Viviendo entre extraños //EDITANDO//2019

CAPÍTULO 2

*Al día siguiente*

Me desperté como de costumbre sobresaltada por el ruido de la alarma. Me desarropé y me metí en el baño para ducharme. No hay nada mejor que una ducha para desperezarse por las mañanas.

Ya estaba lista para ir a clase cuando sonó el teléfono fijo. Fui a cogerlo, pero, la llamada se había cortado. Miré el registro de llamadas. Número desconocido.

- Que vuelvan a llamar- Pensé- Seguro que no es nada importante.

Salí de mi casa y cerré la puerta con llave. Reconocí, al fondo de la calle, las figuras de Marcos, Sam, Alba y cristal que se acercaban tranquilamente. Al verme, aligeraron el paso.

Andábamos los cinco sin prisa hacía el instituto.

Marcos, Alba, Cristal y yo, hablábamos  sobre cosas sin mucha importancia, cuando, nos dimos cuenta de que Sam se quedaba atrás. Cris hizo un gesto como para llamarlo, pero, se detuvo al ver que de una de las casas de la zona salía una una chica rubia, bastante delgada, que se lanzaba a sus brazos sonriente. Nos quedamos todos con la boca abierta. Conocíamos a la chica, aunque, ninguno habíamos tenido relación con ella.

Su nombre era Marga. Asistía a nuestro instituto, pero, era un año menor que nosotros.

Por un instante, dejamos de observar aquella escena, para, centrarnos en el coche que pasó junto a ellos a toda velocidad haciendo que Marga perdiera el equilibrio y estuviera a punto de caer de espaldas.

El coche se detuvo pocos metros después. La puerta se abrió y salió un chico atractivo de cabello rubio y grandes ojos verdes.

Se acercó muy preocupado hacia Marga.

- Yo... Lo siento mucho de verdad...- Trató de decir el chico del coche, con un acento bastante llamativo.

Se le notaba nervioso y no lograba articular palabra. No paraba de pedir disculpas. Marga le tranquilizó diciéndole que no se había hecho daño y que la culpa la tenía ella por ser tan torpe.

Finalmente, el chico se marchó pidiendo disculpas una vez más.

Pero al mirar a Sam, observé como cerraba fuertemente sus puños mientras apretaba la mandívula.

En ese momento, me di cuenta de que esa chica le interesaba de verdad.