Capitulo: 18
Hoy ha sido uno de los peores dia de mi vida. Brus ha estado persiguiéndome con tal de cumplir con la promesa de que fuera prestada por un dia... yo por mi obvia razón, me negué, era eso o romperle la nariz, preferí negarme aun por muy tentadora que fuera la segunda opción.
Brus no dejaba de perseguirme inclusive había hecho que la chica que se sentaba atrás de mi le ofreciera su puesto.
La punta de un lápiz se clavó en mi espalda haciéndome saltar.
-¿Qué diablos te pasa?.-le pregunte y una vena amenazando con salir de mi frente.
-tranquila gatita o mi lengua resbalara y le dirá a todo el mundo.-dijo con una pisca de maldad en su voz.
-yo hare que tu lengua limpie el piso si no dejas de molestarme.
Soltó una carcajada y todos voltearon a verlo.
En cambio yo voltee de vuelta a la pizarra de la clase para que el profesor no nos regañara a los dos o sería un gran problema, enserio que no quería volver a la oficina del director.
El día de hoy de seguro será e igual de duro que los demás.
Imágenes de ácido corriendo y quemando mi piel hicieron que me estremeciera. No dejaba de pensar que eso les torturaría a ellos. Por las noches soñaba cosas similares a las imágenes que acaba de ver y luego me despertaba temblando y llorando, no era correcto que le contara a Olivia o me sentiría aun peor.
La clase termino y rece porque a Brus no le dieran más ganas de perseguirme.
Tenía ganas de hacer algo arriesgado así que no quería a nadie a mis espaladas, no soportaría que por mi culpa los culparan a ellos o que Brus me delatara. Yo como siempre y mis planes arriesgados.
No podíamos salir por la puerta, ni las ventanas, así que tendría que crear u encontrar una salida. Plan A : encontrar una salida subterránea. Plan B :si por casualidad no llegara a encontrar una salida, tendré que crear una. Plan C : no tengo la menor idea de que hacer.
Directo a por el plan A.
Abrí la puerta de mi cuarto y enseguida a la búsqueda de todo lo necesario. Metí en un bolso, mi linterna de emergencia, mi teléfono, baterías, entre otras cosas que ni siquiera importaban, pero no me arriesgaría.
Ahora solo falta que todos se pongan a dormir.
***
Guao, es cierto que ese juego de Candy crush era adictivo, ya eran las seis de la mañana y quería seguir jugando, pero por mucho que quisiera me obligue a dejar el teléfono en el bolso.
Salí lo más sigilosa que puede, aunque como siempre tengo la suerte de que la puerta rechino cuando la abrí, odio las puertas.
-okey, fantasmas o alguna masa de extraterrestre invisible déseme suerte.
Baje las escaleras una por una, mis pies empezaron a dolerme de tanto que he caminado. Una puerta justo al final del ultimo pasillo del edificio de las chicas, lo suficiente pequeña como para que un negro de dos metros no pudiera pasar por ella.
La abrí con cuidado por si algún extraterrestre del área cincuenta y uno saltaba casualmente encima de mí. Negro todo negro, no podía verse absolutamente nada, tenía miedo, por mi mente no había pasado que los sótanos casi siempre son espeluznantes. Me obliga a entrar, pero primero encendí mi linterna. Las paredes de concreto con todo moho me hacían pensar que ni el olor de un muerto podría diferenciarse aquí. Camine más adelante con cuidado de tropezarme con algo, a medida que me iba caminando más a fondo en el sótano o a decir verdad la cueva un leve pitido se hacía más fuerte, rodee la pared en busca del sonido y encontré un luz roja.
Apunte la linterna a el extraño aparato y mi corazón dejo de latir. Una caja metálica cuadrada con una luz que prendía y se apagaba y luego estaban los números que ponían ciento veinte horas en letras blancas, cinco días para que todo el lugar explote y todo el mundo muera.
Como no se me podría haber ocurrido el porqué de que quisiera que nos quedáramos en la academia sin salida, ¿pero porque querría matar a su raza?, era ilógico.
Nos mataría a todos sin duda alguna, mi paranoica mente pensaba que seria igual a esa explosiona de hiroshima o como se llame.
Mi corazón se aceleró y mis manos empezaron a temblar, que podría hacer yo contra esto. Piensa.
Eche a correr. Mi plan se había arruinado por completo
Tenia que verlo y no me importa despertarlo, el era el único que podía hacer algo, con esto en juego no puedo arriesgarme a hacerlo sola, eso seria una gran estupidez. Salí por la pequeña puerta despacio luego de echarme a correr de nuevo.
justo frente al pequeño puente que conectaba a los chicos y al edificio de las chicas se encontraban guardias, pero no era un problema, eran humanos, y ademas estaban a punto de caerse dormidos.
-no puede pasar.-dijo uno de los guardias.
le sonreí y puse aprueba mi malévolo cerebro.-Tengo que hacer trabajo usted sabe, si me deja pasar tal vez pueda trabajar con usted.- me devolvió la sonrisa.
-Esta claro que no entendió lo que dije, no es no.-el pedazo de humano tenia agallas.
-si no me deja entrar chupare su cuello hasta que queden solo huesos.-el guardia se estremeció.-se que tiene familia y se donde encontrarla.
con eso ultimo el guardia creo estaba apunto del colapso, abrió la puerta sin decir ni una palabra. lo bueno era que los guardia del otro lado también me dejarían pasar. le regale de nuevo una sonrisa y se estremeció de nuevo.
subí las escaleras hasta dar con su dormitorio, pero diablos había un problema, si tocaba la puerta otros vampiros se despertarían, así que busque en mi bolso un pasador de cabello para abrir la puerta.
quince minutos de intento y cinco de casi rendirme por fin la puerta se abrió con un clic. cerré la puerta con cuidado, pero oh, otra cosa. mierda si que parecía un espía encubierta. se me había olvidado cámara del cuarto de Ethan.
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Dark fantasy
VampirosReseña: Su nombre Kathy Monroe , una chica poco común, puesto a que no es una humana. Kathy es una chica Vampiro mestiza al igual que sus padres. Cuando repentinamente a los dieciséis años esta chica cumple su cambio, y se convierte completamente...