Prima venezolana »h.s

Capítulo 9

Me desperté como rayita, sentí que había dormido más y sentí que tenía todo mi sistema óseo apretado, abrí los ojos y...

El coño de la madre.

Harry estaba a mi lado, pegué un mini grito y salí rápidamente de la cama, pero él cayó al piso, ni siquiera a la camita.

—¿Qué pasó? —frunció el ceño, su voz me dejó preñada.

—¿Por que dormiste conmigo? ¡Te dije que no lo hicieras!

—¡Me lo pediste! Te levantaste en la madrugada, me despertaste y me dijiste que habías tenído una pesadilla... me abrazaste y todo.

Marico, qué.

Abracé a Harry y ni me acuerdo, como me odio.

—Deja de mentirme —ladeé la cabeza.

—¿Ahora soy mentiroso?

—Debió ser que estaba sonámbula. ¡Pero no me debiste hacer caso! —crucé los brazos.

—¡Estabas llorando! ¿Como no te iba hacer caso? Debió de ser feo.

¡Soñe con diosdado! Es obvio que fue feísimo.

—¡VALENTINA! ¡BAJA RÁPIDO! —gritó Iris desde la cocina, dejé a Harry solo y bajé las escaleras.

Me senté en el taburete aún en shook de lo que había pasado.

—Buenos días, rayito de sol —sonrió, giré los ojos—. Mira, viene mi hermana, está en el aeropuerto y por favor, llévate bien con ella.

Esa chama me cae mal desde que éramos carajitas, Iris es un amor ¿cómo ella puede ser tan... así de MALA SANGRE?

—Mira chama, tú sabes que yo no me llevo bien con ella ni porque me paguen en dolares. Harry está aquí, de paso.

—Ella le sabe a culo todo, no cree en nadie así que, tranquila.

Dejó el plato con panquecas al frente mío, agarró sus llaves y se fue. Harry bajó las escaleras y suspiró.

—Yo... estoy muy apenado por todo lo que ha pasado, no sé qué estoy haciendo y por favor..

Señalé el asiento a mi lado.

—Relájate, come y actúa como si nada ha pasado —arrastré el otro plato de panquecas al frente de él.

—Buenos días, por cierto —sonrió y se echó el pelo para atrás, wao.

—Buenos días, por cierto —repetí y él rió.

Ya me veo siendo amigos, yas.

[...]

Estaba sentada con Harry en el mueble de la sala jugando con las manos.

"Un marinerito me mandó un papel, el papel decía casate con él, yo tomé la pluma y le contesté, hombre sin dinero no tenía mujer, que tonta fui, que me case, y tuve un hijo llamado Pepe"

Al final le di un lepe en la frente.

—¿Por que hiciste eso?

—Así es el juego, Diosdado.

La puerta se abrió y mi sonrisa se borró cuando vi a Gabriela, la hermana de Iris, la chama ni se tomó la molestia de intentar quererme cuando ya me estaba rodando los ojos.

Já, weno.

Lanzó sus cosas al mueble y suspiró.

—Valentina... que desagradable sorpresa —marica, ella es así y me cae mal porque ni siquiera lo disimula.

—Gabriela, pienso lo mismo —alcé las cejas y ella subió las escaleras desapareciendo de mi vista. Espero que se mantenga así por siempre.

Ahora ya sé que no se podrá​ vivir en paz en esta casa.

—Se nota mucho que se aman... Eso está muy mal.

—Yo intento, ella me sigue odiando, ah espera es que todos lo hacen.

—Seguro es el jet lag, dale una oportunidad.

—No, no es el jet lag, ella hace todo difícil desde que éramos niñas. Siempre ha sido así, yo soy chévere vale.

—Dale tiempo, pero no la odies tanto, eso no está bien.

—Si eso te hace feliz...

—También te hará a ti.

MI HIJO ESTÁ FELIZ.

Ay qué digo.

[...]

«Son mis reglas, mi casa, si no te gustan te puedes ir por donde entraste» por allí empezó todo y ya no aguantaba tanto drama.

—¡YA! Me cansé de esta maricada. No llevan ni un maldito día y ya empezaron con sus vainas. ¡Tenemos a un invitado!, Dios. ¿No las educaron en sus casas?

—Marica, deja de meterte —dijo Gabriela.

—Harta me tienen. Nojoda, los guebos que no tengo se las van a calar a ustedes, ¿me oyeron?

—Valentina, ya va... —empezó a decir Iris.

—Un coño —salí al porche, donde estaba Harry casi yéndose—. ¿Me harías un gran favor? —el asintió—, sácame de este gallinero, por favor —el rió.

—Creí que nunca dirías eso.

Nos quedamos afuera y dentro de minutos llegó una camioneta negra, que precioso, me encanta.