Prima venezolana »h.s

Capítulo 13

Capítulo dedicado a:
kattianny

—¡Hija! ¡Te extrañe tanto! —se acercó a mi y me abrazó. Tipo como lo haría tu mamá luego de haber pasado más de un mes sin su hija.

—Yo también mamá... ten delicadeza. Me fracturas todo mi sistema óseo

—Perdón. Iris me ha contado lo que hiciste con tu vida —miró a Harry "disimuladamente"—, ¿qué tal te va con ese yeso?

—Fino vale. Tú sabes, sólo el dolor porque lo tienen inmovilizado y ya.

—¿Qué pasó con tu voz? ¿Te resfriaste? —asentí.

—Pensé que Iris te había dicho eso.

—No me contó lo de tu voz... Bueno, ya vengo. Dios te bendiga.

—Bendición.

Ella se fue hacia la puerta, y antes que trancara dijo: —Muy buena elección.

—No creo, me hubieras abortado —giró los ojos—. Apaga la luz, por fa.

—Creo que ya es hora de dormir, ¿tienes sueño? —dijo Harry.

—¿Te vas a quedar aquí de nuevo?

—Hicimos un trato, dormiré abajo.

Se levantó, sacó la cama de abajo y luego escuché como se acostó.

—Buenas noches, pues.

—Duerme bien.

Ya ni sé cómo voy a dormir bien teniéndolo abajo y con un yeso.

[...]

—Agh, quédate quieta por lo que más quieras.

—No era mi intención molestarte. Es que tengo un yeso.

—¿Sabes que hora es? 

—No puedo ni abrir los ojos.

—Pues, deben de ser casi las once. Tienes que comer, tu mamá me dijo que te había hecho algo que un doctor amigo de ella le dijo que te hiciera.

Ese trabalenguas, papu.

— A duras penas te pude entender. ¿A qué hora te despertaste?

—¿Ocho, nueve? No sé.

—¿Y te quedaste aquí? —cerré los ojos.

—Sí, por eso escuchas mi voz. Abre los ojos, es un día espléndido para salir.

—Gracias por preocuparte, de pana lo aprecio. Pero estoy casi muriendo y cuando te estás muriendo no quieres que nadie te apure.

—Tu mamá dio la orden de que te levantara temprano.

— Hubieras empezado por ahí —me senté y luego lo vi—. No me mires así, sé que estoy en mis peores condiciones. 

Me pasé la mano por mi cabello y concluí que si, me lo tenía que lavar.

— No era por eso. Pero es mejor que bajes. 

Se levantó y me tendió las muletas. Me paré en mi pié bueno y empecé a caminar para entrar al baño.

Que tipa pa fea eres, Valentina.

Hice todo lo que se supone que uno hace en el baño y terminé viéndome presentable. Total, ¿a quién le importa verse bien si te sientes mal?

Bajamos y no había nadie en la casa, menos mal que mi mamá me extrañaba.