Bienvenida a la oscuridad

El castillo del norte

Me levente gracias a los molestos rayos de sol, que llegaban a mi rostro. Abrí mis ojos para encontrarme a Fernando mirando atreves de la ventana.

- Sigues aquí- dije con frustración.

Fernando se avía quedado toda la noche en habitación, no me explico cómo fui capaz de dormir con un asesino en mi cuarto.

-Buenos días mi lady, como ha amanecido el día de hoy?- Fernando se encontraba de un muy buen ánimo.

-Fatal, un asesino me ha despertado de mi bello sueño-

-lLevántate y date una ducha que yo te esperare abajo- Fernando fijo su mirada en mi.

-¿Por qué tendría que obedecerte?- le rete.

-Si un asesino te dice que hagas algo, que es lo que se supones que debes hacer?-

-Lo hare no sea que se te antoje matarme por no obedecerte-

-Te espero abajo- me sonrió y salió de mi cuarto.

Me dirigí a la ducha, me cepille los dientes y me bañe rápidamente.

Salí de mi cuarto ya cambiada y me llego inmediatamente el olor a waffles recién hechos. Baje las escaleras y cuando llegue a la cocina vi sobre la mesa un plato con waffles, miel y fresas. Me alegre inmediatamente.

-Amo los waffles- me sente inmediatamente en la mesa y empecé a comer.

¿Cómo supo que me gustaban los waffles? Más cuando tiene miel y fresas. Será adivino o que.

-¿Cómo supiste que me gustaban los waffles?- yo seguía comiendo.

-Intuición- se rio- termina de comer que vamos a salir-

-¿Por que tendría yo que salir contigo?- le di otra mordida a mis waffles

De verdad que esto esta delicioso, que le ha hecho para que quede tan bueno?

-Por que si no los haces acabare matando a tu madre y hermano- me miro fijamente a los ojos-¿te quedo claro?

Yo solo asentí tímidamente con la cabeza y termine de comer.

Salimos de mi casa y sentí la fresca brisa de la mañana chocar con mi cuerpo.

-¿No se supone que los vampiros no pueden salir al sol?-

-No, es una mentira para que los humanos no nos puedan des cubrir facilmente, aunque tu eres especial-

-¿A que te refieres con especial?-

-Luego lo sabrás- dijo y abrió la puerta de un carro sumamente lujoso que estaba estacionado a nuestro lado.

-¿Es tuyo?- estaba perpleja por el auto.

-¿te gusta mi Lamborghini Veneno?- pregunto con orgullo.

-Enserio, rojo por el color de la sangre-

-Que seas rojo no tiene que ver con el hecho de que soy vampiro- me hiso una seña para que entrara por la puerta del copiloto que él había abierto.

-Gracias- entre al vehículo y cruce mis brazos sobre mi pecho.

Fernando dio la vuelta al carro y se coloco en el asiento del piloto

-¿A dónde vamos?-

-Ya verás- Fernando encendió el vehículo y sonrió.

No sé qué pasaba conmigo, había subido a el vehículo de un chico que apenas conocía y no solo eso, también hay que agregar que él era un asesino. Después de haber despertado en mi cuarto no sentía miedo por lo que pudiera pasar aunque también una parte de mi me decía que podía confiar en él.

Moví mi cara para poder ver mejor su perfil y el simplemente era apuesto.

¿Por qué hay tantos chicos lindos que son gay?

-¿Que tanto me ves?- el me sonrió.

-Nada- dije apenada e inmediatamente dirigí mi mirada a la autopista

Después de  dos hora de viaje llegamos a un castillo, al verlo sentía como si hubiera viajado en el tiempo, en aquellos que se utilizaban armaduras y espadas. Estaba asombrada, el castillo se veía espectacular.

Fernando paró el carro en la entrada y unos hombres vestidos con esmoquin nos abrieron la puerta del Lamborghini.

Salimos del vehículo y Fernando le entrego las llaves a uno de los hombres con esmoquin, este se llevo el vehículo. Subimos las escaleras que llevaba a la puerta principal.

-Bienvenida al castillo del norte Zafiro- Fernando me dedico una sonrisa- sígueme-

Seguí a Fernando atreves del castillo, este estaba decorado con toques modernos, pero que aun así te hacían sentir en un palacio antiguo.

-Siéntate- dijo Fernando cuando llegamos a la sala del palacio.

Le obedecí, seria más conveniente portarme bien al estar en este lugar.

De un momento a otro vi como un hombre con esmoquin fue lanzado al interior de la sala.

-Es que no puedes hacer nada bien- dijo una joven mujer que aparentaba tener unos 20 años.

Ella tenía el pelo rojo y llevaba puesto un vestido negro hasta las rodillas, se veía realmente hermosa y elegante. La mujer camino despacio hasta el hombre con esmoquin, lo levanto del suelo, lo choco con la pared y lo mordió en el cuello.

El hombre intento salir de su agarre pero ella era aun más fuerte. En solo unos segundo el hombre dejo de moverse y la joven mujer dejo caer el cuerpo inerte en el piso.

Yo estaba aterrada y agarraba con fuerza la mano de Fernando.

-As asustado a mí invitada Danisha- Fernando me miro

La mujer chasqueo los dedos y el cuerpo del hombre que estaba en el suelo se prendió en llamas.

¿Cómo fue que hizo eso? ¿Y si se quema el castillo por lo que hizo?

-Y sigues trayendo mujeres aquí- la mujer pelirroja se acerco a nosotros- crei que te habian quitado esa tarea-

Unos hombres con esmoquin entraron a la sala con un extintor y rociaron el cuerpo que estaba en el piso, logrando apagar el fuego. Inmediatamente se llevaron el cuerpo quemado.

No hay que ser inteligente para percatarse de que las muertes son algo habitual.

-Zafiro ella es Danisha, aunque la veas así ella es puro amor- Fernando miro a Danisha y ella hiso una mueca de desagrado.

-Hablamos otro día- Danisha se marcho.

-En este lugar procura no molestar a nadie y hacer lo que te digan o acabaras muerta como aquel tipo- dijo con seriedad.

-Dijiste que no dejarías que nadie me hiciera daño-

-Quienes viven aquí son superiores a mí y no puedo hacer nada en contra de ellos-

-¿Quienes viven aquí?-

-El rey de los vampiros del norte y Danisha es una de sus hijas-