Al subirnos al helicóptero nos encontramos a los demás. Le dí una fuerte bofetada a Michael.-¿Y eso por qué?- preguntó confundido tocandonse el rostro.
-Te extrañé
El resto del viaje al container hablamos sobre aquellas "cosas" a las que denominamos simplemente sanguijuelas. Anoté todo en mi libreta. Ellos también se habían enfrentado a las sanguijuelas, y estaban tan empapados de esa sustancia como yo, ya me había acostumbrado al olor.
El helicóptero se detuvo fuera de la instalación y un hombre acompañado de una señorita y dos militares nos esperaba en la entrada.
Un hombre alto y distinguido era quien nos esperaba. Usaba una bata de laboratorio, pero debido al viento provocado por el helicóptero, podía verse usando un traje elegante. La señorita usaba una cola de caballo, parecía asiática, tenía ropa de oficinista: una falda entubada hasta un poco más arriba de la rodilla y un bleiser ajustado que demarcaba sus prominentes pechos, aunque su expresión facial era muy neutral, como un robot.-Bienvenidos a la "Zona", soy el doctor Erick Sánchez- su expresión era muy calmada- ella es mi secretaria Helena- ella hizo una pequeña reverencia -¿qué los trae por aquí?
-Sólo queremos refugio -dijo Mike.
-Entiendo -El doctor Sánchez hizo una seña con sus manos a los militares, los cuales nos apuntaron con sus armas- pero me temo que no todo es gratis, los conocemos, tenemos sus antecedentes y pueden ser perjudiciales para nosotros...
-¡¿Qué pretendes?!- dije enojada al maldito doctor.
-¡Cállate, hija de criminal! - me quedé en shock, nadie debía saber algo así, y menos un bastardo como él. Sentí mucha ira, quería darle su merecido, estaba acercándome a él para golpearlo, pero Michael me detuvo tomándome del brazo.
-Nos matará si lo haces- susurró ebanistas mi oído. Sólo tuve que comerme mi orgullo.
-Los vi en el laberinto.
-Si nos viste, ¿por qué no nos ayudaste? - dijo Mike.
-Los estaba probando. Sinceramente esperaba que murieran, pero me sorprendieron. Así que les propongo algo.
-¿Qué cosa?
-Una misión. Necesito que me traigan a mi hija y a mi esposa. La ciudad fue evacuada demasiado rápido y no me dio tiempo de ir por ellas.
-¿Y por qué no lo hiciste después?
-La enemistad. La milicia fue dividida en la Zona y la Fuerza, dirigida por un general, si es que se le puede llamar dirigir, un científico lo manipula, él asegura que detendrá el problema bombardeando la ciudad con químicos. Bueno, dejando eso de lado, mi hija logró escapar, pero mi esposa fue aislada en el campamento de seguridad.
-¿Por qué no envía a sus hombres?
-No tenemos a mucho personal capacitado en armas, casi todos aquí son científicos e investigadores, también botánicos, la gran mayoría de militares están en la Fuerza. Además ellos vigilan de cerca nuestros movimientos, es mejor si enviamos a civiles.
-Si lo hacemos, ¿nos dejarán quedarnos?
-Les doy mi palabra, que si traen a mi familia sana y salva, les daré a cambio refugio y comida.
-Aceptamos - dijo Mike, con un cierto tono de resignación y rendición.
-Bien - hizo una pequeña sonrisa malévola que me dio desconfianza. Se dio media vuelta dándonos la espalda.
-Síganme por aquí por favor- dijo Helena con su voz neutral.
La seguimos ingresando al container. Afuera ya hacía frío, pero la temperatura dentro era templada. Para ser una clase de base militar era bastante extraña, era más bien un comedor combinado con sala de espera de hospital y no habían más que unos cuantos uniformados. Yo esperaba vee tecnología sofisticada y muchos cuatro-ojos trabajando.
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NO ONE IS SAFE© PAUSADA
HorrorEl primer hombre en la tierra apareció hace aproximadamente 1,750.000 años atrás. Su aspecto era el de un chimpancé, se movilizaba sobre sus extremidades posteriores y difícilmente presentaban una amenaza para la naturaleza. Hace 200 000 años atrás...