-Alma, Alma, por favor, dime ¿qué te sucede? ¿Por qué no vuelves?- En los ojos de Alec se reflejaba todo el dolor.-¿Volver? ¡Tú me dejaste aquí! Fuiste tú, no yo, no me pidas volver si fuiste tu quien se alejó.- Grité fuerte, pero el no parecía escuchar.
Era como si pensará que estaba gritando y no lo hiciera, o que él y yo estuviéramos separados pero al mismo tiempo cerca, como si algo invisible nos separara.
Me sentía impotente. ¿Volver? Él debía volver, él se fue.
Alec se alejó de nuevo con la misma tristeza tatuada en el rostro.
-No, Alec, no puedes irte. Estoy aquí maldición, sigo aquí.
Sigo aquí, sigo aquí, sigo aquí, sigo... aquí...
Abrí los ojos lentamente esta vez sin saltar de la cama. El dolor de cabeza no tardó demasiado en aparecer. Punzadas, punzadas, y más punzadas de dolor se hacían presentes, haciéndome querer ir a dormir de nuevo aunque el sueño se había ido completamente.
Miré hacia un lado y me encontré con unos cabellos blancos brillantes. En ese momento si salté. ¿Qué hacia en la cama con Trevor? Retire como un rayo la sabana que me tapaba. Estaba completamente vestida, solo sin zapatos. Mi falda estaba ligeramente arrugada y dejaba ver mi muslo bastante bien, de resto todo estaba en orden al menos. Aparte un poco la sabana del cuerpo de mi inesperado compañero y el también estaba vestido. Suspire aliviada.
Bien, Alma, no te acostaste con el desconocido.
Volví a taparlo tratando de no despertarlo. Se veía bastante bien durmiendo. Se ve bien de cualquier manera la verdad.
Caí en cuenta que no recordaba nada de la noche anterior, o me emborrache demasiado o no prestaba realmente atención a lo que sea que estuviéramos haciendo. Solo recordaba besos y como me sentía con sus manos en mi cuerpo.
Pero algo más que los sucesos de anoche me tenía pensando. El sueño. Ese sueño real, casi palpable. Alec me pedía volver, pero, ¿a donde? Él se había ido, había sido él. Yo desperté de mi accidente y ya estaba sola, al menos hasta que llego Trevor. ¿Quien debía volver? Por lo visto, yo no.
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Atrapa Sueño.
Teen Fiction"Vaya- Me dije a mi misma, ya que no había nadie a la cual dirigir palabra". Alma Jackson es solo una adolescente de 17 años con un mejor amigo, Alec Bleckthor, y una vida que cualquiera podría determinar como "difícil". Una vida llena de maltratos...