Terminamos de oír la historia de Ben y quedé completamente sorprendida y confundida. Él nos quería salvar, pero también fue un imbécil. Él tenía la mirada perdida en el suelo y logré ver cómo unas lágrimas recorrían su rostro.
- ¿Qué haremos con él? - pregunté a los chicos.
- Yo... no sé si creerle. - dijo Mike arreglándose su gorra.
- Es un verdadero idiota. - dijo por fin Michael. Notaba un poco de ira en sus palabras. - Puede hacer lo que se le de la gana. Así sea irse, o quedarse con nosotros. - dio la espalda y se fue seguido de Mike.
Yo me quedé ahí, me senté en el suelo junto a él y quedamos en completo silencio.
- ¿Estás bien? - dije para romper el silencio.
- Sí, no tienes por qué quedarte aquí conmigo.
- Lo sé. ¿Sabes? Michael puede parecer raro y quizá te odie... - dije esto último con risas. - Pero él no lastimaría a alguien sin razón. Estarás bien con nosotros.
- Gracias por no matarme, sé que hice mal y los puse en peligro.
No dijimos nada más. Me puse de pie y le tendí la mano. Me sujetó con fuerza y se levantó. Salimos de allí y fuimos hasta donde estaban los muchachos.
(Mike)
Salimos de allí, más bien Michael salió del vestidor y yo lo seguí. Subimos al ascensor.
- Pensé que lo matarías - dije.
- Oíste su historia, no me agrada, pero no está en mi jusgarlo, ninguno de nosotros está a salvo de un error.
- ¿Por qué parece que lo odias?
- No lo sé... sinceramente, no confío en él, pero tampoco es un mal sujeto, sólo es un imbécil.
El ascensor se detuvo y salimos a la sala principal de La Zona. Frente a nosotros pasó Helena.
- Helena - la llamé y frenó, fijó su mirada en nosotros.
- ¿Qué sucede? - dijo neutra. Esa mujer me daba miedo.
- ¿Qué pasará con Max... ese vandido?
- Él será retenido aquí, ya no tiene más hombres, así que está oficialmente arrestado por La Zona.
- ¿Cómo está Diana? - pregunté, estaba preocupado, casi había muerto.
- Dentro de su gravedad está estable. Ya fue retirada la bala y se le hicieron transfusiones por la sangre perdida, ahora sólo hace falta esperar su reacción al tratamiento. Y... - nos miró de arriba a abajo - pueden tomar una ducha y cambiarse, lograron cumplir con su misión. Pronto les mostraré sus habitaciones.
Se dio la vuelta y siguió su camino.
- Esa mujer me da escalofríos. - dije a Michael y éste rió un poco, nunca lo había visto siquiera sonreír, supongo que me daba la razón. - Oye... Michael.
- ¿Qué pasa?
- ¿Hay algo entre tú y Julia? ¿Cómo se conocieron?
- ¿Por qué preguntas? ¿Te interesa ella a caso? - dijo esto último entre dientes.
- No me malinterpretes, simplemente quiero saber la razón por la cual siempre la proteges. Eres muy sobreprotector con ella. Digo... tú y yo sabemos perfectamente que si ella estuviera sola se las apañaría bastante bien.
- Bueno, la verdad es que...
- ¡Mike! - dijo una infantil voz, sentí como algo se pegaba a mi pierna. La miré, era Jenny y abrazaba mi pierna. Era una niña muy tímida, pero ahora parecía bastante animada.
- Parece que te extraño - dijo Julia llegando hasta nosotros junto a Ben.
- ¿Cómo estás, Jenny? - dije poniéndome a su altura.
- Mejor al verlos, éstas personas no me dan buena espina - dijo muy seria. Realmente creo que ésta niña es muy especial, como si a pesar de ser muy pequeña supiera lo que pasa alrededor.
- Ya estamos aquí contigo. - dije y me sonrió.
- Max está encarcelado. - dijo Michael a Julia y Ben.
- Eso nos debería hacer sentir mejor, pero por alguna razón siento que algo malo pasará. - dijo Julia.
- Ahora estamos a salvo. - dijo Ben.
- Sí, a salvo... No sé por qué me cuesta creerlo.
Después bañarnos y vestirnos. Nos indicaron ir a un comedor donde tanto científicos, militares y el resto del personal de La Zona, estaban reunidos en pequeños grupos, comiendo en silencio. Casi todos los lugares de La Zona estaban bajo tierra, era un verdadero laberinto, del cual ni siquiera podía dimensionar la magnitud. La tripa me ruigió y me acerqué a una fila donde unas personas detrás de un mesón; hacían la entrega de comida a las personas del lugar. Todos pasamos por allí y nos sentamos en una mesa. A lo lejos pude ver a Sofía, la chica que habíamos ayudado, y a su amiga comiendo, cuando terminaron se tomaron de las manos y conversaron, claramente algo ahí había además de amistad, pero bueno... Después de comer, Helena nos mostró las habitaciones. Eran las habitaciones de los soldados. Allí estaríamos todos nosotros, pero cada uno tenía su habitación, que no era muy grande, sólo había espacio para una cama de una plaza y una mesita de noche con una lámpara, la habitación era de un color crema y no tenía ventanas. Aunque cualquier cosa era mejor que nada. Me estiré sobre la cama un poco dura con la lámpara encendida, y simplemente darme cuenta, ya me había quedado dormido.
(Julia)
Con todo el jaleo que había pasado, hasta se me había olvidado el horrible cansancio y falta de fuerzas que tenía. Me tiré sobre la cama y apagué la luz de la lámpara, el lugar no era bonito, pero no me desagradaba. Pensaba en qué sería de nosotros de ahora en adelante. Quizá ya no tendríamos porque escapar ni temer. Cerré un poco los ojos y escuché que alguien golpeó a mi puerta. Me levanté y fui a abrir, era Ben.
- ¿Necesitas algo?
- ¿Tienes un momento?
- Sí, pasa.
Le dejé pasar y mientras yo volvía a estirarme sobre la cama, él se sentó a los pies.
- Mmm... La verdad no tenía nada importante que decir, sólo quería hablar de cualquier cosa, hace tiempo que no hablo con nadie.
- Bueno, si así lo quieres.
Hablamos de cualquier cosa, cosas desde antes que todo lo malo pasara, me preguntó de mi vida, pero le pedí no tocar ese tema... Poco a poco y sin más fuerzas, simplemente me dormí.
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NO ONE IS SAFE© PAUSADA
TerrorEl primer hombre en la tierra apareció hace aproximadamente 1,750.000 años atrás. Su aspecto era el de un chimpancé, se movilizaba sobre sus extremidades posteriores y difícilmente presentaban una amenaza para la naturaleza. Hace 200 000 años atrás...