suga y lo besó con suavidad, pero este lo tomó por el cuello y apegó su cuerpo más a él, profundizando el beso—. No seas egoísta, tengo cosas que hacer —le reprochó. Observó el reloj que estaba sobre la mesita de noche y pudo ver que ya era tarde. Los chicos lo matarían por llegar a cualquier hora al partido amistoso... una vez más.

—Sólo es un partido con los chicos, ellos entenderán —dijo con voz seductora entre besos y caricias pícaras. Daichi se montó sobre él cubriendo a ambos con las sábanas y aprisionó sus manos sobre su cabeza, mirándolo a los ojos con ayuda de la poca luz que se filtraba a través de la tela. Suga sonrió de manera lasciva—. Amo cuando haces esto...

—Amo hacerlo —lo interrumpió, callándolo con un beso. Suga se removió debajo de él, rozando sus torsos desnudos, haciendo un movimiento tentador con sus caderas e incitando a Daichi a acelerar el beso. Daichi protestó y se separó bruscamente de su rostro, volviendo a hundirse en esos ojos marrones—. Mierda, te amo —maldijo. Suga rió y le rodeó la cadera con las piernas, luego gruñó de manera coqueta, cosa que hizo sonreír de lado a Daichi.

—Te ves tan adorable cuando te pones rudo.

—¿Quieres jugar rudo? —preguntó con un tono suave y seductor. Se acercó a su cuello, manteniendo el agarre en sus muñecas, y comenzó a besar y morder delicadamente la piel de su amante. Suga mantenía una sonrisa que ni Dios le quitaba. Cerró los ojos y levantó la cabeza para dejarle espacio.

—Daichi...—susurró. No hacían falta contestaciones ni más palabras. Ellos dos se entendían perfectamentecuando se trataba de rodar entre las sábanas...


¿Alguien dijo maldad?... muajajaja :3

Cez & Mora.


A Través de la Ventana - KagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora