~Capítulo 1
-¡Maldito cacharro! – gritó Marian dándole con la almohada al odioso despertador.
Se giró para acurrucarse en la cama y seguir durmiendo cuando de golpe abrió los ojos como si no hubiera dormido en toda la noche.
-¡Oh, no, mierda, mierda!-empezó a maldecir mientras se levantaba a toda prisa intentando desenredarse las sabanas de los pies y correr hacia el baño.
Ese era el primer día de Universidad y no podía llegar tarde. Marian comenzaba una nueva vida, nada más cumplir sus 18 años había decidido independizarse (con el dinero que sus padres le proporcionaron) y había abandonado Andorra, donde siempre había vivido, para ir a Barcelona a estudiar. La Universidad de Barcelona le podría abrir puertas para lo que ella quería ejercer, periodista, en cambio, tenía menos oportunidades en Andorra a diferencia de la gran ciudad.
Marian se enfundó en unos shorts y se puso una blusa rosa por dentro del pantalón, se calzó sus Vans negras y corrió hacia el baño donde se limpió la cara y los dientes para después hacerse una coleta alta. Con pereza se pintó los ojos con un delineador negro sobre las pestañas y puso corrector debajo en los ojos ya que tenía algunas ojeras. Después de hacer todo eso en un tiempo record, cogió su mochila azul y comiendo algunas galletas que había encontrado en la encimera de la cocina, salió disparada a coger el metro. Por suerte para ella, vivía en el mismo centro, así pues, tenía más fácil para coger las líneas de metro que le llevarían a su futura Universidad. Corriendo escaleras abajo, esquivó a algunas personas que también iban con la misma prisa que ella, picó su billete y volvió a bajar unas cuantas escaleras más para llegar a coger el próximo metro que salía en breves. Hizo su último sprint y con mucha suerte, llego segundos antes que cerraran las puertas y se pusiera en marcha.
-Ha ido de poco – se dijo a si misma mientras ponía una mano en su estómago que ya le empezaba a doler por el esfuerzo hecho hacia nada.
Después de unas cuantas paradas, Marian, llego a la Universidad, donde se pasaría 4 largos años estudiando si todo iba bien. Al ser el primer día, todo estaba abarrotado de estudiantes que andaban de un lado para otro sin saber a dónde ir.
Marian aun no le había quedado claro donde quedaba el departamento de Periodismo así que, mientras miraba un mapa para situarse, tropezó con algo que le hizo caer de bruces. La chica se levantó rápidamente y se fijó en el porqué de su caída, pero todo indicaba que se había caído por una pierna. ¿Una pierna? Ajá, un chico estaba sentado en el césped, con las piernas estiradas y con sus brazos detrás de la cabeza. La chica lo observó con furia y sin poderse contener se acercó a él.
-¡Eh! ¡Tú! – gritó enfadada yendo hacia él.
El chico, al darse cuenta que alguien le tapaba la sombra del sol abrió los ojos dejando ver un color azul intenso en su mirada.
-¿Te pasa algo? – le pregunto observándola con una ceja alzada – Me estas tapando el sol.
-No sé si sabes que esto es la Universidad y no se viene a 'tomar el sol' – dijo esto último haciendo entrecomillas con sus dedos. – Además, obstaculizas el paso.
-Para empezar a ti ni te va ni te viene lo que yo haga, como si me pongo a cagar. – Marian puso una cara de asco. ¿Por qué tendría que ser tan desagradable?
-Eres un grosero y un idiota. -soltó sin cortarse un pelo.
-Que sí doña gruñona, ahora, apártate, repito, me tapas el sol. – respondió el chico volviendo a cerrar los ojos.
La chica soltó un bufido poniéndose de los nervios. – Encima me has hecho caer, idiota.
-No es culpa mía que seas patosa, venga, ves a darle el coñazo a otra persona.
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Nada fácil
ChickLitUn tropiezo, una mala mirada y algún que otro insulto. Este fue el principio en el que Marian y Pablo se conocieron. Ninguno de los dos se cayeron bien, ninguno de ellos dos se soportaban. Marian, una chica independiente e irónica que no tiene ning...