Realidad

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-Bebé esto- Fernando me acerco un vaso con líquido rojo, supe en seguida lo que era, sangre.

-No beberé eso- dije frunciendo la cara.

-La necesitas-

-No lo necesito, aun no me han llegado las ganas de matar a la primera persona que veo, aun no tengo ese tipo de sed-

-No eres como yo, no te dará sed, pero te debilitaras- Fernando sirvió otro baso con sangre- si no bebés esto cuando tengas heridas, estas se recuperaran aún más lento que las de un humano- el empezó a beber de uno de los vasos.

-No lo necesito- lo mire desafiante- me dijiste que me protegería, que no dejarías que nada malo me pasara-

-Es verdad mi lady- Fernando me miro y me sonrió- pero nunca se sabe que pueda pasar, es mejor prevenir que lamentar- termino de beber y dejo él vaso en el fregadero- si no quieres no bebas pero te advierto que el dolor se te multiplicara por diez si no la bebes, ya vámonos que tienes clase- Fernando salió del apartamento.

Agarre el vaso con sangre y bote su contenido por el fregadero.

Fernando está loco si cree que voy a beber eso.

Salí del apartamento y seguí a Fernando hasta su carro. El me abrí la puerta como todo un caballero. Desde que lo conocí ha sido muy educado.

¿Qué edad tendrá Fernando?

Fernando entró en el auto y empezó a manejar.

Algo en mi me decía que Fernando tenía más edad de la que me podría imaginar.

-Fernando-

-Dime- me respondió sin quite la mirada del camino.

-¿Qué edad tienes?-

-¿Qué edad crees que tengo?- dijo sonriendo

-¿Cómo quieres que adivines?- deje de mirarlo y fije mi vista la autopista- eres un vampiro. Puedes tener miles de décadas y tu cara siempre se vera de 23-

-Qué mala eres adivinando- dijo con decepción- ni siquiera puedes adivinar la edad que aparento- su voz sonaba burlona

-Entonces dime tu edad-

Fernando no me respondió

-Dime- dije con voz infantil.

-Aparento de 24, porque me convertí en vampiro a los 24-

-Solo me equivoque por un año- me queje.

-Un año puede ser mucha diferencia- la voz de Fernando apenas fue audible.

-Ahora dime tu edad verdadera-

-¿Por qué tanto interés en mi edad?- Fernando apago el motor del vehículo, no me había percatado de que ya habíamos llegado.

-Solo dime- ambos salimos del auto y fui al lado de Fernando.

Agacho su cabeza hasta que sus labios llegaron a mi oído.

-Solo te diré que ya tengo 3 siglos- dijo en un susurro

Su cercanía me puso nerviosa.

Que viejo era, no podía asimilar bien que ese rostro tan apuesto y joven tenía 3 siglos.

-Espérame aquí, es peligroso que estés sola-

Fernando se alejó.

Quería alejarme como señal de rebeldía, en el fondo no me gusta que me digan que hacer, pero no quería que me atacaran como la ultima vez que salí sola.

Bienvenida a la oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora