PESADILLA #3

15.9K 940 45
                                    

Era tanta la tristeza que sentía, la opresión en el pecho el que me impedía respirar y tanta la oscuridad que rodeaba cada centímetro de mi anatomía que ya se me hacía inevitable intentar parar a ese mal que intentaba apoderarse de mi, de mi mente.
Juro que nunca tuve la intención de rendirme, luché y lo intenté, pero, no pude más y me derrumbé. Quise frenarlo, pararlo y evitar que llegara a consumir mi destrozado corazón. Fallé.
Y por esas mismas razones me encuentro ahora aquí, en este
loquero de mierda, donde lo único que hago es observar con pizcaresca al doctor Flinn, el mismo que intenta hablar conmigo y sonsacarme información de mis pesadillas, el mismo hombre que me obliga a asistir a todas las sesiones de grupo e intentar entablar conversación con algunas de las demás pacientes.
Pero lo cierto es que no puedo, no me sale la voz, se me hace un nudo imposible de desatar y esa es la cuestión de mi encierro, una maldita enfermedad que me está consumiendo poco a poco, la que me mantiene alerta en todo momento, sin despistarme ni un solo segundo de cualquier ser que me rodea.

Creo que tenía 6 años cuando esto sucedió:
Mamá acostumbraba a venir a mi habitación a la hora de dormir, me arropaba como a una momia y luego tras darme un beso de buenas noches me leía el cuento de caperucita roja, el mismo libro que me enseñaba a no confiar en nadie, en siempre mirar a la gente por encima del hombro y sobre todo mantener alerta la picardia.
Siempre terminaba la historia cuando el lobo se comía a caperucita y me decía:
-"Charlie, te leo esta historia para que entiendas que nunca debes confiar en nadie, todo el mundo esconde facetas y vive de las apariencias, pero pequeña Charlie, por favor, pase lo que pase, jamás te rindas."

Yo no lo entendía, no comprendía por que mi madre me decía la misma oración todas las noches, pero a medida que crecía y hacia cualquier cosa con tal de sobrevivir, todo se iluminó y logré ver las cosas como las veía mi madre, por que si hay algo que sé, es que mi madre era una mujer muy sabia, ella sabía en que lago agacharse a beber agua y en que árbol recoger fruto. Yo tan sólo rogaba a dios toda su armonía y que su madurez la ejerciera yo y así poder convertirme en una gran mujer como lo era ella.

Las cosas iban bien.
Mamá venía todas la noches a contarme una historia, pero un día dejó de hacerlo y eso me preocupó.
Era martes logro recordar, un martes noche, yo esperaba sentada en el borde de mi cama, pero ella no aparecía, estaba extrañada y mis manos temblaban a causa del nerviosismo.
Unos repentinos golpes me asustaron, y los seguidos gritos de mamá tan sólo me dieron el suficiente valor a ir a su rescate.
Apoyé la mano en la cerradura y la giré, salí al pequeño pasillo y me acerqué a las empinadas escaleras, mamá lloraba y gritaba, suplicaba a voces que la soltaran, pero los repetidos gemidos de aquel hombre me facilitaron descubrir su identidad.
Me abrazaba a mi misma y cuando decidí bajar un escalón, la chirriante madera corrió a chivarse de mi encuentro.
El sonido le alarmó, e hizo desprender su atención del cuerpo de mamá, el cuál, yacía desnudo.
El cerdo se separó impacible de la mujer y se acercó a mi con una sonrisa de suficiencia.
Los gritos de mamá me despertaron de mi shock, unos "vete, Charlie" "encierrate en tu cuarto con pestillo" "Charlie, corre a tu cuarto maldita sea"
me hicieron reaccionar, subí las escaleras a trompicones y logré encerrarme en mi habitación antes de que el cerdo pudiera alcanzarme.
Me metí a toda prisa bajo mi cama y abracé a mi osito de peluche todo lo que pude, temía lo peor.
Los gritos y los golpes fueron continuos, mamá suplicaba que la soltarán, que la dejarán en paz, pero al cerdo eso le excitaba.
Y yo no podía hacer nada para ayudarla.
A partir de ese día, se plantó una nueva norma entre mamá y yo, en la que se prohibía explícitamente salir de mi habitación después de las ocho de las noche.
Mamá no me leyó más cuentos, pero mantendré los pocos que narró en mi memoria, pase lo que pase. Siempre en mi memoria.

***********

Tercera pesadilla publicada.
Que me decís.
¿Bien?
¿Mal?
¿Fatal?
¿Fifty Fifty?
Comenta y vota.
Os veo en el próximo capítulo, o mejor dicho... pesadilla.
Buhhhh...😂

Espero que os haya gustado. 💗💗

Dominic [REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora