16

5.8K 605 119
                                    

Calum bostezo sonoramente mientras tomaba un poco de cereal, el timbre sonó y seguido de eso, tocaron insistentemente la puerta con bastante fuerza.

Miro el reloj con forma de perrito que colgaba de la pared y se acerco a la puerta.

— ¡Abre la maldita puerta, voy a matarte! —abrió los ojos sorprendido al ver que había mucha gente del otro lado, abrió con lentitud y dejo salir su cabeza.

El entrenador Wadlow sostenía a la madre de Macaria mientras que la cara de la mujer estaba llena de lágrimas y roja.

— ¡Déjame matarlo Tom, déjame! —Gritaba y llevo la mano a su boca mientras un sollozo parecía romperle la garganta — ¡Devuélveme a mi hija! —grito nuevamente haciendo que Calum mire la cara de Seth, Blanca, Julie y Tom.

—Yo no la tengo ¿En donde esta? —El entrenador negó y apretó mas el cuerpo de Elizabeth cuando ella lloro aun más fuerte.

—Ve con Beth —Seth le susurro a Julie y la castaña se abrazo a la madre de su mejor amiga.

— ¿Puedo pasar? —El castaño se acerco y Calum asintió aun algo confundido.

Ambos entraron seguidos de Blanca y ella cerró la puerta con cuidado, para luego recargarse sobre ella y deslizarse hasta el suelo.

Por primera vez en el día, se permitía llorar.

—Calum —Seth tenía los ojos hinchados y sus labios temblaban mientras sacaba algo de su bolsillo y se lo extendía al morocho —Macaria, ella se suicido anoche y... —dejo caer el sobre para tapar su rostro mientras comenzaba a llorar.

El morocho se quedo mirándolo sin creer lo que acababa de escuchar.

— ¿Qué? —se tapo la boca y cerro sus ojos con fuerza.

—Ella te escribió esta carta —susurro y Calum solo miro aquel sobre que tenía su nombre escrito con su hermosa letra.

Se hundió mas en el sillón y dejo correr las lágrimas, mientras la culpa lo golpeaba con fuerza.

Ella había muerto por su culpa.

Macaria ya no estaba y era su maldita culpa.

—Ayer hable con ella —susurro y Seth levanto la vista —Me mostro sus marcas, eran nuevas —susurro mientras miraba un punto fijo en la habitación —Volvió a lo mismo y no estuve allí como se lo prometí —un nudo comenzó a formarse en su garganta.

—Eres la peor persona que conozco —Seth suspiro mientras sacaba otra carta de su bolsillo —Tu me dejaste incompleto, ella era todo para mí y la amaba mas que a nada en el mundo—el morocho limpio las lagrimas de su rostro y paso las manos con fuerza por la zona.

Ella tenía toda una vida por delante.

Ella hubiera sido una excelente enfermera.

Ella habría sido la mejor madre del mundo, con sus galletas de chocolate y cuentos por la noche.

Aquellos cuentos que solía practicar con él, acariciándole el cabello y ayudándolo a dormir en paz.

—Lo soy —volvió a limpiar las lagrimas que caían por su rostro y miro a Blanca, que ahora estaba con la cara enterrada entre sus piernas.

—No volveré a comer con la boca abierta nunca más —aunque tenía el rostro escondido se escuchaban sus gritos —Pero por favor, vuelve Mac —su cuerpo comenzó a sacudirse en el momento que el llanto se intensifico —No lo volveré a hacer, lo prometo —aquello estaba rompiendo el corazón de ambos chicos pero cada uno necesitaba su espacio.

—Blanca —Seth apenas susurro pero no sentía tener las fuerzas suficientes para consolar a su amiga.

— ¿Por qué nos hiciste esto? —Levanto la vista y miro el techo — ¿Por qué no recurriste a nosotros, como siempre lo hiciste? Podríamos haberte ayudado —Calum cerró sus ojos con fuerza y presiono su rostro contra el respaldo del sillón.

—Por favor, M —susurro el morocho —No me hagas esto —apretó el sobre entre sus manos y Seth lo miro sin entender.

—Lo que sientes no es amor, es culpa —el castaño se levanto de allí y camino en dirección a su amiga —Blanca, vámonos, ya hice lo que debía —Blanca se levanto y abrazo a su amigo con fuerza.

En cuanto ambos salieron de allí, tomo el sobre entre sus manos y lo abrió.

"No sé cómo empezar esto.

Pero que más da, tampoco sabré como terminarlo.

Así que aquí vamos...

Eres el amor de mi vida, estoy completamente segura de aquello y..."

Dejo de leer y mordió su labio inferior.

Nunca se perdonaría que Macaria haya muerto sin saber que en verdad la quiso, que había aprendido a quererla en el año que estuvieron saliendo, que ya nada era igual sin su compañía y quería volver en el tiempo para arreglar aquello, pero lamentablemente eso no era posible.

Y él, la había hundido.


Macaria [cth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora