Limpieza general

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   Al parecer sería un día en el colegio como todos. Yo tengo tres amigas que son esenciales en mi vida: Lorena, Sofía y Amanda. Mi nombre es Andrea. Todo iba bien hasta el primer receso. Parecía normal. Como nos sentábamos en puestos alejados en clases, nos juntábamos frente a unos casilleros. Una fuerte alarma comenzó a sonar por toda la ciudad y nadie sabía de dónde provenía. Muchos comenzaron a asustarse hasta que una maestra pasó por los pasillos indicando que debíamos sacar todas nuestras cosas de los casilleros para evacuar la ciudad. Todo lo "personal" que necesitaríamos nos lo darían. Muchos estaban asustados, pero aún así seguían las órdenes.
   Mientras sirenas seguían sonando, sacaba mis cosas del casillero y las guardaba en mi mochila con la mayor rapidez que podía, la maestra dijo que sacáramos lo más importante.

-¿Qué crees que esté pasando?- me preguntó la voz temblorosa de la niña de ojos verdes que tenía por amiga, Lorena.

-No lo sé, pero de seguro no es nada bueno...

-¡Chicas!, más rapidez, son las últimas- nos decía una maestra bajita de cabello corto.

   Así nos apuramos hasta la salida, lo que vimos allí era totalmente sacado de una película. Hombres con máscaras de gas estaban instalando misiles en el pavimento de la ciudad y muchas personas evacuando. Me quedé pegada un rato y Amanda tuvo que jalar mi brazo. Subimos al autobús que nos llevaría a quién sabe dónde. Me senté junto a Amanda y Lorena con Sofía. Nadie habló durante el viaje, todos se veían asustados. Yo estaba sentada cerca del chofer, así que pude escuchar la conversación entre él y la maestra, los cuales susurraban, pero aún así era audible.

-¿En serio van a evacuar la ciudad entera?- preguntó la maestra.

-Sí, es necesario, como es la ciudad más cercana a la que han ocurrido incidentes, han decidido aislarla para probar un químico que acabe definitivamente con "eso".

-Pocas son las noticias que hemos recibido de otras ciudades debastadas,  han echo un gran trabajo escondiendo el problema.

   "¿Qué será eso?" , pensé, todo esto era bastante extraño, me preguntaba a qué clase de lugar nos llevaban.
   A lo largo del viaje vi como muchas personas evacuaban la ciudad y más hombres enmascarados ubicando misiles.
   Llegamos al pie de una montaña no muy alta, tendríamos que caminar hasta un "refugio" que nos prometieron, pero el camino no estaba habilitado para autobuses, era un simple sendero de tierra.
   Nadie sabía exactamente qué estaba pasando. Caminábamos en línea recta por el sendero, yo iba con las chicas. El sendero era extraño y, a medida que avanzábamos, el paisaje iba cambiando. De un paisaje árido, a uno con verde césped, y algunos boscosos, todo era bastante irreal. Sofía se quedó atrás, nosotras nos detuvimos y la miramos extrañadas. Miraba al suelo y unas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

-¿Qué sucede Sofía?- Preguntó Lorena. Sofía se llevó las manos a la cara para tapársela.

-¡No entienden!, ¡Nadie entiende!- hizo una pausa, todos los que estaban cerca la miraban - ¡Dónde vallamos nos encontrará!, ¡Todos estamos condenados y muertos!-La maestra se acercó a ella.

-¿Qué te sucede?- preguntó la maestra, pero Sofía la apartó de un manotazo y se escabulló por unos matorrales alejándose del camino.

-¡Nosotras la traeremos!- dije y corrí tras Sofía, Amanda y Lorena me siguieron. Corría entremedio de matorrales y no la veía. En un momento algo tomó mi pie y caí al suelo. Asustada vi que era sofía, quien estaba acostada de abdomen al suelo.

-¡¿Qué te pas...?!- me tapó la boca antes de pronunciar otra palabra, me puse junto a ella en su misma posición.

   Con su dedo me indicó algo unos metros más allá que sobresalía de entre las plantas. Entrecerré los ojos para saber que era. Sólo distinguía una masa verde que brillaba con la poca luz de sol que había, como si estuviera cubierta de baba.
    Medía alrededor de dos metros, avanzaba lentamente por el camino que habíamos venido. Luego cambió de objetivo y escuché sus gritos, "¡Lorena y Amanda!", las había olvidado.

-Hay que ayudarlas- le susurré a Sofía, ella negó con la cabeza.

-Ellas están bien.- de un instante a otro, antes de que llegara a las chicas, esa cosa cayó al suelo. Miré a todos lados y luego divisé francotiradores a las faldas de la montaña. Lorena y Amanda volvieron corriendo a donde se encontraba el grupo, el cual no se  molestó en buscarnos.

-¿Sabían que esto pasaría?- Sofía asintió- ¿qué está pasando?, ¿qué era eso?

-Responderé todo, pero ahora sígueme.

    Semi agachadas nos movimos entre la hierba. Seguí a Sofía hasta una cueva escondida a unos metros de altura. Ingresamos silenciosamente.

-¿Qué está ocurriendo?, esto es una pesadilla.

-Cálmate y te contaré todo.- nos sentamos en el suelo de la rocosa cueva. Respiré hondamente.

-Cuéntame...

-Verás, mi padre es de los sujetos que investigan este fenómeno que desconocen su procedencia. Sólo saben que es una criatura de tipo vegetal que muta como si tuviera mente propia, algo así dijo que era. La razón por la que no nos buscaron es porque "ellos" saben quién soy y la información que tengo que podría interferir en sus planes. Si yo decía algo en nuestro grupo, desataría dudas en las personas, arruinaría su "plan" de ocupar la ciudad para experimentar cómo acabar con esto, y arruinaría la confidencialidad del asunto. Es decir, que no les convenía que estuviese allí, por eso me fui o me matarían, de todas formas se hubieran deshecho de mi.

-¿Y qué haremos?

-Por ahora quedarnos aquí, es un lugar alto y rocoso, reza para que sobrevivamos esta noche. Mi padre tiene una instalación en algún lugar de la montaña, donde investigan esto, y debemos buscarlo.

    Sofía era mi amiga desde hace años, ¿por qué me terminé metiendo en esto?, era sólo un sueño, bueno, pesadilla. Fui remecida fuertemente para despertar, era Sofía, aún había luz del atardecer, me había quedado dormida pensando en aquello, pude alcanzar a ver su aterrorizado rostro.

-¿Qué ocurre...?- miré la entrada de la cueva y me levanté de golpe. Era otra de esas asquerosas criatura, ahora la veía mejor: era como una sanguijuela gigante, quién mostraba sus hileras de colmillos que pronto nos convertirían en su cena. Sofía tomó mi mano con fuerza y ambas retrocedíamos a medida que esa cosa avanzaba. Llegamos al final de la cueva que no era muy profunda.

-Andrea- dijo Sofía y la miré- moriremos, y hay algo que debo hacer antes de que pase- con la mano que aún tenía suelta tomó mi rostro, me miró a los ojos y me besó en los labios, luego se separó de mi y corrió la mirada- Te amo, lo siento, moriremos por mi culpa.

    No sabía que decir, por un momento olvidé que había un monstruo a punto de comernos. Apreté la mano de Sofía y cerré los ojos, rezando que mi familia esté bien, que ésta muerte no sea dolorosa.
   Pero el final jamás llegó, oí unos disparos y algo chocando húmedamente contra el suelo. Abrí los ojos y la criatura estaba desplomada. En la entrada de la cueva veía dos siluetas, una era de hombre con sombrero y la otra era de una persona más baja y delgada.

-¡¿Sofía?!

-¡Sí!- respondió Sofía.

-¡Soy Michael, tu padre me a enviado a buscarte!

NO ONE IS SAFE© PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora