Reanimación.

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Narra Alejandra.

Me tomé el resto de la tarde para estar sola y pensar en mi futuro.

Mi ansiedad crecía cada minuto que pasaba, y necesitaba deshacerme de ella de una manera u otra pero lo tena que lograr.

Caminar por el bosque en silencio me daba algo de paz y tranquilidad. Decidí buscar algo que hacer para quitar todos los pensamientos de mi mente talvez leer o pensar en una linda vida que pude aber tenido.

Caminé sin rumbo alguno por un rato, y quizás paso una media hora hasta que encontré algo. Escuché unas voces no muy lejos, de varias personas distintas.

Una ráfaga de adrenalina recorrió mi cuerpo sin dejarme pensar. Mis ansias crecieron mas y mas y cada ves mas, pero ahora por no por obtener respuestas sino por ancias de hacer algo.

Corrí en la dirección de las voces, y saque mi cuchillo de su funda, estabn como a 200 metros de mi y cada ves que corria la saliva de mi boca aumenteba asta que babeaba como un perro. Al llegar Me escondí en unos arbustos. Era un grupo de campistas que estaban armando sus casas de campaña y una fogata para cuando cayera la noche. Sonreí.

Sigilosamente, me acerqué a el chico más cercano y alzé mi cuchillo en el aire. Lo enterré en la parte de atrás de su cabeza, el impacto causando un fuerte sonido mojado de splat! Acendo que todo su cerebro saltara sobre mi cara.

Cayó al suelo, y todos sus amigos nos miraron al cuerpo y a mí con horror. -Oops.. Al parecer arruiné la fiesta.- Dije poniendo una cara inocente y falsa.

Todos gritaron de horror y salieron corriendo en todas direcciones. Yo reí un poco. -¡Me encanta cuando corren!- Chillé.

Seguí a el otro chico primero, quien por el panico se movia con pasos torpes. Esquivó árboles a su alrededor, pero despues se tropezo con una piedra grande y cayó con el tobillo en un angulo raro. Gritó. -¡MI TOBILLO! ¡AAYUDAAA! ¡ALGUIEN POR FAVOR AYUD...- Lo callé poniendo mi mano en su boca. Me senté en su pecho y le sonreí. -¿Porque tantos gritos? ¡La diversion aun no comienza!- Dije y lo mire a los ojos.

-¿Sabes? tienes unos ojos muy bonitos. Sería una lastima que....- Acerque mi cuchillo y lo clave en su lagrimal. Gritó abajo de mi mano. -...Alguien te los quitara.- Saqué su ojo izquierdo, y arranque el nervio. El aullaba del dolor.

Saqué su otro ojo, repitiendo el procedimiento, y observe los hoyos vacíos. Reí un poco. Me recuerda a Jack.

Clavé el cuchillo en su yugular, y por fin guardó silencio pues el ruido de sus gritos ya empesaba a fastidiarme. Saqué el cuchillo y me levanté. Como buen depredador, me quedé en absoluto silencio y escuché atentamente a mi alrededor.

No muy lejos pudé escuchar sollozos franticos.

Me preparé y camine sigilosamente hasta ese punto. Los sollozos cada vez se oían mas y mas fuerte, y ahora pude distinguir que era una chica llorando.

-Hush little baby don't you cry...- canté, y los sollozos se volvieron desesperados. Me acercaba cada vez más al escondite de la chica. -Alejandra's gonna KILL YOU RIGHT NOW.- Y con eso salté hacia donde estaba y la tomé por el cabello. Su cabello dorado y rostro blanco pero rojo por el llanto me recordaron a la hija de los Sanders.

-Dime una cosa linda,- Dije, -¿Sabes como los cazadores desollan a sus victimas?

La lanzé contra el suelo y me arrodille a su lado. -Comienzan aquí.- dije, clavando el cuchillo en su abdomen bajo. Sus sollozos se convirtieron en gritos. Moví mi cuchillo hacia arriba, abriendo su torso completamente hasta el esternón. -Y termina aquí.

Memoria de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora