Capítulo 48

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Nos despertamos, en esa cama de matrimonio que recién estrenamos, no mal piensen no hicimos nadaaa jajajaja, estábamos tumbados, le daba la espalda a Abraham, me despierta dándome besos por todos lados.

- Mmm para, dejame dormir- Dije cubriéndome con la sabana-

- Ya levanta dormilona - me abrazo de la cintura y beso mi cabeza-

- Por que??-dije girandome para verle la cara-

- Por que hay que hacer cosas- dijo arqueando una ceja y una mueca graciosa-

- Como que?- Dije sobandome los ojos-

- Como esto

Me beso un beso lleno de deseo, metió las manos adentro de mis pantalones, cosa que hizo que riese. Agarrándome volteo sobre si mismo haciendo que yo quedara encima de el.

- Así estrenamos la cama como dios manda

Estalle a reír

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Han pasado 4 meses, los dos últimos meses han sido los peores de mi vida, Abraham apenas me deja salir del departamento por sus celos, solo salgo para ir a comprar o ver a mi familia, es horrible, me obliga ha hacer el amor cuando llega de trabajar, si Abraham trabaja para mantenernos desde hace dos meses y medio, trabaja por la noche y llega en la madrugada a eso de las seis de la mañana, y yo yo me dedico a ser ama de casa, es horroroso, solo discutimos y todo esto empezó desde que trabaja, desde que renuncio a sus sueños por mi... Que si me a pegado... Una vez pero fue mi culpa le puse de los nervios por mis celos. ...

Me despierta Abraham nada mas llegar de trabajar como de costumbre, viene con ganas de Hacer el amor y yo estoy demasiado cansada, pero como de costumbre (no siempre lo hacemos) me toca aguantarme para no pelear , ya ni me besa cuando hacemos el amor, no quiere ni verme a la cara, noseee por que, me quita la ropa salvaje mente bueno mas bien me la arranca, y cuando me quiero dar cuenta ya me había dado la vuelta dejando mi cuerpo pegado a la cama y el encima mía penetrandome salvaje mente mientras jadea en mi oído , después de un rato así, me coge de la cadera poniéndome a cuatro patas y así sucesivamente hasta que se cansa y me deja molida.

Me levanto cansada a hacerle la comida a mi marido, me pongo un chándal viejo y me ago un moño mal hecho y me pongo acer la comida, mientras arreglo el baño y sin querer me miro al espejo, me veo algo desmejorada, ya no me arreglo ni me cuido tanto es algo deprimente. Termino de hacerle la comida y derrepente llaman al timbre....

Perdiendo la cordura (Abraham Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora