Capitulo 2

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Capitulo 2

Error, tras error. Creo que soy la peor clase de hombre que puede haber en este maldito planeta. La amo y finjo que me acosté con otra, soy un genio, en verdad.

-Aquí viene el puerco otra vez -me carcajeé en voz alta. Sam no me miró, continuo trotando por el camino de tierra, junto al prado en el que jugábamos. Algunos de mis amigos rieron, aunque yo sabía muy bien que también pensaban que de puerco no tenía nada. -¡No vas a bajar nada aunque corras, Sam, necesitas dejar de comer tantos tacos -le grite y Luke me miró mal.

Alexa puso los ojos en blanco al pasar junto al alambrado caído.

-Bravo, idiota -Me mostró el dedo de en medio, pero simplemente no le conteste. No me interesaba pelear con ella, eso tal vez le interesaba a otro.

-¡Ya, Calum! –Me regaño Luke, lanzándome una pelota que no vi y fue a parar al camino. Alexa la esquivo, y siguió a Sam, que continuó sin contestarme.

-Hay que hacérselo saber, a la pobre chica le va a dar un paro si sigue esforzándose así. Tiene buen cuerpo, pero morirá esquelética si la sigues traumando-.Comentó Michael, otro de mis mejores amigos.

-¡Eh, tú! -me giré, sonriendo maliciosamente, esperando su contestación, aun con la horrible imagen de su cuerpo extremadamente delgado. Sam estaba inclinada sobre el alambrado, hermosa con el cabello recogido en una cola alta, con esas calzas ajustadas en torno a sus muslos, con una remera blanca semitransparente que dejaba ver su bikini. Con tal imagen, por supuesto que no vi la pelota que me pego en la parte baja, sí, es aquella parte baja que duele como mil demonios.

Me lleve las manos a la entrepierna y caí de rodillas al suelo de tierra. Otra vez escuche risas, incluso la del amor de mi vida. Buena puntería que tenía. Debo admitir que para ser una chica, Sam tira la pelota con demasiada fuerza; ahora entiendo porque nunca las arqueras del otro equipo pueden atajar sus tiros, de hacerlo quedarían sin mano.

-¡Mierda, Sam!-. Grité de dolor y Luke como idiota no paraba de reír.

-¡Te lo mereces por ser imbécil conmigo! -se rió, y se alejó, riendo con Alexa.

-Ya hermano -Luke me golpeó la espalda mientras intentaba parar de reír, mientras que Alexa trataba de tragarse una carcajada, mientras que todos se burlaban de mí, la iba a pagar caro esa niña. -¿Estás bien?-. Preguntó Ashton, el último de mis mejores amigos.

-¿Te parece? -gemí, con la voz ahogada, incapaz de moverme.

-¿Quieres ir a casa? Aquel pelotazo lo lanzó con la fuerza del infierno.

Asentí, pensando lo mismo que él. Sam había puesto todo su odio en esa bola mortal. Ella era muy buena en eso, podría ganar un buen partido, y gracias a que era tan buena, casi me quedo sin descendencia. Una descendencia que irónicamente, pensaba tener con ella. El día en que quisiera hijos, iba a odiarse a sí misma si no podía concebirlos.

-Mierda -gruñí otra vez. No podía culparla, como siempre me lo merecía. Incluso estaba orgulloso de ella, sabía cómo defenderse. Esperé que supiera usar esa técnica con abusadores. -Juro que no voy a volver a molestarla-. Mentí, lo haría hasta que me las pagará, diablos ahora me volví bipolar.

-Eso no es cierto, amigo -se rió Luke. Él no tenía idea de lo mucho que Sam me gustaba, pero si sabía que no podía controlar mis deseos de atormentarla. Y tenía razón en eso. La próxima vez que la viera, iba a volver a joderla, inevitablemente. -Eres un idiota, ¿quieres que te acompañe a casa?-. Ofreció Michael negando con la cabeza y aun riendo.

-¿Crees que soy un incapacitado? -Le espete, a punto de llorar del dolor.

-Ella te incapacito, efectivamente –dijo Luke, mientras los demás volvían al juego sin nosotros.

-Incapacitado o no, llévame a casa Mike-.Pedí incapaz de caminar, intentándolo un poquito.

-Ella podría formar parte del equipo-. tranquilamente comentó él, y le dirigí una mirada envenenada. ¿Sam en medio de esos buitres? Olvídenlo, mataría a alguien antes de que ella saliera a la cancha. -Okey, no dije nada –susurró Luke, creyendo realmente que mi mirada se debía a mi incapacidad de soportarla. ¡Iluso!

Amargamente camine hacia el banco donde había dejado mis cosas. Recibí algunas burlas de mis compañeros, pero no me moleste en contestarlas. Tomé mis cosas, y con las piernas ligeramente abiertas, eso quiere decir que caminaba como pingüino camine al auto de Michael. Las vacaciones recién estaban comenzando, pero el calor ya estaba presente hace semanas, así que me rostice camino a casa en el auto.

Sam, me las vas a pagar esta vez, espéralo-. Pensé muy furioso.

Weones, ya casi estoy acabando el libro, y quiero hasta acabarlo subirlo bien, por si hay errores y así, pero es que luego se quejan mucho, así que les iré subiendo poco a poquito, comenten mucho, los amo.<3

Bubba Sam. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora