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CAPITULO 52: ESTADO: PARALITICO

Giré el pomo de la puerta y entré en la habitación de Cody, para mi sorpresa estaba despierto. Sonreí mientras me acercaba a él, quién por supuesto estaba en la cama.

—Cody —lo abracé suavemente.

—Nicole... —suspiró profundamente. —Estoy harto de estar encamado.

—Ya saldrás hoy, así que no te preocupes. —acaricié los nudillos de su mano. —Estoy ansiosa porque cumplas todo eso que prometiste. —susurré.

Él también sonrió.

—Lo haré, puedes estar segura de eso —levantó la mano y acarició mis mejillas.

Cody iba a ajustar casi el mes en la clínica así que comprendía su estado de ánimo y malgenio, pero como nos habían dicho los médicos, había que cuidarle todo el tiempo que fuese necesario. Era por su bien.

La puerta se abrió lentamente y Ruth apareció, traía una caja de chocolates en mano y una sonrisa de oreja a oreja. Seguro había quedado con algún chico. Caminó hacia nosotros, me abrazó y luego se acercó a Cody.

—Hoy sales de esta mierda —susurró. —Espero que no vuelvas con tus andadas una vez estés fuera. —advirtió, mirándole directamente a los ojos.

—Todo depende de Nicole —me dio una mirada rápida.

—Oh vamos... ¿hablas en serio? —preguntó preocupada, casi sin poderlo creer, se veía tan aterrada que se me hizo gracioso.

—Sólo bromeo —rodó los ojos y apretó mi mano con más fuerza.

Ruth me miró con recelo.

—Lo único que importa en este momento es que vas a salir, mi amor —volví a sonreírle.

Hubo un momento de silencio en el que Cody y yo seguimos mirándonos, me sentía tan enamorada y feliz, pero sabía que algo iba a dañar toda la tranquilidad que sentía, era lógico, tanta felicidad no podía ser duradera.

—Esto es una ridiculez —Ruth se alejó de nosotros, caminó hacia la puerta y me dio una mirada en la que informaba que me necesitaba, luego de verme asentir salió de la habitación y cerró la puerta.

—Iré por algo de tomar —me incliné para darle un pequeño beso en la nariz. —¿Quieres que te traiga algo?

—No —susurró, elevando la cabeza y dándome un beso en los labios.

—Vale —sonreí.

Caminé hacia la puerta y salí, observé el pasillo y vi que Ruth estaba sentada en una de las sillas de espera, tecleaba su móvil muy entretenida. Me acerqué mientras recogía mi cabello haciéndome un chongo, me senté a su lado y la miré.

—¿Qué pasó? —pregunté curiosa.
Metió su móvil dentro del pequeño bolso que traía y me miró a los ojos. Se veía preocupada, y era curioso porque minutos atrás traía una amplia sonrisa.

—Bueno lo que pasa es que... mi madre mandó por una de mis primas para que le ayudase en casa mientras Cody estaba aquí en el hospital, ya sabes que a ninguno nos queda tiempo para asearla y estar al pendiente de todo, así que mi prima se ofreció para ayudarnos —miró a dos hombres que pasaban por nuestro lado y calló por unos segundos.

—¿Y eso que tiene? —pregunté frunciendo en ceño.

—Bueno es que mi prima es un poquito... zorra —susurró.

Me quedé mirándola.

—Bueno pero...—

—Ella siempre ha querido algo con Cody, ¿ahora me entiendes?

Ex-Novio Posesivo ✖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora