Capítulo 9: Hope.

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Alec.

Quizás no pueda evitar culparme por lo que pasó. Quizás ni siquiera sea mi culpa sino de ella. De ella por ser una loca impulsiva, por no haber pensado en mi mientras conducía aquel maldito auto que terminó destrozado. Quizás sea más su culpa que mía. Pero sé, solo sé, que no puedo vivir sin ella más tiempo. Hoy se cumple un mes. Un mes de mi tragedia. ¿Quien la impulso a hacerlo? ¡Nadie! Ella sola se adentro en una misión suicida. Y ahora ninguno de los dos está como desea estar. Al menos yo no, nunca sé sabe lo que Alma quiere en su vida.

Alma.

Eran de esos días. Esos días en los que la duda eran las termitas y yo era un inservible trozo de madera. En donde deseaba saber como llegue aquí. Como es posible que mi llamado "sueño" se cumplió y se haya convertido en pesadilla. Ya hace un mes desde que amanecí sola en un cuarto de hospital.

Los últimos días habían sido difíciles para mi. Me sentía molesta conmigo misma, molesta con Alec, molesta por soñar, molesta hasta con Trevor aunque me hubiera acompañado como podía. Quería ser yo en un mundo sola sin saber las consecuencias de todo. Sin darme cuenta que no quería estar sola como decía, solo era un capricho. No me di cuenta que podía ser yo sin la necesidad de perder a Alec. De perderlos a todos, realmente. No sé si pensar en la culpa. ¿De quien es la culpa? ¿Mía quizá? No, no es culpa mía despertar sola en un hospital, ¿podría ser mi culpa por conducir con una botella de Vodka en las manos y embriagarme? Bueno, no soy de las que sigue las reglas. No, no podía pensar en la culpa pero las dudas seguían ahí. Todo esto era científicamente imposible. Naturalmente imposible.

-¡Alma!

-¿Qué quieres, Trevor?- Dije saliendo de mi trance.

-¡Saca a tu perro del baño! ¡Estoy tratando de bañarme!-Dijo irritado.
Solté una carcajada.

-¡Vamos, Dante! ¡Muerde esa mini salchicha!

-¡Alma! ¡Sacalo de aquí! ¡Y yo no tengo una mini salchicha!- Dijo chillando.

Me levante riendo. Caminé hasta la puerta del baño y entre, encontrando a Dante rasgando la cortina.

-Ven a acá, pequeño. Esa salchicha es muy pequeña para ti, te daré una más grande.

-Vete al infierno.- Dijo Trevor riendo.

Salí del baño y puse a Dante en el suelo. Necesitaba hacer algo para distraerme, y habían muy pocas las cuales hacer.

1. Ir a caminar.
2. Tener sexo salvaje con Trevor mientras pienso en Alec.

La primera sonaba mejor.

-¡Voy a caminar un rato, ya vuelvo!

-¡Traeme cigarros! - Respondió Trevor interrumpiendo la canción que cantaba bastante desafinado.

-¡Lo haré!

Dicho eso, salí. El día estaba claro, un gran sol encima de mi, un día hermoso para cualquiera y un día asqueroso para mi. Odiaba el sol, me molestaba, y me hacia sudar como loca, pero no tenía más opción que salir.

Empecé a caminar por la ciudad que me conocía de memoria y a pesar de eso, me sentía nerviosa a medida que caminaba. Tenía un extraño presentimiento, no un presentimiento del todo, solo me sentía nerviosa sin motivo.

Entre a la pequeña tienda a la mitad de la calle y tome los cigarros de Trevor, los metí en mi bolsillo y seguí caminando tratando de olvidar la sensación. Me cabeza empezó a doler, un cosquilleo amenazó a mis manos, sentí como mis pies abandonaban el suelo sin mi consentimiento, mi estómago dio unavuelata completa. Me sentí volando y luego estrellando me fuertemente al pavimento.

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