Memoria de amor.

Choque...

Narra Alejandra.

Unos ruidos afuera de mi cuarto me despertaron en medio de la madrugada. Unas luces color azul, rojo y blanco me cegaron por un momento, y al darme cuenta de lo que estaba pasando me levanté tan rápido de la cama que caí al suelo rápidamente y sin esperar un momento me levante del suelo.

Corrí al closet a tratar de cambiarme, cuando escuche que tocaron la puerta. Mierda, mierda, mierda me han encontrado.

-Pssst....- Escuché un ruido proviniendo del baño. Me levanté lentamente y me acerque cautelosamente a la puerta semi abierta del baño.

Los policías seguían golpeando en la puerta cada vez más fuerte, pero mi curiosidad por el ruido era más grande que el miedo que sentía por los policias. -Pssst...

La silueta de un chico se veía claramente en la obscuridad del cuarto era demasiado tenebrosa como para ser un ángel que me estaba cuidando. Mis dedos rozaron el mango del cuchillo. -¿Quién eres tú? ¿Cómo entraste? ¿De dónde eres?- Susurré.

-Si quieres seguir libre, ven conmigo, que yo te liberare.- contestó, y lanzo una mano hacia mí. Su mano era pálida tirándole a lo translucido. La mire un largo momento, y los golpes insistentes de los policías me trajeron a el presente haciendo que me diera cuanta nuevamente de la situación...

-¡Policía de Texas, abra la puerta ahora o la tiraremos!- Gritó uno de ellos.

No lo pensé más. Así que tome la mano del misterioso chico y el me metió en el baño, cerrando con llave. No pude ver su rostro en la oscuridad, pero si sentí que su tacto era remotamente frío aún más que la nieve.

Me ayudo a salir por la pequeña ventanita del baño. -¡Corre, te alcanzaré en un momento, solo corre y luego te encontrare!- dijo desde el interior del baño.

No tuvo que decirlo dos veces. Comencé a correr lo mas rápida y sigilosamente que pude. Las luces policiacas se alejaban lentamente, y después de unos momentos escuché gritos de agonía. Sabía que estaba mal, pero no me detuve para ir a ver de dónde provenían esos gritos.

Después de unos largos momentos de correr tratando de encontrar esos gritos, escuche pisadas detrás de mí. Volteé a ver, el chico que me había ayudado estaba tras mío. Era un poco extraño, pues usaba unos goggles grandes y amarillos y además utilizaba un bozal.

-Gracias por ayudarme... En serio muchas gracias.- le dije.

-No es nada. Los amigos siempre se ayudan ¿No es así?...- respondió dejándome atónita por su respuesta.

¿Amigos? si apenas nos conocimos. Que chico más raro.-pensé pero no le respondí eso.

-Eh, si... Supongo.- respondí, sin decirle lo pensado.

-¿Sabes? Fue difícil encontrarte eres demasiado rápida, casi como la luz. Seguías moviéndote alrededor del país y era difícil seguirte el paso.- dijo, y yo me detuve al oír sus palabras, no di un paso más y me quede parada.

-¿Difícil encontrarme?- di unos pasos atrás lentamente y con cautela, -¿De qué me estás hablando? ¿Y por qué me has estado siguiendo? ¿Quién eres, dime que queres con migo?

-Sí, te hemos estado buscando desde que despertaste.- dijo extrañado, como si fuera algo obvio.

Agarré el mango de mi cuchillo, -¿Tú y quiénes? ¿Quién eres tú?

Levantó una ceja.- Alejandra soy...

-¿¡Como sabes mi nombre!?- demandé interrumpiendo lo que me iba a decir y saqué mi cuchillo, atenta a cualquier movimiento que se le ocurriera hacer.

Levantó las manos en signo de paz. –espera, espera, no nos pongamos violentos.

-¡Contéstame y rápido!- grité.

-¿De verdad no me recuerdas? Soy Toby...- dijo como si yo lo conociera de toda la vida.

-No conozco a ningún Toby.- le dije, -Y jamás en mi vida te había visto antes.

-Oh Dios.... Jane dijo que esto podría pasar.- murmuró preocupado mientras tocaba su frente y miro al suelo poniéndose pensativo.

-¿Jane...?- pregunte esperando una rápida respuesta.

Los dos miramos hacia atrás al escuchar la sirena de una patrulla policiaca que se acercaba rápidamente.

-No tenemos tiempo que perder.- Dijo, -Por ahora, nos iría mejor siendo aliados, solo espero que confíes en mí.

Lo pensé por un momento, pero el sonido de la sirena se iba acercando. -Está bien, pero al llegar a un lugar seguro, tienes mucho que explicarme, y que no se te ocurra hacer algún truquito, que te ira mal- pensé mientras saboreaba las ganas de poder matarlo.

(....)

Nos metimos a un edificio abandonado que para cualquier otro habría sido bastante terrorífico. Pero para mí no lo fue, así que entre y al parecer para el tampoco lo era pues entro con migo.

Toby consiguió cosas para encender una fogata y se encargó el mismo de encenderla.

Nos acostamos uno en cada lado de esta y comimos una hogaza de pan que Toby llevaba en silencio.

-¿Entonces...?- dije rompiendo este silencio, -Empieza a hablar.

-Pero ¿por dónde empiezo?- pregunto como si supiera mucho de mí.

-¿Cómo es que me conoces?- le pregunté.

Suspiró profundamente. -Soy un... Amigo tuyo desde antes de que cayeras en coma. Vivías con todo un grupo de nosotros en Canadá pero... Después ya sabes que paso.

-Y... ¿Cómo caí en coma?-pregunte interesada de saber más de mi pasado.

-Fuiste atacada y tenías una herida que se supone que te mataría. Jane, Laughing Kath y Nina dijeron que eres muy suertuda, que alguien con esa herida no viviría para llegar al hospital. Nos dijeron que tal vez no despertarías, y que si lo hacías podías perder toda tu memoria, y como es algo tan obvio si perdiste la memoria.

Recordé la enorme cicatriz en mi torso y pase una mano por reflejo encima de ella tratando de que Toby no se diera cuenta.

Tampoco recordaba bien como había llegado a hacérmela. Mi cuerpo parecía un lienzo usado, ya que estaba lleno de cicatrices. El problema es que no conocía a los artistas, o al menos no los recordaba por el momento.

-¿Que me atacó? ¿Un lobo? ¿Un oso? ¿Me caí? ¿Me secuestraron?

Miró hacia la lumbre y tragó con fuerza. -Algo peor... Es... Umm difícil de explicar.

-TENEMOS TIEMPO ¿NO?- exclame fuertemente para que me explicara todo.

Sonrió con tristeza. -Pero no sabemos cómo vas a tomarlo.

-Soy una chica bastante fuerte.- dije segura de mi misma.

Rio un poco. -Sí, eso lo sé. Siempre lo fuiste.

r6BXss@P