Capítulo 3. Una droga.

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Suspire tomando la tasa de té con nerviosismo, a veces pienso que soy un poco nervioso.
Levante mi vista y me encontré con esos besables labios color carmesí que me provocaban cual vaso de agua a un muerto de sed.

Sentí su pie subir peligrosamente por mi pierna y solte rápidamente la tasa haciendo que el cafe me callera encima.
-Amor, ¿Qué te pasa últimamente? Estas tan nervioso.
-Lo siento.-Me disculpe y me levante de la mesa dispuesto a ir por ropa limpia. Me quité los pantalones y los lance a un canasto con ropa sucia, abrí mi maleta y saque otro pantalón y un boxer, sí, mis boxer también estaban mojados.
-Wow que culo.
Me sobresalte y me giré encontrando me con _____ recostada sobre mi cama con una pose muy sensual.
-¿Qué haces aquí?
-Pues...-Caminó hacia mi y me abrazó del cuello.-Esto.
Y sin más juntó nuestros labios, al principio no reaccione pero el cálido calor de su lengua sobre mis labios me hizo comenzar a mover mis labios y entre abrir la boca para darle el paso a su lengua. Sus labios sabían a fresas y su saliva era dulce, besarla era como volar. De un minuto a otro me encontraba besandola contra la pared y subiendo un poco su vestido con mi mano. Me hacia perder la noción del tiempo y de todo lo que esté en mi mente.
-¿Amor? Estas ahí.
Nos separamos rápidamente y ella me miro sonriendo. Estaba realmente loca.
-Joder.-Dije bajito.-¡Si amor! Ya voy, esperame a bajo.
-¡Bueno!
Escuché sus pasos alejándose y miré a _____, su cara parecía divertida y logro sacarme una sonrisa.
-Estas completamente loca.
-Y tu eres un jodido bombón.-Mordio mi labio inferior y con su mano apretó mi miembro.-Un bombón que ya me comeré.

Y se fue dejando su olor en el aire. Aspire fuerte y termine de vestirme para volver a la mesa con todos. Le di una rápida mirada a _____ y ella me guiño un ojo. Había probado solo sus labios y sentía la inmesa necesidad de volver a hacerlo, era tan adictiva, Ella era una droga.

La tarde se pasó normal y la noche había caído, el cansancio se apoderó de mi y caí rendido en mi cama. Solo quería hacer una cosa y esa cosa era dormir.
-Justin... Hace mucho que no me tocas.
Suspire largamente y miré a Emily sin expresión.
-Hoy no, ¿mañana okey?
-Pf, siempre dices lo mismo. Llevas un maldito mes sin hacerme tuya joder, estoy comenzando a desesperarme, te necesito.
Se subió a orcadas sobre mi y se mecio sobre mi pene pero no causó nada, absolutamente nada. Es más, me dio más sueño. Era por eso que no quería tocarla, ella no me ponía, ella no alegraba a mi amigo y cuando lo hacíamos nunca llegaba al orgasmo, Simplemente fingía.
Comenzó a besar mi cuello y cerré los ojos. Entonces se me ocurrió una magnifica idea. Pensar en _____, de algo que me sirva lo mucho que me pone.
Llevé mis manos a su cintura y la giré dejándola debajo de mi cuerpo, uní nuestros labios y metí mi mano a su corpiño ahuecando su seno y por un segundo pensé que a quien de verdad estaba haciéndoselo era ______.
-Oh Justin, hace tiempo que no me tocabas así.
-No hables.
Me mataba toda la inspiración con su hueca voz.
Le quité la ropa lo más rápido que pude y baje mi pantalon solo un poco, no quería vestirme después. Tomé un condón de la mesa de noche y lo deslice por mi longitud. Mientras antes mejor.
Me hundi en su tibia carne y comencé a moverme rápido, no me importaba si le dolía, quería terminar ya. Podia escuchar sus fuertes gélidos y me parecían tan desagradables.
Luego de una series de embestidas me corrí y no esperé que ella también lo hiciera, simplemente me salí y vote el condón en el baño. Volví a la cama y ella seguía desnuda con su respiración agitada y su pulso a mil. Me recoste y me tape con las sabanas, susurre un buenas noches y quedé completamente dormido.

Me desperté gracias a unas suaves caricias en mi abdomen y abrí los ojos perezosamente encontrándome con lo mejor que puedo encontrarme en la mañana.
-Hola chico durmiente, si que te dejó cansado mi hijastra.
Cierto, lo había hecho con Emily pero no estaba cansado por eso. Solo no quería levantarme y estar a su lado.
-¿Y tu que haces aquí? No sabes que las madrastras no se acuestan al lado de su yerno.-Se giró y quedó arriba de mi, beso la conmisura de mi boca y fue bajando su besos al igual que sus caricias. Llegó al borde de mi pijama y me miró sonriendo, ya sabía lo que de aproximaba y eso me tenia a mil. Sin mencionar a mi típica ereccion mañanera.
Deslizó mi pantalón hacia abajo y mordió su labio al ver que no traía boxer, la verdad así se me era más cómodo dormir.
-Lo sabía, sabía que ocultabas algo grande debajo de esos pantalones bien apretados.-Tomó mi pene entré sus manos y cerré los ojos disfrutando sus suaves movimientos. Movía sus manos lentamente y eso me gusta aunque deseaba más. Sentí su cálida lengua rodeando la cabeza de mi pene y eso me encanto, su lengua era tan suave, no me imaginó como será estar dentro de ella. Fue metiendo centímetro a centímetro con tal delicadeza que apretaba los cojines con mis manos para controlarme. La miré y ella me miraba directamente a los ojos, era extremadamente sensual ver su rostro mientras se tragaba todo mi miembro. Sus velocidad era normal, pero me tenía más que excitado, ya no podía más con el suave tacto de su boca.
-Pa..ra si no quieres que me corra en tu...Oh preciosa.-Comenzó a aumentar la velocidad y ya no podía seguir aguantandome, me estaba torturando con sus suaves labios al rededor de mi pene y me corrí en su boca, ella sonrió y se lo trago todo.
Pero que mujer.

Su madrastra. (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora