Dominic [REESCRIBIENDO]

3.2: EL PUB

CAPÍTULO 3.2: EL PUB

Decir que estar subida en un escenario ante cincuenta hombres con la polla dura de ver a tantas mujeres hermosas y despampanantes desfilando, luciéndose semidesnudas, para ser vendidas al mejor postor, me era repulsivo, infernal y vomitivo era transmitir pocas emociones, este lugar se merecía ser cagado de arriba a abajo y vomitado hasta reventar, sin dejar un alma dentro del local, dejando de utilizar a la mujer como si fuéramos un clinex, para usar y tirar.
Dejando de estorbar a todas esas mujeres feministas que luchan por la defensa, por la igualdad y por descatalogar el machismo de nuestra ya de por sí jodida sociedad.

-y por favor, para finalizar este lujoso evento recibamos con toda la elegancia posible a la señorita Makone.

El repugnate olor a licor, humo y viejos verdes casi me hizo vomitar.
Pero si quería escapar debía mantener la compostura y eso era justamente lo que estaba intentando hacer.
Avancé hacia la pasarela y paseé lo más sexy que pude y cuando volví a mi sitio busqué con mis ojos a ese tal Dom, mi salvavidas.
Observe a cada hombre que estaba sentado en la parte delantera, todos babeaban por mi, esos no eran.
Pasé a la fila anterior, ellos tampoco eran.
Pero las luces se apagaron, y una luz muy potente me apuntó.

-¡comenzamos la puja! ¿Alguien da cincuenta mil? ¿Cincuenta mil a la de una.., ¡cincuenta mil el señor de rojo!, ¿cien mil, alguien da cien mil? ¡Cien mil al señor de la derecha!, bueno señores, esto promete, la señorita ha impresionado a unos cuantos, ahora subamos un poco más. ¿Alguien da doscientos mil? ¿Doscientos mil?.- varios hombres levantaron la mano al mismo tiempo, todos viejos repugnantes con cara de dominantes.
Y eso me asustaba, ¿y si ese tal Dom, también era un dominante nato? 
Eso me aterraba y mi enfermedad estaba por dominarme en un momento tan importante como inusual.
Mi cuerpo comenzó a tensarse, miraba hacia el público sin ver nada, solo sombras levantando brazos y bebiendo licor.
Empecé a escuchar sin oír nada, solo murmullos en un idioma indescifrable.
Pero entonces, un pitido profundo se adentró en mis oídos, hizo a mi anatomía volver a la normalidad, a dejar el pánico a un lado y conseguir escapar con éxito lo antes posible de este asqueroso y repulsivo lugar.

-¿ochocientos mil para el señor de verde? ¿Quien da novecientos mil a la de una, a la de dos....- las puertas de la parte trasera del antro se abrieron con fuerza, dejando con la frase en la boca al locutor y a todos los espectadores en silencio, en acto de presencia se adentró un joven con una chupa de cuero, unos jeans rasgados y una mirada verde escarlata tan penetrante que ya dudaba de mi virginidad, un cabello tan negro como el ébano, y una tez tan pálidamente hermosa como la de una rosa blanca recién cortada de un jardín repleto de flores hermosas.
Sin duda el era una flor digna de ser observada y admirada.
Se encaminó hacia la barra donde pidió algo para tomar y el presentador siguió con la puja.

-Como iba diciendo, el último en pujar fue el señor de verde con ochocientos mil dólares, ¿quien da novecientos mil por la fantástica e inigualable Makone?.- no paraba de observar al hermoso chico de la entrada triunfal, algo en el hacía que mi curiosidad aumentara y el misterio que desprendía su adonizado cuerpo no ayudaba en cesar mis deseos de despojar todos sus secretos. Y por una vez en mi vida, deseé con toda mi alma que ese chico misterioso fuera el príncipe que mamá siempre me narraba en sus cuentos, ese príncipe que salvaba a la princesa de innumerables monstruos y la alejaba de todas sus horrendas pesadillas, protegiéndola y amándola, haciéndola amar la vida, terminando en un final feliz.
Al escuchar mi nombre, el chico se giró y me observó, sus ojos me miraba con un extraño interés, no pude apartar mi vista de el, sus ojos verdes me desnudaban con la miraba, me desgarraba el pecho y manoseaba mi caja de pesadillas, mi caja de secretos, mi caja de recuerdos que deseo olvidar, y mi caja del terror y la temeridad.
Ese chico, miraba a través de mi, me hacía sentir transparente y predecible.

-¡novecientos mil al chico de verde, a la de una, a la de dos....

-un millón quinientos mil dólares.- un silencio ensordecedor se hizo en la estancia y mi mirada no se apartaba de esa rosa blanca espinosa que levantaba la mano y pujaba por mi.
Ese sin duda, era mi salvación.
El Señor de verde miraba retador al joven adonis, tomándose la puja como un concurso de quien mea más lejos.
Y entonces, en ese momento, comenzó lo bueno.

-un millón, novecientos mil.- dijo el de verde.

-¡un millón novecientos mil aporta el señor de verde! ¿Alguien puja dos millones?

-dos millones cuatrocientos mil dólares.- Pujó el Adonis. El señor de verde se levantó rápidamente de su asiento y levantó la mano.

-tres millones.- volvió a sentarse el señor.

-La señorita Makone si que ha despertado cierto interés en nuestros compradores. ¡Tres millones al señor de verde! ¿Alguien da tres millones dos cientos mil?.- Nadie respondió, en ese momento comencé a sentir miedo. Miré al joven en busca de ayuda y sentí su penetrante mirada sobre mi, el también me observaba y a decir verdad no me incomodaba en lo más absoluto.- ¡tres millones a la de una, a la de dos y a la de...

-¡cinco millones!.- el chico se levantó terminando de tomar su bebida y continuó:- me llevó a esa chica por cinco millones, ¿Alguien tiene algo que objetar?

Y juro que esa voz de macho, me tuvo que poner algo cachonda, Por que sentí una parte de mi cuerpo algo mojada y no era mi boca precisamente.

-¡por cinco millones al chico de negro! ¿Alguien da cinco millones trescientos mil? Tres millones a la de una, a la de dos y a la de tres. ¡Adjudicado! ¡Enhorabuena chico, hoy te llevas una buena pieza!
¡Por favor, los afortunados dirigiros a la recepción a pagar su compra y a esperad vuestras adquisiciones!
¡Espero volver a veros en la próxima puja, buenas noches!

Estaba desconcertada, ¿esto realmente estaba pasando? ¿Me habían comprado por cinco millones?
¿Me había comprado el rey de todo el palacio celestial de Adonis?
Lo más desconcertante es que al llegar a la recepción ese misterioso chico tomó mi rostro con ambas manos y observó mis ojos grises con atención e intriga.
Bajó sus labios a mi cuello y besó en el ángulo perfecto para hacerme tambalear de excitación.
Pero su voz....., ohh su voz casi me hace correr como una diabla.

-eres verdaderamente asombrosa Makone, tus ojos desprende algo magnífico que  ha echo que me fije en ti antes que en ninguna otra y eso me encanta. Y puedo apostar mi huevo derecho a que eres igual de asombrosa por dentro y en la cama. ¿O me equivoco?

Lo único que sé es que ese hombre es terriblemente caliente y hay que admitirlo.

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Hola chicxs!!
Sé que me he retrasado un día, pero lo prometido es deuda.
Espero que la espera haya merecido la pena, este es mas  largo que el anterior, y sin duda aquí es donde empieza la historia de Charleen y Dominic.

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Pronto nuevos capítulos, ¿tienes ganas de más?
Besossss.
Wildfield.♥️♥️