Entra en mi trampa

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    Yo era maestra de un curso de niños entre 6 y 7 años, este curso en especial no tenía muchos alumnos, sólo 19, no quiero decir que eso me facilitaba el trabajo, me ayudaba a conocer más a cada uno de los niños.
   Decidí que nuestro paseo de fin de año sería al interior del valle, en un hermoso camping limitando con un bosque no muy denso.
    Luego de la comida teníamos planeado una caminata en medio del bosque, sería muy divertido, era un día soleado y mis niños conocerían variedades de flora y fauna. El guía Mike nos acompanaría, él conocía muy bien el bosque. Él era muy simpático y a los niños le agradaba, tenía unos treinta y tantos, era blanco, pero un poco quemado por el sol, usaba una gorra roja que le cubría los ojos del sol, camisa roja cuadrillé... En general parecía uno de esos leñadores que salen en la tele.
   Después de almorzar en el restaurant del camping, descansar un rato, nos dispusimos a ir. Llegamos en la camioneta de Mike, no éramos muchos y los niños eran pequeños, cabíamos perfectamente.
    A la entrada del bosque nos  preparábamos para entrar.

-¡¿Todos se pusieron bloqueador solar?!

-¡Sí, maestra!- respondieron todos juntos.

-¡Maestra, mire, éste árbol tienen dulces!- gritó Tomás.

    Extrañados, Mike y yo nos acercamos, al igual que los curiosos niños.
    Efectivamente, ése árbol tenía dulces, pero... ¿envasados?

-Ésto no es normal, ¿Cierto?- pregunté al guía.

-Obviamente no, quizá alguien los puso aquí.- dijo sacando uno para examinarlo.

   El árbol era pequeño y normal, a excepción de que algunas de sus ramas tenían creciendo dulces en vez de lo que podría ser frutos.

-Me lo llevaré- dijo y se lo metió en el bolsillo del pantalón.

-¡Ya niños, volvamos a la entrada del bosque, éstos dulces son una broma!- dije para que los niños no siguieran intentando sacarlos, quizá qué cosas eran.- ¡Hagan parejas niños!, no queremos perdernos.

    Esperé a que los niños se emparejaran. Alguien tiró de una esquina de mi blusa.

-Maestra

-¿Qué pasa Jeny?

-No tengo pareja.

-No te preocupes, yo iré contigo.- le tomé la mano para que no se sintiera tan tímida, generalmente ella era así, pequeña y tímida. -¡¿Todos listos?!

-¡Sí, maestra!

    Mike iba a la cabeza, él sabía donde ir, aunque el camino estaba bien marcado, debíamos llegar a una pequeña instalación de vigilancia del camping al final del camino, sólo se usaba para llegada de las caminatas. Yo iba a la retaguardia con Jeny. En un momento paramos a descansar y Mike se me acercó.

-A las afueras vi escondido entre las ramas una motocicleta. No le había dicho antes para no incomodarla.

-¿Crees que sea peligroso?

-No, quizá son sólo forasteros, pero debemos tener cuidado.

-Está bien.

    Continuamos caminando hasta que Jeny se quedó unos metros atrás y yo la seguí. El soleado clima se estaba nublando.

-¿Qué pasa Jeny?

-Algo malo va a pasar.- me dijo tranquilamente mirándome a los ojos.

-¿De qué hablas?, no hay de que temer.

    Jeny apuntó a mi espalda y oí gritos de mis niños. Me quedé petrificada, luego miré al camino donde estaban los niños y ya no había nadie, ni siquiera Mike. Estaba asustada y temía por mis niños. Debía ser fuerte por Jeny, ella se veía calmada. Cuando reaccioné, ella caminaba por donde habíamos llegado, de regreso.

NO ONE IS SAFE© PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora