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— ¡Casa sola, si! —mi madre chillo mientras levantaba mis brazos en el aire y los movía de un lado hacia el otro.

Se rindió después de unos cinco minutos y suspiro frustrada.

—Suerte —la anime a irse mientras ella tomaba su cartera.

Si no le mostraba que estaría bien sola, no se iría más y necesita una noche de chicas para despejar su mente.

Beso mi frente, para luego acercarse a la puerta y abrirla.

—Cierra todo antes de irte a dormir, el gas sobre todas las cosas y antes de que despiertes me tendrás aquí —señalo el reloj calculando una hora pero se encogió de hombros y me tiro un beso.

Cerró la puerta detrás de ella y suspire, dejando caer mi cuerpo sobre el piso.

¿Que podría hacer esta noche?

Llorar era una opción.

Ver el video, era cosa común.

Llamar a mis amigos para que vengan, no.

Otra vez sola conmigo misma y mis malditos demonios.

Macaria [cth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora