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CAPITULO 34: LA FINCA Y LOS PROBLEMAS QUE SE AVECINAN

Abrí los ojos lentamente, sintiéndome incomoda por la luz solar que atravesaba mi ventana. Observé mi habitación, las paredes son de color verde claro, las cortinas son blancas, y desde la ventana puedo observar un árbol por el que perfectamente puedo bajar hacia la planta de abajo y escaparme. Cody solía subir por ese árbol en nuestros primeros meses de novios. Maravillosos recuerdos, todo era color de rosa.

Respiraba con dificultad gracias a la gripe que me gané la noche anterior.
Había acordado salir con Cody todo el día. Sus padres accedieron a levantarle su castigo solo por este día. Supongo que fue porque me conocen a la perfección y saben que Cody no se metería en problemas estando conmigo, O al menos eso pensaban.

Me di una larga ducha. El agua caliente me ayudaba a relajar. Cuándo salí me puse un vestido el cual llegaba a mis rodillas, (Como a Cody le gustaba) El vestido era blanco con flores de colores, sin tirantes y con un adorno de encaje en la cintura. Cepillé mi cabello y me maquillé lo más natural que pude. Cuando terminé de maquillarme me senté en la cama y me puse unos tacones color naranja, eran altos para que así pudiese verme de la misma estatura de él.

Mi nuevo teléfono móvil vibro en la mesilla de noche. Lo tomé inmediatamente y miré la pantalla.

Nuevo mensaje.

Hola Nikki, ¿Cómo amaneciste? Espero que muy bien. Verás, hoy es mi cumpleaños numero 19, quisiera que vinieras y estuvieses un rato. No será nada del otro mundo, solo será una fiesta. Estaré esperando tu respuesta.

De: Drew B.

Me puse nerviosa. A mi cabeza llegaron pensamientos de si tal vez yo le gustaba a Drew. Eso no sería más que un problema, no solo lo digo por Cody sino por la manera de pensar de Drew. Es completamente diferente a la mía, es algo así como la de Ruth. Por esa parte si estaba completamente agradecida de que Cody no pensara de esa manera.

—Cody está esperando abajo. —mi padre abrió la puerta, sorprendiéndome.
Suspiré frustrada.

—Vale. —guardé mi teléfono móvil dentro de mi bolso. Más tarde le respondería a Drew.

—Espero que disfruten este día.—dijo mi padre.

Le miré mientras salía de la habitación. Me límite a asentir.

Me despedí de mi padre y salí de casa, caminé hacia el coche de Cody, me monté en el asiento del copiloto y suspiré sin mirarle a los ojos. Estaba yendo casi que obligada.

—¿Qué te pasa? —escuché su voz.

—Nada. —me coloqué el cinturón de seguridad. Agarró mi barbilla con brusquedad y me obligó a mirarlo. —Cody... No vamos a empezar.

Se inclinó hacía mí, sin soltar mi barbilla y plantó un corto beso en mis labios.
—Solo quería saludarte como debe ser. —me soltó, y volvió la mirada hacia adelante. Prendió el motor y comenzó a conducir.

Miraba por la ventana mientras Cody conducía. Estábamos alejándonos de nuestras casas. Cody conducía a una velocidad impresionante.

—¿Cómo está Ruth? —pregunté, rompiendo con el silencio de minutos.

—Está descansando. —se encogió de hombros. —Supongo que bien. —agregó.

—¿Para donde vamos?

—Ya verás. —siguió conduciendo.

+++

Luego de cuarenta minutos de viaje, me di cuenta de que estábamos en la casa campestre de los padres de Cody. Él me la había mostrado en algunas fotos unos meses atrás. Era realmente hermosa, estaba rodeada por árboles verdes y grandes.

Nos bajamos del coche y entramos a la casa, todo estaba impecable, era un espacio muy amplio. Dejé mi bolso en un sofá y caminé hacia un pequeño balcón, el cuál dejaba observar un hermoso lago, pude ver varios patos en el agua. Más allá, pude ver una caballeriza y un kiosco de madera.

—Es hermoso, ¿No? — susurró en mi oído, abrazándome por detrás con aquella fuerza que caracterizaban sus abrazos.

—Sí. —sonreí, girando mi rostro para verle.

Me miró con aquellos ojos acqua, haciéndome quedar sin aliento. Fue inclinándose poco a poco hacía mí, sin siquiera dejarme pensar en una reacción. Además, sabía que no podía ser una mala, Cody básicamente me había amenazado, así que tenía que atenerme a sus condiciones, a lo que él quisiera. Gracias a dios era el hombre que amaba y no un aparecido.

Comenzó a besarme lentamente, con suavidad y cariño. Se sentía bien darle un beso. Fui girándome poco a poco hacia él, Cody con sus manos alrededor de mi cintura me apretó a su cuerpo mientras yo colocaba mis manos en su cuello.
No tenía idea de lo qué estaba haciendo. Lo único que sabía era que me gustaba besarlo, y que además no tenía posibilidades de rechazarlo, además estábamos lejos de mi casa y no me convenía violentar a Cody.

Podía sentir mi corazón latir desesperadamente dentro de mi pecho mientras nos besábamos.

—Vamos a quedarnos aquí el fin de semana. —murmuró Cody en mis labios.

Abrí los ojos, encontrándome con los suyos. Me alejé, puedo decir que totalmente aterrada. Él no me lo dijo. Ni siquiera traje ropa.

—¿Estás de broma? —solté.

—No, Nicole —negó, todavía con sus manos en mi cintura. —Vamos a quedarnos el fin de semana. Tu padre lo sabe, mis padres estuvieron de acuerdo, así que no hay problema. —habló como si nada.

—¿Has contado conmigo? —la pregunta salió de mi boca sin que pudiese detenerla.

—Tú estás de acuerdo conmigo. —acarició mi mejilla. —¿Lo recuerdas? Ayer acordamos que todo volvería a la normalidad.

¿Normalidad? Yo jamás había dormido con Cody y menos fuera de la casa. Ni siquiera habíamos tenido intimidad. ¿Ahora viene a decirme que me toca quedarme con él por todo un fin de semana? Mi cuerpo estaba congelado.

—Co-Cody... —tragué saliva. Estaba mareada, mi corazón quería salirse de mi pecho.


Ex-Novio Posesivo ✖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora