Capítulo 18

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Entramos al aeropuerto después de haber salido del jet y todo lo que amerita para poder entrar. Allí había un coñazo de gente, parecía como si ya sabían que ellos iban a estar allí, hasta los de seguridad del aeropuerto estaban listicos, tenían una baranda para que no la traspasaran, cheverito porque yo no iba a arriesgar mi vida para pasar por allí. Que pánico.

Me quedé atrás de Harry haciéndome la loca, mientras amarraba las invisibles trenzas que tenían mis zapatos. Él entró con el resto de los chicos y cuando yo estaba buscando la manera de salir del aeropuerto pero no entrar por allí un tipo se me paró al lado y ya me veía muerta.

Epa —alargué la sílaba.

Hay que pasar, ¿o quieres quedarte aquí?

—¿No hay otra salida?

—Claro que sí —dijo y sonrió falsamente—. Al infierno.

No entendí, pero ok.

Él me hizo una seña para que lo siguiera y así fue lo que hice, la gente ni pendiente de mí porque soy nulisima gracias al cielo. El tipo que me acompañaba estaba más adelante, pero trataba de seguirle el paso aunque fuera casi imposible.

Me di cuenta que los chicos ya habían salido y yo aún estaba atrás, la gente se había calmado hasta que un chamo me jaló el bolso hasta casi caerme. Volteé y no dio su cara, aquí va a ver peo si no se quedan en su carril.

Volví a alcanzar al tipo.

Hola tú...

Mark, me llamo Markantes no parecía tan pana.

Cheverito, te he visto bastante por ahí en fotos.

Espero que no te hayas asustado.

—Ni tanto.

Seguimos caminando pero ésta vez fue una chama que se me lanzó y casi me tumba, Mark se dio cuenta fue al rato después de que yo la haya empujado hacia la baranda, me arreché.



[...]



¿Qué hiciste Valentina?ahora Harry se cree mi mamá, exigiendome y regañandome porque Mark es más sapo que la verga. Le contó todo con lujo y detalles. Como si él le hubiera preguntado.

Yo no hice nada. Yo tengo mi consciencia tranquila me hice la loca. Seguía arrecha con él, pero él de afrontado me viene a hablar.

-—¡Mentira! —se metió Mark.

—Mi pana, ya tú estás fuera del ranking, chao.

Me voltee hacia Harry, me veía con cara de “aja”. Mark se fue y quedamos los dos solos en la habitación.

No le hagas caso... De paso que ni sé qué es lo que me vienes a exigir, porque déjame decirte que todo entre nosotros estaba bien, éramos amigos y vienes tú con tu cuerpo e' yuca a robarme un beso. ¿Yo te peleé lo suficiente sobre eso? Adivina qué... ¡No!

Fue un error, ¿sí? Perdón.

No quiero que se repita, Harry.

—Podríamos olvidarlo, luego pasará lo que tenga que pasar.

—Vuelvete loco.





[...]





Los chicos salieron al escenario para hacer su prueba de sonido y yo me senté en una de las sillas revisando mi teléfono a ver a qué lugar podría salir estando en Los Ángeles, no me daría tiempo para ir al paseo de la fama, pero debe de haber algo más cerca.

La pestaña se me cerró cuando una llamada entró, era mi mamá.

—Hola, mamá. ¿Cómo está?

—¿Cómo que "¿cómo estoy?”? Si no te me pones las pilas y te quedas quieta te voy a mandar a buscar y nos vamos de una vez a Venezuela.

Ay chamo, esa mujer sabe exactamente cómo amenazarme. Me iría en un mes pero lo que me preocupaba es que ahora sí se conseguían boletos ya que ella se vino y yo de ninguna manera me quiero ir a estudiar algo que no quiero en Venezuela.

—¿Ahora qué hice?

—Mira Valentina del coño. Deja de burlarte y hacerte la loca. ¿Cómo es esa vaina que le partiste la boca a una chama? Mira, mija, te voy a decir una vaina. Yo te dije que te defendieras, pero no que le vayas a dar coñazos a cualquier persona que se te aparezca porque te pica ese culo.

Ahora bien bueno que quedé yo.

—Mire, señora. Si usted me quiere creer, chévere. Lo único que tu hija hizo fue empujarla porque la chama me iba a meter una cachetada a mi, y ahora te pregunto yo a ti, ¿te hubiera gustado eso?

La línea quedó en silencio. Un chamo del backstage me quedó viendo y rió, ah bueno.

—Está bien, pues. Cuidado con una vaina, no te quedes embarazada aún porque no tienes trabajo ni vaina y es mejor que uses...

—Mamá, vine a un concierto.

—¿Ahora no te puedo dar consejos? Cuídate, hija. Te amo.

—Yo también —le corté.

Me levanté de la silla y entré al backstage, tenía que hablar con alguien para que me acompañara, aun estaba en esa etapa de superación de andar sola por las calles después de todo el trauma que me dejó vivir en Caracas.

Cuando estaba entrando, estaban saliendo Lou y Lottie.

Chamo, ya va.

Prima venezolana »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora