Capitulo 5

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(Lo que está entre paréntesis ''( )'' es lo que Calum piensa, pero no dice)

Capítulo 5

Al tercer día, decidí meter la pulsera en una caja y devolvérsela anónimamente. La había arreglado con mis mejores intenciones. Robe un dije, el del corazón, para quedarme con un pequeño fragmento de ella. Luego, metí una nota; anónima dentro de la caja. Deje el regalo secreto en su ventana en la madrugada, y espere a que al día siguiente, su sonrisa volviera. Mientras, pase el dije de corazón por una cuerda negra, me lo colgué en el cuello y lo guarde debajo de mi remera, junto a mis propios latidos.

Al día siguiente ella estaba riendo, lo estaba haciendo. Efectivamente, su alegría, era la mía. Paso trotando junto a la cancha de béisbol, con la pulsera colgando de su muñeca.

No deje que me viera sonreír, pero deje caer accidentalmente la pelota junto a ella. Sam se detuvo, me miró y luego, tomó la pelota. Estaba listo para recibirla y empezar a entrenar mi buen vocabulario.

Y así, ella me la lanzó en la cara. Se carcajeó, junto con Alexa, que se sujetaba el estómago.

-¿Qué tal te va eso,Calum?-. Rió ella.

Fruncí el ceño. El pelotazo me había dejado entumecida la nariz.

-Yo no sé porque mejor no apuntas otras cosas -dije entre dientes-. Aún me debes una Miles-. Dije molesto.

Sam se cruzó de brazos y me dirigió una mirada burlona.

-¿Quieres una igual a la de ayer?-.Rió ella.

Mis compañeros rieron, pero yo no mostré ni un diente. Definitivamente, ese no había sido el nuevo comienzo que había estado esperando. Acorte la distancia entre nosotros, estire la mano por encima del alambrado, sujete su nuca y la atraje a mi boca.

El beso no fue para nada como lo había imaginado. Fue tosco, forzado, incluso aunque ella no se había resistido, totalmente sorprendida. Cuando la solté, me miró con la boca abierta, al igual que Alexa y cada uno de mis amigos.

-Eso definitivamente me gusto más -dije, y salí del campo, enfadado por la mentira. Por supuesto que besarla era fantástico, pero yo quería otro tipo de beso.

-¿Qué carajos...? -la escuche decir.

Me aleje por la calle, hacia mi casa. No sabía porque había hecho eso, y menos, con qué derecho me había ofendido por la agresión. Como siempre, me lo merecía por idiota.

-¡Calum! -Oí su voz a mis espaldas. Me detuve, resignado. -¿Quieres explicarme que mierda fue eso? -Hasta sonaba enfadada, genial. Yo no le gustaba en absoluto.

Me voltee, con una mueca en la cara.

-Fue una mierda, justamente eso -solté. -Besarte ha sido la cosa más asquerosa que he hecho en mi vida (besarte ha sido la cosa más soñada de mi vida, no puedo creer que lo haya hecho)

Ella se tensó.

-¿Ah, sí? ¿Para qué lo hiciste entonces?-. Espetó molesta.

-¿Para qué crees? ¡Para joderte! ¡Para que más! ¿Por qué crees que te besaría sino? (¿Por qué te amo, tal vez?)

-¡Yo que sé! ¡No vuelvas a hacerlo en tu vida! -Me amenazo con un dedo, rabiosa.

-¡Ni aunque quisiera! (Mentira me muero por hacerlo)

Me volteé, camine más rápido y pude ver que hacía lo mismo cuando giré la cabeza hacia ella. Genial, otra metida de pata.

Bubba Sam. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora