al fin a tú lado. (draco malfoy y tu) - Reedición-

prólogo

Han pasado ya 3 años en el anonimato, al menos entre los compañeros de mi casa. Slytherin.

3 años dónde observaba a todos convivir y yo.... Yo solo hablo con los gemelos Weasley, y no siempre, si no fuera porque consigo algunas cosas para ellos, y si no fuera porque mi padre Severus supongo que tendría mas amigos...

Pero este año sera diferente lo se, podre convivir con ellos y mas aun con Draco Malfoy, siempre escucho que dicen que es muy divertido y en otros lados dicen lo contrario, sera hora de saberlo...

El año comenzó con normalidad, estar en ese enorme tren sola.
Hasta el momento en que un joven ingreso al lugar, me miro por un par de segundos para después gritar.

—¡Grabbe, Draco aquí hay lugares!—. Hablo uno de los seguidores del rubio platinado, Goyle, sentándose a mi lado sin decir nada, no sabia si incomodarme o alegrarme.
En el momento en que Draco entro pude sentir como mi rostro se sonrojo, al fin sabría como es el realmente, espero que sea amigable.

—Oye tu-—. dijo Draco intentando ver mi rostro.

Más, por la manera tan torpe de mi ser, yo me ocultaba tras la mata de cabello, mi rostro era el equivalente a un durazno maduro, lleno de pena y vergüenza, no dejaría que este me mirara así.

—Te estoy hablando, no seas descortés y levanta la cabeza.

Dude por un instante en hacerlo mi rostro me dejaría en vergüenza, pero lo hice, el me miro por un par de segundo antes de pronunciar unas palabras.

—¿Tu estas en nuestra casa?_. pregunto sin sonreír, obteniendo un si con mi cabeza, sin pronunciar un sonido —si es así ¿porque nunca te eh visto?—. Preguntó llevando su mano derecha a su mentón.

—Bueno es que... no suelo hablar con nadie, ademas nunca nadie me nota hasta este instante—. Respondí bajando el tono de voz al mismo tiempo que bajaba un poco la mirada

Los tres me miraron un tanto confundidos por lo que dije pero en fin y en cuenta era verdad, esas fueron las únicas palabras que cruzamos durante todo el camino hasta llegar a escuela.
Dónde, al detenerse el tren, el profesor Severus se acerco a los cuatro con esa mirada tan imponente y temible de siempre.

—señorita ___—. dijo tocando mi hombro y llamando la atención de los tres chicos allí presentes. —el director Dumbledore la esta esperando en su oficina, quiere que llegue antes de la cena—. me miro a los ojos y sonrió ligeramente.

Crabbe, Goyle y Draco me miraron tal parece que lo que dijo el profesor llamo su atención, los mire un par de segundos y me dirigí a la oficina del director, siempre que me llamaba era para dos cosas, ayudarlo con el torneo de los tres magos, asegurándome de que las criaturas mágicas que se vieran involucradas cumplieran con su promesa y la otra razón era para que le dijera que hacia Harry Potter.

Respire profundamente antes de entrar, esperaba que esta ocasión me citara para saber como estoy o algo por el estilo.

—Entra señorita Dumbledore—. dijo con una sonrisa. —¿sabe para que la eh citado hoy aqui?—. Pregunto, dando paseos pequeños y tranquilos, sin dejar un solo eco en la habitación, su mirada cansada, y cabellera larga y blanca, pobre.

—no profesor—. Respondí con seriedad

—no me llames profesor no hay nadie aquí conmigo.

—De acuerdo, tío ¿para que me cito?

— Bueno, la competencia de los tres magos se acerca, mañana a primera hora llegaran los competidores de las otras escuelas, después de la aparición de la marca tenebrosa en el campeonato de quidditch el ministerio se quiere involucrar para mantener el control y mantener a salvo a los estudiantes—. Explicó volviendo a su asiento, se notaba preocupado, candado, molestó, si el ministerio se metía, las cosas no estarían nada bien este año

—¿y yo que tengo que ver en todo esto?

—Pues.. tu te aseguraras de que los competidores estén a salvo, entendido

—Si tío.

—Una cosa más—. Hablo antes de salir de la oficina —Recuerda que nadie puede saber que tu te involucras en esto y tu apellido de igual forma.

Siempre me decía lo mismo, no entiendo porque no puedo decir mi apellido, pero sus razones tendrá, camine por todo el pasillo con rapidez la cena comenzaría en cualquier momento por suerte nadie había entrado al comedor espere en las escaleras hasta el momento en que la gente comenzó a llegar, y la cena dio inicio, durante toda la cena sentía que alguien me miraba, busque por todos lados y no encontré a nadie, seguí comiendo y continuo esa sensación con la mirada busque a la persona hasta encontrarla, era Draco que me miraba sospechosamente sus ojos grises seguían cada uno de mis movimientos, así fue durante todo el transcurso de la cena, al terminar me pare con rapidez y salí con velocidad del comedor hasta llegar a las escaleras, me detuve de golpe y una mano tiro de mi uniforme haciendo que volteara bruscamente.

—Dime... ¿porque te cito el profesor Dumbledore antes de la cena?—. pregunto —Nunca hace eso antes de la cena

Yo solo lo mire seriamente, en su rostro se veía la curiosidad que lo inundaba, pero por mas que quisiera no podía decirle nada, tomo mi brazo con fuerza llevándome a uno de los salones que se encontraba completamente solo, intentaba crear una escusa pero sus ojos grises me robaban toda la atención.

—yo no puedo decirte nada, me lo prohibieron—. Conteste con la voz una temblorosa —Ahora si me disculpas quiero ir a dormir—. intente zafarme de el pero no podía, no es como si el tuviera la gran fuerza, pero, la tenía y eso me comenzaba a tener incómoda, y logro hacerme sentir pequeña

—No te voy a soltar hasta que no me digas.

—no puedo ya déjame por favor me estas lastimando—. No sentía dolor, más posiblemente así me soltaría

El me miro con seriedad, fría y calculadoramente, esos ojos grises son penetrantes y de mala gana me soltó pero aun me bloqueaba la salida
—No creas que caeré en esa pequeña trampa de que eres débil y tímida lo se, puedo verlo en la manera en como me miras—. dijo acercándose peligrosamente a mi —Algo estas escondiendo y voy a saber que es entendiste.

Su mirada parecía ser de odio, ninguno dijo una sola palabra mas y el salio del lugar, ¿porque haría eso? me decía una y otra vez hasta el momento en que decidí salir del lugar para ir a descansar.