¿Hacer que?

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Pov Percy
Iba caminando en el Olimpo, Annabeth estaba trabajando allí y me pidió que fuera con ella para ver cómo iba su trabajo, en mi camino escuche voces que gritaban desde el palacio de Afrodita.

-...¡te digo que hagas que se olviden mutuamente!

Percy pensó que era otra tonta disputa entre los dioses, hasta que escucho su nombre.

-¡ese tonto hijo de Poseidón, Percy Jackson, como es posible que no lo odies, va a arruinar la vida de mi hija!
Percy se dio cuenta de que hablaban de su relación con Annabeth pero lo peor fue escucharlo de Atenea la madre de su novia y sobre todo en el palacio de Afrodita, la diosa del amor.

Percy pensó que era de mala educación escuchar las conversaciones ajenas y sobre todo de diosas, pero ya que estaban hablando de él decidió quedarse a escuchar.
-Te lo pido como un favor, Afrodita.-
- No, no y no. Como te voy a decir que no voy a arruinarlos. Ellos merecen estar juntos, ella lo merece a el y él a ella.-
-¡él no la merece-! bramó Atenea
-No los arruinaré, Atenea, no haré que se olviden ellos merecen estar juntos. Tu plan es... Retorcido!, va en contra de todo lo que creo y represento.- dijo Afrodita.

Hacer que?!?!? Se preguntó Percy, estaba a punto de entrar y reclamarle a la diosa pero prefirió no hacerlo, no quería que lo desintegrasen.

-Si no lo haces haré que una maldicion caiga sobre ti y sobre todas tus hijas, me vas a ayudar o me vas a ayudar si no quieres que lo haga yo misma y cause más daño del necesario.- dijo Atenea más calmada.
Afrodita soltó un suspiro -De acuerdo, lo haré- dijo Afrodita tristemente.
No podía moverme, respiraba irregularmente. Asi que me obligue a mí mismo a correr hasta donde estaba Annabeth, iba corriendo como un loco buscando a Annabeth, gritando su nombre hasta que ella apareció mirando a todos lados, creo que me había escuchado, no pude evitar ver que hermosa se veía, su hermosos rizos rubios cayendo por su espalda y sus hermosos ojos grises destellando con la luz del sol, llevaba una playera del campamento y unos pantalones cortos junto con sus converse y su daga, no podía verse más perfecta.

-¡Percy! ¿Qué pasa? ¿por qué gritas como un loco?- preguntó con un brillo de preocupación en sus ojos
-Ella... quiere... tu... yo... separar...- no paraba de balbucear. Ella tomó mi cara y junto nuestras frentes.
-Cálmate sesos de alga, dime qué pasa. Me dedico una sonrisa tranquilizadora y separe nuestras frentes.
Le conté toda la historia y ella no dijo palabra, estaba con la boca abierta.
-Percy, vamos al campamento, hablemos con Quiron y arreglemos esto.-dijo ella aún en shock.

Llegando al campamento buscamos a Quiron y le contamos nuestra historia. El miro con tranquilidad y dijo:
-Hablare con los dioses, quédense aquí- nos sentamos en el sillón y le tome la mano a Annabeth.
-Listilla, que voy a hacer si te pierdo, si te olvido, no pudo vivir sin ti... Yo... Yo te amo Annabeth.- dije sin poder mirarla y con lágrimas en los ojos.

-Hey! Sesos de alga, cálmate, si? Yo te amo muchísimo, tampoco puedo vivir sin ti pero hay que tener esperanza, pero si piensas que nos olvidaremos te propongo algo.- dijo ella con lágrimas en los ojos igual que yo
-¿Que?- dije esperanzado
-Haz una carta para mí y yo haré una para ti, en las cartas diremos lo que pasó en el Olimpo y cuantos nos amamos el uno al otro. Algo así como un hechizo para recordarnos.- dijo ella aún con lágrimas en los ojos pero esperanzada.

-Eres... Eres una genio Annabeth!- dije y la bese desesperadamente, ella me siguió el beso y seguimos así un par de minutos hasta que alguien carraspeo:
-Chicos, los dioses dicen que hablaran con Afrodita y Atenea pero ella lo han negado todo, seguro que escuchaste lo que me dijiste, Percy?-
-Muy seguro- dije
-De acuerdo, no podemos hacer nada mientras pero manténgase juntos, creo que no será mucho problema.- dijo y nos miro fijamente.
Annabeth y yo nos sonrojamos como tomates y salimos de ahí rápidamente aún sonrojados.

-Te amo, listilla.- dije y la mire con ternura.

-Yo también te amo, sesos de alga- dijo algo sonrojada y sonriente. La bese y le tome la mano y caminamos hasta la playa.

-Fati

Percabeth: te recuerdo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora