Capítulo 10

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Bueno, eso era incómodo.

Ellos hablaban, pero yo no figuraba en su conversación y era mUY incómodo.

Hablando de ellos... Niall fue quien nos dio la cola.

El universo quiere disculparse con las cosas malas que me ha hecho.

—Bueno.... Ya se estarán preguntando por qué los reuní hoy aquí.

—Realmente, no. Tampoco nos reuniste.

—Tampoco es que les quería explicar...

Ya fue, me di cuenta que me odian.

Llevábamos como veinte minutos manejando, eso era sospechoso. Yo estaba acostumbrada, Caracas es grande y ajá, pero no sabía a donde me llevaban, lo cual era SOSPECHOSO.

¿A dónde me llevas? Yo no te voy a dar la dicha de secuestrarme aquí dije mientras veía por la ventana. Que preciosidad, chamo, me caso.

Te voy a llevar a conocer Londres, ¡te encantará! Te hará olvidarte del resto de las personas, del mundo, por lo menos un segundo. Será genial —dijo Harry y sonrió—. Creo que entre la chica que fue a tu casa y yo, te hemos arruinado los días.

Harry es muy dulce, como veneno para diabeticos. Sonreí.

Ya va, ¿qué dijo?

Chamo, deja de culparte, nada malo ha pasado contigo.

—Te dejó tirada en un McDonald's, que halago —dijo Niall mientras se reía.

Eso fue algo aparte... Pero ahora, no ha pasado nada.

Llegamos a un lugar, tan especial... Donde yo contigo quisiera estar, este lugar tan especial, donde si quieres nos besamos y me voy enamorando woowuoo.

Ahora sí, de pana, llegamos a un lugar en el centro de Londres, nos bajamos todos del carro como personas no importantes.

Bataqueando la puerta, nojoda.

Fue cuando realmente me di cuenta que el frío de Mérida no se comparaba con nada al frio de aquí. Y yo con mi chaqueta que compré en lo buhoneros, lo raro es que ellos casi ni estaban abrigados.

Seguro la enferma soy yo, debo de tener fiebre.

Comenzamos a caminar, hubo un momento en el que Niall y Harry se pusieron adelante de mi y yo me quedé atrás pero lo suficientemente cerca para que no me perdieran de vista.

En eso pasó una oleada de viento helada, no uno de esos vienticos de la playa sabrositos. Para nada. Parecía como si estuviera dentro de la nevera.

—Maldito sea el día en el que crearon el frío, maldito sea el día cuando compré éste trapo, maldito sea todo. Coño, me arreché —pare de caminar para sentarme en un banco, donde también estaba sentada una mujer con su bebé. Él estaba mas abrigado que yo.

—Esto es culpa de maduro —la señora me quedo viendo y se levantó—. No fue mi intensión herir sus sentimientos, sABES.

Harry siguio caminando y Niall se acercó a mi, podía jurar que mi cara parecía un tomate y no precisamente por Niall.

¿Qué pasa, Valentina? —dijo y se sentó a mi lado, SE SABE MI NOMBRE.

Tengo frío, no debí salir, el doctor me lo dijo.

Ay de pana que sí, si soy marica.

Te puedes enfermar si sigues pasando frío si no me dices no me entero. Se estaba quitando su chaqueta y luego me la dio, grité internamente.

Era obvio que me quedaba enorme, las mangas eran largas y me llegaban hasta cubrir mis manos, que calidad.

Gracias, pero ¿qué vas a hacer tú? Esta temperatura mata.

Ya estoy acostumbrado, Harry fue a buscar cafés.

MI HIJO.

Bueno, gracias, pero no debieron...

—Harry te la debía.

—Él no me debe nada, ni nos conocemos.

—Vamos a intentarlo, yo me llamo Niall.

Sonreí, si es marico.

Prima venezolana »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora