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CAPITULO 22: ACCIDENTE DE CODY

— ¡Cody! — grité, pasmada ante lo que mis ojos veían.

El cuerpo de Cody estaba encima de un coche. El vidrio se había quebrado, y la delantera estaba totalmente dañada. La sangre comenzaba a salir de los brazos de Cody.

— Cody. — me hice campo en medio de la gente para poder pasar y verle de cerca. — Cody. — toqué su pierna.

Mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas y mi cuerpo temblaba.

— Nicole. — abrió sus ojos y abrió los puños de sus manos, pidiendo que le diera mi mano.

— Cody. — me quedé sin habla, sin saber que decir.

Me acerqué más, y cogí su mano con fuerza. Mis lágrimas comenzaron a salir al verle en ese estado. Temiendo por su salud, por su vida. Temiendo por las consecuencias que este accidente podría traer a la vida de Cody.

— Llamen a una ambulancia, por favor. — grité angustiada.

Las personas tomaron sus teléfonos.

— Nicole. — Cody me llamó. Lo miré y llevé mi mano a mi boca para taparla.

— Cody, vas a estar bien. — susurré, rompiendo en llanto.

Esto fue mi culpa.

— Mira lo que has causado. — alcanzó a decir, su voz era bajita. — ¿Esto es lo que querías?

— Cody, No... Yo... No. — bajé la cabeza.

— Hay que moverlo. — habló un hombre, preocupado ante la situación.

— ¡No! — intervine. — Sí lo mueven puede ser mortal. — advertí. —Ustedes no saben lo que hacen. Déjenselo a alguien profesional. — miré a Cody. — Cody...Perdóname. — acerqué su mano a mi boca y plante un suave beso en ella. Estaba tan angustiada.

Se escuchó el sonido de la sirena de la ambulancia, Ya habían llegado. Las personas se hicieron a un lado y dejaron a los socorristas hacer su trabajo. Aquellos hombres venían con una pequeña camilla.

— Aléjense todos. — una socorrista hizo espacio, formando una especie de barrera.

Sequé las lágrimas que caían desconsoladamente de mis ojos y observé como revisaban a Cody. Un socorrista le hacía algunas preguntas mientras tocaba partes de su cuerpo y él asentía o negaba con la cabeza. Pasados unos minutos llenos de angustia, lo montaron a la camilla y lo metieron dentro de la ambulancia.

— Señorita, hágame el favor. — toqué el hombro de una socorrista.

Me miró. — ¿Sí? — contestó.

— Debo ir con él, soy su novia. — salió de mi boca.

La mujer asintió. — Móntese. — declaró.

Asentí, y caminé hacía la ambulancia, me monté, y vi a dos socorristas adentro, prestándole atención a Cody.

Cerraron las dos puertas, y la ambulancia comenzó a moverse segundos después.
Miré a Cody, él mantenía sus ojos cerrados. Su ceja izquierda tenía una gran cortadura, y de ella salía sangre, Al igual qué de su labio inferior. Sus brazos musculosos estaban cubiertos de sangre, y de su pantalón sobresalían algunos vidrios.

— ¿Estará bien? — pregunté, secándome las lágrimas una vez más.

— Sí, esperemos que sí. — contestó, la socorrista de cabello rojo y ojos verdes.

— Vale... Espero que se mejore. — sollocé. — No quiero que le pase nada malo. Aunque es estúpido lo que digo ya que esto es muy malo. — suspiré y bajé la mirada.

Estaba nerviosa, no sabía lo qué decía, o al menos no pensaba con claridad.

— Tranquila. — susurró la chica, tratando de calmarme.

Intenté sonreír. — No quiero que le pase nada. — choqué mi rostro con las palmas de mis manos.

Todo esto fue por mi culpa.


Ex-Novio Posesivo ✖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora