41: Esto es quien eres

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Una razón pro-Jake:


En el momento en el que Susan cerró la puerta detrás de sí, me di cuenta del error que acaba de cometer. Ella reaccionó así justo después de que se me ocurriera llamarla perfecta. Y no es que no la considere de ese modo, porque lo hago, pero sé que no debí decírselo. Ella aún está lidiando con algunas cosas, y con eso sólo conseguí presionarla.

No había logrado dormir luego de eso. Me había quedado en mi habitación pensando un poco, hasta que la escuché gritar. Sabía que se trataba de otra pesadilla cuando volví a su habitación, pero no estaba preparado para el alivio en sus ojos cuando me vio.

Ni tampoco para sus siguientes palabras.

―Es hora de que conozcas mi historia

Y ahora ella está mirándome, y sé que espera que diga algo.

―¿estás segura? ― la observo con detenimiento y, mientras una de sus comisuras se eleva un poco, me doy cuenta de que algo ha cambiado en su expresión, algo importante. Ahora hay una certeza en sus ojos que la hace parecer más tranquila.

―No mejor momento que el ahora ―le sonrío, animándola a continuar y su expresión se vuelve pensativa―. Bien... ―Ella presiona sus labios formando una línea mientras trata de recordar― ¿recuerdas lo que te conté sobre la muerte de mi padre?

―El accidente de auto, ¿no?

Ella asiente y cruza las piernas, poniéndose más cómoda antes de seguir. Ambos continuamos sentados en su cama uno frente al otro.

―Bueno, eso fue realmente duro, pero después de su muerte vinieron cosas peores. Luego de un par de semanas, cuando terminaron las ceremonias, los invitados se fueron y la casa quedo sumida en ese horrible silencio, me di cuenta de que algo malo pasaba con Jennifer. Recuerdo que durante el entierro todo el mundo le decía que debía ser fuerte por mí, que tenía una hija y un bebé en camino a quienes debía cuidar y de algún modo eso me hacía sentir mejor. Pensé que al menos la tenía a ella, pero no fue así en absoluto. Cuando nos quedamos solas, ella dejó de ser una madre.

"Primero dejó de limpiar, luego de cocinar y a los días ni siquiera se levantaba de la cama. No me hablaba, no me veía, y cuando trataba de acercarme a ella, me pedía que me fuera y que la dejara en paz"

La observo sorprendido por lo que me está contado, pero ella no lo nota. Su mirada está lejos ahora.

―¿depresión?

Niega con la cabeza.

―No, yo también pensé eso primero. De hecho todos lo pensaron, pero no fue eso. Sé que Jennifer amaba a mi padre, no lo dudaría ni por un segundo; pero estoy más que segura de que eso no tuvo nada que ver con su muerte. Ella no estaba deprimida, ella era inútil y lo sabía; eso la asustó.

―¿inútil?

―Mis padres se conocieron cuando estaban en la secundaria, Jake. Ambos fuero a la misma universidad y estudiaron lo mismo. Mi padre le pidió matrimonio un año antes de graduarse y hasta entonces ella había estado viviendo con sus padres. No hubo punto medio. Ella jamás vivió sola, o compartió un apartamento con alguien más. Ni siquiera vivieron juntos como pareja antes de casarse. Jennifer pasó directamente de ser la responsabilidad de sus padres a ser la responsabilidad de su esposo. Era una especie de esposa trofeo. Jamás trabajó, a pesar de tener un título. Preparaba comida, iba de compras, salía con sus amigas y se encargaba de que nos vieran como una bonita familia. Eso estuvo bien por un tiempo, pero en cuanto papá murió ella se dio cuenta de no tenía idea de cómo hacer nada por si misma."

Razones por las que no debería amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora