Día 2

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      Querido Diario:

      Empezaré por dónde nos quedamos ayer. Alcancé a esconderte y secarme los ojos antes de que Brenda llegará. Aunque sé que ella no es estúpida, es obvio que se dio cuenta de que estaba llorando, de todos modos no me lo hizo notar.
       - Thomas, estaba buscándote.
       - Y aquí estoy- hablarle dolía, hablar con cualquiera me duele, les oculto tanto.
       - No puedes sólo desaparecer de esa forma- se acomodó a mi lado-. Estoy contenta de que estemos aquí.
       - Yo igual.
       Después siguió hablando,  dejé de escucharla y también de contestar. Fue cómo si no pudiera escapar del mutismo, al menos Brenda entendió, me dio un beso en la mejilla y se fue. No me sentí mejor, la parte de mí que se emocionaba está muy rota, sólo hay una inmensa nada en mi interior.
       Al rato, llegó Minho, si me costó hablar con Brenda, con él fue casi imposible. De todas las personas que están aquí, él probablemente sea a quién más le importa Newt.
        - Hermano, te traje la merienda- me lanzó una manzana con una botella de agua, tan cortés como siempre-. No esperes que sienta lástima por ti, al igual que todos, en serio, shank, todos andan tipo: "Pobre, Thomas, todo le afectó tanto". ¡Pasamos por lo mismo, amigo!
        - Pobre Minho.
        - Gracias- se sentó frente a mí y su sonrisa desapareció, supe que algo andaba mal-. Come, tenemos que hablar. Es algo muy serio.
        Mastiqué la manzana lo más lento que pude para retrasar la charla, Minho se quedó en silencio a mi lado, dijo una única cosa que no creo que pueda olvidar.
       - Hace tiempo que no veía pájaros, hermano- apuntó a un ave sobre un árbol-. Cuando recién llegamos al Área, no ver a esos condenados animales en el cielo nos alertó que algo iba mal. Newt fue el primero en darse cuenta, dijo que le habría gustado un pájaro gigante de mascota para salir volando de ese miertero laberinto, quería poder volar. Nunca hablamos mucho de nosotros como chicos de verdad, ¿no te parece? Hay mucho que no sabemos del Newt de verdad.
        No dije nada, Minho pocas veces habla así y cuando lo hace, son malos tiempos. Nos quedamos un rato en silencio mirando el pájaro de plumas amarillas, no tenía idea de que a Newt les gustaran. Hasta que Minho volvió a hablar.
        - Iré directo al grano, Thomas. Es sobre Newt. Su hermana está viva, es una de las chicas del grupo B. Lo vio cuando recuperó sus recuerdos- guardó silencio por un rato-. Recordó habernos visto con él y quiere hablar con nosotros.
         - ¿Qué le dijiste?- mi voz salió patética, el miedo y la culpa me carcomían.
         - No pude contarle todo, viejo, no puede tener más de 14 años. Sólo le dije que no atravesó la trans-plana, ella recuerda cuando lo nombraron en la lista de los no inmunes.
          - Pero sí ella es inmune... ¿por qué Newt no?
          - No lo sé, Thomas, la genética es complicada. Deberíamos ir ahora a hablarle.
          - ¡No!
          - ¿Por qué no?
          - No lo entiendes, Minho... No puedo- en ese momento ya estaba temblando, me esforcé por ocultarlo y contener las lágrimas, cada vez es más difícil.
           - Tienes razón, Thomas, no te entiendo. Ella merece saber la verdad, por más dura que sea, ni si quiera sabemos si Newt está muerto... él podría seguir siendo un crank y...
           - ¡Basta! ¡No sigas! Por favor...
           Él no dijo nada, se puso de pie con el rostro herido y espero un rato a que me recuperará. Si Minho supiera la verdad, lo perdería, no sabría que hacer sin él. Es lo más cercano que tengo a una familia.
          - Cuando estés listo, hablaremos con ella.
          Tuve que alejarme de todo y corrí sin parar por casi dos horas. El espacio verde termina en un montón de cerros que al irse alejando se vuelven de un tono más oscuro, no vi ningún rastro de desierto. Me dejé caer y grité, perdí el control por un momento, y se me pasó por la cabeza la idea del suicidio. Estaba cerca de un barranco. Y Newt volvió a mi cabeza, cuán desesperado debió de estar ese chico, fui yo quien lo eligió para las pruebas del laberinto, sabiendo que no era inmune.
          Fui yo.
          De alguna forma logré calmarme y regresar.
          Hoy he estado todo el día escondido en mi refugio del bosque. Nadie me encontró, sólo los pájaros.
                                                                     Thomas.

Lo que pasó despuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora